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La Generalitat compara el conflicto catalán con la revolución de Ucrania

Mas contraataca con otro informe la ofensiva de Exteriores contra el soberanismo

Miquel Noguer
El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, durante su comparecencia en la Comisión de Exteriores del Congreso, hoy en la Cámara Baja.
El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, durante su comparecencia en la Comisión de Exteriores del Congreso, hoy en la Cámara Baja.JuanJo Martin (EFE)

Artur Mas no quiere que el Gobierno tenga la última palabra a la hora de explicar fuera de España el proceso soberanista de Cataluña. El departamento de Presidencia de la Generalitat publicitó este miércoles un informe titulado “Estrechar lazos en libertad” que pretende contrarrestar el documento que el ministerio de Exteriores envió a las embajadas para dar argumentos contra el independentismo. El nuevo documento de la Generalitat, de 50 folios, asegura que quiere aportar luz de forma “constructiva” al debate con “criterios de racionalidad”. Sin embargo, el documento advierte de que si el Gobierno “cierra en falso” la crisis independentista catalana ésta puede enquistarse y crearse una situación como la que vive Ucrania.

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El documento pretende desmontar los argumentos que Margallo ofreció en el documento remitido a las embajadas, como el que aseguraba que el autogobierno catalán deriva de la Constitución. El nuevo texto del Ejecutivo catalán insiste en que la Generalitat fue restablecida un año antes, en 1977, un año antes de que se promulgara la Constitución vigente. Por ello, el consejero de Presidencia, Francesc Homs, responsable del documento, acusó al Gobierno de querer “reconstruir un cierto relato de la Transición” y obviar la historia reciente.

Ante la advertencia del memorándum de Exteriores de que una eventual independencia dejaría a Cataluña fuera de la UE, el texto pretende aportar “otros referentes a tener en cuenta a la hora de hablar con seriedad de política internacional” relativos a la soberanía española, como la descolonización del Sáhara Occidental, Gibraltar, las vallas de Ceuta y Melilla y la crisis por la isla de Perejil de 2002.

También afirma que las situaciones políticas no son inamovibles, sino que pueden cambiar incluso en unos meses, por lo que alude al caso de Ucrania a raíz de la eliminación de la URSS. En 1991 los rusos votaron mayoritariamente a favor de mantener la URSS como federación renovada de repúblicas soberanas, pero a finales del mismo año Ucrania se independizaba en un referéndum en el que el sí ganó de forma abrumadora (90,32%). “A veces, para bien o para mal, algunas sospechosas Verdades Eternas políticas duran meses. Si, además, el debate se cierra en falso, puede desembocar en una situación como la que vive justamente Ucrania en estos momentos”, añade el texto en referencia a la situación revolucionaria que vive ese país.

El Cidob estudiará los escenarios de la secesión

No solo la Generalitat y el Gobierno elaboran informes sobre una hipotética Cataluña independiente. En los próximos meses también lo hará el Cidob, uno de los Think Tanks más prestigiosos de Europa, con sede en Barcelona. El organismo, en cuyo patronato están el Ayuntamiento y la Generalitat, pero también los ministerios de Defensa y de Exteriores, analizará los escenarios de una posible independencia. Así lo anunció ayer el presidente de la entidad, Carles Gasòliba, quien aseguró que la fundación realizará el estudio de forma “neutral” y sin otra voluntad que asesorar a las diferentes partes en conflicto con “rigor académico”. Gasòliba defendió en un encuentro con periodistas que, como en todo think tank que se precie, éste es un estudio “ independiente” que no ha encontrado resistencia en ninguno de los patronos de la institución.

La Generalitat insiste en que el movimiento soberanista es festivo y transversal, y rechaza que se busque una ruptura traumática con el resto de España. “Nadie quiere desgarrar ni abandonar a nadie: estos términos sirven para tratar conflictos matrimoniales, no asuntos políticos”, se advierte en el informe, que sostiene que la historia rebate la visión de España como país que une a diferentes pueblos y que estos se funden voluntariamente a un acervo común de culturas.

El documento llega después de la última ofensiva antiindependentista de diferentes sectores empresariales. El presidente catalán, Artur Mas, tuvo que salir al paso este miércoles de la declaración antiindependentista lanzada el martes por unos sesenta directivos alemanes residentes en Cataluña. “Tan respetables son las opiniones de estos empresarios como las de millones de personas que quieren votar”, dijo el presidente en el Parlamento antes de presumir de que Cataluña, en pleno debate soberanista, ha liderado la atracción de inversiones extranjeras. La química alemana Basf se desmarcó de la declaración de los empresarios, firmada entre otros por su consejero delegado en España. La empresa insistió en no tiene intención de “influir” en debates políticos.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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