El Gobierno mantendrá el reparto de la caballa favorable a la flota vasca
Galicia logra más capacidad de pesca pero el sector exige cambiar la distribución
No habrá cambios: el reparto en el caladero nacional Cantábrico Noroeste de las cuotas para este año de caballa se hará según los nuevos criterios pactados por el Ministerio de Agricultura con el sector del cerco de Galicia, País Vasco, Cantabria y Asturias el pasado 20 de diciembre. Ante la virulenta oposición a ese acuerdo de la mayor parte de los armadores gallegos, plasmada en los graves disturbios del pasado martes ante el Parlamento gallego, así como de la flota y del Gobierno asturiano en bloque, el Ministerio de Agricultura advirtió ayer que “no va a cambiar ese reparto”, anunció, tajante, el secretario general de Pesca, Carlos Domínguez.
El Gobierno anunció a última hora de ayer que ha alcanzado un acuerdo con Noruega e Islas Feroe que, según la Xunta, permitirá un sustancial aumento de la capacidad de pesca de Galicia, 1.450 toneladas más hasta sumar 3.400. Aunque esa cantidad, destacó la Xunta, es más del doble de la cuota de caballa disponible en 2013, fuentes del sector insistieron anoche en que no satisfará sus demandas si no se alteran los criterios de distribución favorables a las flotas vasca y cántabra.
El sábado termina el plazo, según subrayó el responsable de Pesca del Gobierno central, para que “cada barco decida si quiere gestionar individualmente” el tope de captura asignado o conjuntamente con el resto de su provincia. Y antes del lunes, el ministerio, de forma “urgentísima”, cerrará y publicará, “en cuanto haya un hueco en el BOE”, la orden de apertura de la pesquería de la xarda (caballa) y del jurel. Armadores gallegos señalan que los propios dictámenes científicos de la Unión Europea certifican una abundancia de caballa suficiente para elevar un 64% las cuotas de 2014 en el Atlántico Noroeste. España tan solo logró en Bruselas este año un 28% más (4.000 toneladas).
La advertencia de Madrid, al día siguiente de los disturbios ante el Parlamento de Santiago, llega con la flota gallega del cerco en pie de guerra, aunque dividida, y rotas las vías de diálogo con la Xunta. La única puerta que deja abierta el Gobierno central es que los armadores negocien con sus respectivos ejecutivos regionales el reparto por barco del cupo asignado, por primera vez, a cada comunidad autónoma. A Galicia, con 153 barcos y 1.380 tripulantes, le corresponde el 24,9% de la cuota española de la xarda. Al País Vasco, con 51 cerqueros, el 48,1%; a Cantabria el 23,6% y a Asturias el 3%.
Pero esa posibilidad de un acuerdo interno en Galicia también se fue ayer al traste cuando una mayoría del sector plantó, antes de empezar, al vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, en una reunión convocada en Santiago. La presencia de la conselleira de Mar, Rosa Quintana, a la que los armadores reprochan haberles tratado de vándalos, imposibilita cualquier diálogo, afirma la mayoría de la flota del cerco. Anoche decidieron en asamblea en Portosín nuevas protestas para “salir de este atolladero”, como una concentración mañana en Oviedo con sus compañeros asturianos. La mayoría de armadores intenta también que se una a ellos la minoría que, aun sin gustarle el nuevo reparto, está dispuesto a acatarlo. Estos últimos representan unos 30 barcos, según la Xunta, tan solo 12, asegura el sector. Pero, al ser los más grandes, también son a los que les corresponde más cupo de pesca, por lo que no les plantea problemas gestionarlo individualmente.
“Es la ruina”, sostiene, por el contrario, el grueso del sector gallego. Al igual que el asturiano, se echó las manos a la cabeza cuando, a la vuelta de aquella reunión de 10 horas en Madrid, en vísperas de Navidad, se enteró de lo que habían pactado sus representantes con Pesca. Y es que la cuota que se asigna a cada barco se calcula teniendo en cuenta, como criterio principal (70% del total), el histórico de sus descargas de caballa y jurel desde 2002. El tercio restante varía en función del tonelaje y tripulación del barco. Lo que exige el cerco gallego, y también el de Asturias, es exactamente lo contrario o incluso que se obvien los registros de capturas. Están mal contabilizados, afirman. Y quieren que el reparto de los topes de captura sea “lineal”, proporcional al número de tripulantes de cada embarcación, exactamente igual al modelo establecido para el sector del arrastre. Con esta propuesta, que Pesca no acepta, a cada armador del Cantábrico Noroeste le corresponderían 2.446 kilos de caballa por tripulante enrolado. Con el acuerdo que el ministerio quiere aplicar ya, los de A Coruña solo podrán pescar 1.656 kilos por tripulante, los de Lugo 1.881 y los de Pontevedra 1.000. Unas cifras bien lejos de los 4.264 kilos otorgados al cerco de Guipúzcoa o los 2.159 para el de Vizcaya. Esas eran las cifras que llevaban los armadores gallegos a la reunión fallida de ayer en la que tan solo esperaban, en palabras del patrón mayor de Sada, Andrés García, “el apoyo total de la Xunta” para evitar que se consolide un modelo perjudicial para Galicia. Pero, de momento, el diálogo está roto.
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