Sampere se declara la candidata de síntesis y pide un PSC más plural

De pie, sin tarima, atril ni papeles, Rocío Martínez-Sampere presentó ayer su candidatura a las primarias de Barcelona del PSC en el Museo de Historia. “Represento un proyecto desde la síntesis”, dijo, y recordó el apoyo que tiene de diversos concejales socialistas que pasaron por el Ayuntamiento en los 32 años de Gobiernos de izquierda.

Entre el casi centenar de asistentes también se vieron pequeños empresarios, arquitectos y otros profesionales liberales, con los que la candidata dijo identificarse tanto. Y la librera que la conoció cuando era niña y ofició de presentadora. Tampoco faltaron Fabià Mohedano y Jordi del Río, alineados con el sector crítico del PSC y a los que no pasó por alto. “Discrepo con algunas decisiones que se están tomando en el PSC, porque parece que preocupan más los que sobran que no los miles que faltan”, dijo Sampere, al tiempo que reclamó un partido “más diverso”, del que dijo sentir “orgullo, respeto y admiración”.

Más allá del previsible mensaje de abogar por una nueva manera de hacer política, transformar la ciudad o volver a plantear un proyecto ilusionador, la candidata proclamó que su prioridad será combatir los efectos devastadores de la crisis, una “apuesta económica potente” para Barcelona y “garantizar la dignidad de los ciudadanos”. Fue ahí donde más concretó y se propuso que ningún niño pase hambre en la escuela, que nadie duerma en la calle y que se combatan “los problemas de la gente que vemos por las plazas”.

Martínez-Sampere pasó de puntillas sobre la cuestión soberanista diciendo que “no se puede romper la cohesión social” y reclamando la celebración de la consulta y después pidió a los asistentes que se implicaran. Por eso les sugirió que rellenaran una cartulina, con una queja, una idea o un compromiso y dijo que ofrecía credibilidad porque “a la gente hay que decirle lo que es”. En esa línea prometió “servir a los ciudadanos desde el Ayuntamiento, mande quien mande en mi partido y en Cataluña”, y acusó al alcalde Xavier Trias de ser “el doceavo consejero de la Generalitat”.

La candidata se ve con fuerzas para “liderar una mayoría por el cambio” en Barcelona que sea capaz de “recuperar la energía de las izquierdas”, más allá de “promesas retóricas que empobrecen la democracia”.