El descontrol del déficit deja al Consell a expensas de los ajustes que exija Montoro
La oposición acusa de incapacidad al Ejecutivo autonómico
El descontrol del déficit de la Generalitat, que volverá a superar el objetivo del 1,6% del PIB fijado por el Gobierno para 2013, deja al Consell a expensas de los ajustes que decida el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
El Consell volvió este miércoles a exhibir su impotencia para cuadrar los gastos y los ingresos por boca del vicepresidente del Ejecutivo autonómico. José Ciscar insistió en que “el déficit es de ingresos y no de gastos” y recalcó: “El problema sólo se puede solucionar con el nuevo sistema de financiación que se tiene que aprobar en el año 2014”.
Lo que obvió el vicepresidente es que el Ministerio de Hacienda dispone de mecanismos coercitivos para aplicar nuevos recortes o aumentar la presión fiscal a las autonomías que incumplan los objetivos fijados por el Gobierno.
La Generalitat se comprometió el pasado verano en el Consejo de Política Económica Fiscal y Financiera a cumplir con el objetivo del 1,6% del PIB en 2013 tras presionar durante meses para que el Gobierno aceptara aplicar un déficit asimétrico a cada comunidad autónoma en función de su situación financiera. En la misma reunión, el consejero de Hacienda, Juan Carlos Moragues, advirtió que no podría cumplir con el objetivo de déficit del 1% fijado para 2014 si no se modificaba este mismo año el sistema de financiación autonómica.
La realidad es que el Consell ha incumplido los objetivos fijados en los dos últimos años y va camino de incumplir un tercero. Si en 2011, la Generalitat cerró con un déficit del 5%, en 2012 lo hizo con un desfase del 3,69% cuando el objetivo se había establecido en el 2,5%. Para 2013, el Ejecutivo que preside Alberto Fabra logró que se aumentase el déficit autorizado del 0,7% previsto inicialmente al 1,6%. Sin embargo, los datos facilitados por el Ministerio de Hacienda señalan que en el mes de noviembre el objetivo ya se había sobrepasado en cuatro décimas. Fuentes del Consell asumen que, tras contabilizar diciembre, el déficit se situará entre el 2,4% y el 2,6% del PIB.
A pesar de este escenario, el Consell intentó este miércoles evitar el estado de alarma y negó que el incumplimiento se vaya a traducir en nuevos recortes. “Durante estos años se han hecho los ajustes que se tenían que hacer y más allá ya no se puede ir”, dijo Ciscar.
En los despachos, el consejero de Hacienda intenta convencer al ministerio de que acelere la reforma del sistema de financiación autonómico o, al menos, que este se aplique con carácter retroactivo al 1 de enero de 2014. En este contexto, Moragues también intenta que Montoro establezca algún fondo transitorio de nivelación o de compensación de los déficit no autorizados de ejercicios anteriores. En definitiva, cualquier fórmula que pueda aligerar la presión sobre el servicio de la deuda, que se ha convertido en la tercera partida del gasto de la Generalitat.
En este contexto, el secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, aseguró que el déficit demuestra el fracaso de un Consell que “no tiene nada que decir, ni está haciendo nada para superar esta situación”. “El déficit demuestra la inviabilidad de este Gobierno [valenciano] y la necesidad de convocar elecciones”, remachó Puig.
La coordinadora general de Esquerra Unida, Marga Sanz, se mostró alarmada por la incapacidad del Consell. “Si ya contemplan la posibilidad de sanciones e incluso una intervención del Gobierno central por el incumplimiento del déficit, nos preguntamos a qué espera el presidente Fabra para dar explicaciones”.
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