Salud reducirá las 20.000 comidas para niños pobres en los colegios
La Junta cambiará el decreto de exclusión social, aprobado hace 10 meses
La Consejería de Salud y Políticas Sociales ha decidido hacer una revisión a fondo de la medida más llamativa de las previstas en el decreto contra la exclusión social aprobado por el Gobierno andaluz hace diez meses: la entrega de bolsas con alimentos a los escolares más pobres para garantizarles tres comidas al día. El programa se va a mantener, pero se pretende hacer una reducción de los beneficiados, unos 20.000 niños en la comunidad.
Esta reducción no se va a producir por un recorte presupuestario del programa, sino por una reorientación del mismo. Expertos y organizaciones sociales han venido alertando desde hace meses de que el plan tiene la consecuencia indeseada de estigmatización de los niños en los colegios y desde hace tiempo se están buscando alternativas, como ayudas económicas directas para las familias. Esta es una medida que ya existe pero que se va a reforzar.
La revisión del decreto se enredó entre confusiones a lo largo del día. El motivo principal ha sido que la consejera de Salud, María José Sánchez Rubio, dio por hecho que el cambio del decreto de exclusión social, aprobado el año pasado, iba a acabar con las bolsas de comida en los colegios para los niños más desfavorecidos. En conversación con este periódico, la consejera ha rectificado y ha garantizado la continuidad de este programa, eso sí, con cambios sustanciales. “Cuando termine el curso se valorará la situación de los niños. Se va a evaluar caso por caso. En los que creamos que se cumplen los requisitos y que se está cubriendo una necesidad real, se mantendrá la entrega de los alimentos. A los demás casos se les va a buscar una solución”, asevera la consejera, que ha afirmado que el programa se va a mantener tal y como está hasta final de curso.
El nuevo decreto (que aprobará antes del verano) se denominará de medidas extraordinarias y urgentes para la inclusión social a través del empleo y el fomento de la solidaridad en Andalucía. La idea es introducir el empleo como factor clave de la inclusión social y donde se deben centrar las ayudas para que las familias dispongan de ingresos. Sánchez Rubio, desde su llegada, quiere introducir este cambio y vincular la idea del empleo con la dignidad de las familias.
Los expertos critican la “estigmatización” de los menores
El reparto de bolsas con comidas en los colegios empezó en junio del año pasado. En los primeros días llegó a 11.000 escolares y hoy son ya casi 20.000 los que salen cada día de la escuela con una bolsa en la que llevan la merienda para esa tarde (normalmente un bocadillo) y el desayuno para la mañana siguiente (un zumo o un batido, fruta y unas galletas o algo de bollería).
La comida del mediodía la hacen en el colegio con el servicio gratuito de comedor. Una de las claves de la puesta en marcha de la medida fue que numerosos profesores alertaron de que el almuerzo que les daba el centro era para cientos de niños la única comida del día. Tras meses de debate, el Gobierno de PSOE e IU garantizar al menos tres comidas para los niños más desfavorecidos y decidió dar forma legal a su iniciativa. La entrega de bolsas con comida fue la medida estrella de lo que la Junta llamó decreto de solidaridad y garantía alimentaria, pero fue recibida con recelo, y algunas críticas, por parte de los sindicatos y de muchas asociaciones que trabajan a diario con las familias beneficiarias de las ayudas. Entre otras cuestiones, las críticas se centraron en que tenía más de beneficencia que de prestación social y solidaridad.
Aunque el Gobierno andaluz aseguraba que las bolsas se entregaban salvaguardando la intimidad de los menores, muchas entidades advirtieron de que la medida “estigmatizaba” a los pequeños que la recibían.
Para otros, estigmas al margen, las bolsas eran más caras y menos prácticas que incrementar las ayudas económicas a las familias para que ellas se autogestionaran sus recursos. Así se evitan también situaciones detectadas por los responsables del programa en los 10 meses que lleva en marcha, como que a algunos niños no les guste la comida que va en la bolsa y se la acabe tomando otro familiar o que el niño tenga uno o varios hermanos mayores al que el decreto actual deja fuera (las bolsas solo se entregan hasta 6º de primaria) y en las familias se creen diferencias.
En el reparto de las comidas en los colegios se han invertido entre junio y diciembre del año pasado dos millones de euros. En los meses de verano, se reservaron otros 1,8 millones para mantener el programa en las zonas más desfavorecidas a través de las escuelas de verano, lo que permitió seguir atendiendo a 4.000 menores. Además se destinaron cuatro millones a ampliar las ayudas económicas a las familias con niños a su cargo, lo que permitió atender a 22.500 familias más. Esta es la partida que ahora se va a ampliar en sustitución de la entrega de alimentos, pero la Junta todavía no ha definido el importe que reservará a estas ayudas ni el número de familias al que llegarán.
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