Tres detenidos en Francia por la muerte de un menor en Lloret
El Ayuntamiento se presentará como acusación particular en el caso
La policía francesa detuvo ayer a tres hombres por la muerte de Andrew Milroy, un muchacho de 15 años asesinado con una puñalada en Lloret de Mar (Girona) el pasado 17 de julio. España pedirá la extradición de los tres detenidos, todos de 21 años y nacionalidad francesa, que pasarán a disposición del Juzgado de Blanes.
Ayer se cumplía un mes de la muerte del Milroy, que volvía a casa tras salir de fiesta con varios amigos cuando fue acuchillado. El Área Territorial de Investigación de los Mossos d'Esquadra de Girona se hizo cargo del caso y procedió a intentar identificar a los sospechosos, que según declararon los amigos del joven eran "franceses de aspecto magrebí".Una vez identificados, la policía catalana se puso en contacto con la francesa para corroborar que los sospechosos se encontraban en Francia y, bajo la supervisión del Juzgado de Blanes, solicitó la detención. La policía francesa detuvo a Remi Romai A. y Jeremy P en la localidad de Isle d'Abeau, cerca de Lyon, y a Ludwig Ale. G. en Pont-AudeMer, en la Alta Normandía. El Ayuntamiento de Lloret de Mar anunció ayer que se presentará como acusación particular ante los presuntos asesinos del joven.
Andrew Milroy recibió una puñalada tras interceder en una pelea entre varios de sus amigos y un grupo de jóvenes franceses en una calle próxima a la zona de marcha de Lloret. Lo encontraron los servicios de emergencia poco después, todavía con vida en un callejón, alertados por un guardia de seguridad del Hotel Don Juan Center. Murió en el hospital de Blanes, el mismo donde había nacido 15 años atrás. Se desconoce si la búsqueda de más implicados en su muerte continúa, ya que el caso se encuentra bajo secreto de sumario.
El callejón en el que fue encontrado malherido Milroy continúa esta semana lleno de velas y mensajes de recuerdo y apoyo a la familia. Una tela con el lema Justicia para Andrew colgaba de la pared. Amigos y conocidos de Andrew peregrinaban al lugar para recordarle. "Siempre nos hacía reír", explicó Patricia, que iba a su misma clase, en el colegio religioso de la Inmaculada Concepción. Esther Sánchez pasaba largas tardes con él en una plaza de Lloret. "Nunca le había visto pelearse con nadie", afirmó.
La muerte de Andrew causó una gran conmoción en la localidad. Aunque el alcalde, Romà Codina (CIU), calificó el asesinato del chico a manos de unos turistas de "hecho aislado", los graves enfrentamientos que desembocaron en una batalla campal entre la policía y grupos de extranjeros la semana pasada han avivado el debate, hasta ahora dormido, sobre las consecuencias del turismo de bajo coste que atrae Lloret.
Vecinos y comerciantes de la localidad también han denunciado en los últimos meses los conflictos causados por grupos de jóvenes franceses que acuden a Lloret a pasar la noche en discotecas y que luego duermen en sus coches.
Hace unas semanas la madre de Andrew, Jackie Milroy, reconocía que la policía tenía un "trabajo difícil" para encontrar a los autores de la muerte de su hijo. Tres de ellos pasarán a disposición judicial en España.
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