Condenado a 11 años el joven que mató a un adolescente en Lloret
Andrew Milroy, de 15 años, fue acuchillado en una pelea
La Audiencia de Girona ha condenado a 11 años de cárcel a Ludwig Alexis Thiebaud Gallier, el francés de 21 años que la madrugada del 17 de julio de 2011 mató de una puñalada en la axila a un vecino de Lloret de Mar de 15 años. Además le obliga a indemnizar a los padres de la víctima con 120.000 euros. La resolución del tribunal recoge prácticamente en su totalidad las tesis que dio el pasado 31 de enero el jurado popular cuando en su veredicto consideró al acusado culpable de un delito de homicidio.
Andrew Milroy, de 15 años, fue asesinado cuando volvía a casa de madrugada. El adolescente recibió una cuchillada al intervenir en una pelea entre varios de sus amigos y un grupo de jóvenes franceses en una calle cercana a la zona de fiesta de Lloret, según declararon entonces los testigos a los Mossos d'Esquadra. Milroy murió poco después en el hospital de Blanes. Los autores del crimen huyeron a Francia esa misma madrugada. El Área Territorial de Investigación de los Mossos d'Esquadra se hizo cargo del caso e identificó a los sospechosos, tras lo cual se puso en contacto con la policía francesa.
En la sentencia, de la que ha sido ponente el presidente de la sección cuarta, Adolfo García, el magistrado defiende la imposición de 11 años de pena, lo que califica de “ajustada”, dentro de la horquilla prevista para el homicidio, que va de los 10 a los 15 años. “Tomando en consideración la horquilla del delito de homicidio, y las circunstancias principales tanto de la joven edad del acusado como del hecho que se valió de un instrumento peligroso para provocar su muerte, creemos que debe aumentarse levemente el mínimo previsto”. El fiscal había pedido que se le impusiera la pena máxima, y la defensa, la mínima.
Según el tribunal popular, los hechos sucedieron en el transcurso de una pelea, por lo que la víctima tuvo opción de defenderse. El acusado no tenía intención de matar a Milroy, pero era consciente de que usando una navaja, podía acabar con su vida.
La resolución de la sección cuarta recoge que aunque el joven dijo haber ingerido más de dos botellas de vodka entres tres amigos, “más allá de las propias declaraciones de los dos acusados, en las que reconocieron haber consumido varios combinados de vodka, no existe ninguna evidencia de que tales consumos llegasen a afectar notoriamente a sus normales facultades de entender y querer”. Según el magistrado, “el comportamiento que tuvieron en momentos anteriores y posteriores al suceso no evidencia una singular influencia del alcohol”.
En cuanto al “pánico” que habría sufrido el acusado al sentirse acorralado por el grupo de menores –entre los que se encontraba la víctima- que atracaban a turistas a golpe de cinturón, considera que “no ha quedado acreditado que la situación sufrida por el acusado cuando propinó el navajazo en el costado fuera de un miedo tal que alterase sus capacidades”. Tampoco queda acreditado “que fuera acorralado por varias personas contra un establecimiento comercial y tuviera que emplear algún mecanismo para tratar de defenderse. Se trató de un enfrentamiento directo sin la intervención auxiliar de ninguna otra persona", concluye la sentencia.
En cuanto a Jeremy Puydebois, el otro francés que fue juzgado acusado de una falta de lesiones por haber dado un puñetazo a otro menor durante la pelea, hecho que ya reconoció en su declaración, el jurado le considerado culpable y el magistrado le ha impuesto una condena de seis días de localización permanente.
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