Libros de texto a coste cero
L’Alcúdia y Benicàssim combaten el recorte de becas con inversiones y reutilización de materiales
Desde que la Consejería de Educación suprimió el curso pasado las becas para la compra de libros de texto, el intercambio y la reutilización de éstos se han disparado en mayoría de los centros de enseñanza valencianos. Hasta la consejería impulsó una plataforma on line de intercambio y animó a la creación de bancos de libros. Algunos Ayuntamientos se revelan capaces de algo más: acercarse a la gratuidad de los libros de texto para sus vecinos con fórmulas en las que se implican las asociaciones de padres y los claustros de los centros escolares. La combinación de ayudas públicas y reutilización se revela como la fórmula magistral.
El Ayuntamiento de Benicàssim (Castellón) ha conseguido que este curso tanto el alumnado de Primaria como de Secundaria no pagaran más de 20 euros por los libros. La apuesta del de L’Alcúdia (Valencia) va más lejos: La gratuidad total, que ha de concretarse en los presupuestos a aprobar mañana miércoles. La idea surgió hace más de 15 años, explica Robert Martínez, maestro y alcalde de esta población de cerca de 12.000 habitantes, con una ayuda de cara a la gratuidad de los libros. “Intentábamos copiar el modelo francés, donde el propietario de los libros es el centro, que lo da al alumno y este ha de devolverlo”, explica. “Así ruedan tres o cuatro años”.
No encontró entonces respuesta favorable en las familias, pero ahora, con la crisis, es distinto. “Aquí todo se consulta con los claustros y las AMPA”, corrobora Carmen Presencia, presidenta de la asociación de padres y madres de alumnos (AMPA) del colegio Heretats. Se da la circunstancia insólita de que desde hace dos años, el Ayuntamiento proporciona tabletas digitales al alumnado de quinto de Primaria. De cara al próximo curso, el Ayuntamiento ha lanzado una propuesta sobre libros que respalda el Consejo Escolar Municipal.
Bancos de libros y ayudas, a expensas de la LOMCE y la nueva ley local
La Corporación, que hasta la fecha venía dando una ayuda de 60 euros por cada uno de los en torno 1.100 alumnos de Infantil y Primaria de la población, hará una inversión extraordinaria de un año para comprar todos los libros que necesitan los tres colegios (dos públicos y uno concertado) de la población, con una media de 180 euros por alumno.
Al año siguiente bastará con aportar un tercio de esa cantidad, “de manera que se renueve todo cada tres años”. El caso, subraya, es que “salga gratis a las familias”. “El gran cambio”, advierte, “es que el dinero va a los centros y requiere la implicación de los claustros”. Y si todo va bien, confía el alcalde, el sistema se extrapolará al instituto de Secundaria. “Falta por perfilar el mecanismo interno de funcionamiento”, matiza Carmen Presencia, pero lo que está claro es que todo el mundo tiene que colaborar, es mucho trabajo”. La idea es comprar a través de las librerías locales para que “el gasto se quede en el pueblo”.
En Benicàssim (Castellón), la financiación de los libros de texto data de dos legislaturas atrás. En el curso actual, el Ayuntamiento financia con 140.000 euros un programa para la adquisición de libros, material escolar y “otras actuaciones complementarias” al objeto de “fomentar la reutilización” y “optimizar los recursos en la enseñanza obligatoria”. El programa se aplica mediante convenios con las AMPA de los dos colegios y el instituto de la población. “El profesorado determina qué libros continúan y cuáles se renuevan”, explica el concejal Mauro Soliva, “y con arreglo a eso se hacen las previsiones de gasto”.
Centros como El Palmeral de Alicante socializan todos los materiales escolares
Cada AMPA se organiza a su criterio, explica José Mata, directivo de la asociación del colegio El Palmeral de Benicàssim. El AMPA se hace cargo de la recogida de los libros usados, la compra de los nuevos y el reparto a los socios. La consecuencia es que “todo el mundo forma parte ya del AMPA”, reconoce Mata. A las familias se les pide una pequeña aportación que este curso, en el caso concreto de El Palmeral, ha supuesto solo 12 euros por alumno.
Los Ayuntamientos destinan partidas dispares a subvencionar libros de texto y material escolar. Lo insólito es llegar a la universalidad de los beneficiarios y la gratuidad total, como aspira L’Alcúdia, o casi, como en Benicàssim. Montcada (Valencia) cuenta desde 2002 con una partida en el presupuesto municipal para libros. El Ayuntamiento ha puesto este curso 55.000 euros para este fin en la enseñanza obligatoria. “Cada centro elabora su propio programa de reutilización”, señala Paco López, directivo del AMPA del instituto Enrique Tierno Galván. Se trata de un “fondo común de libros” que se nutre de tres fuentes: las donaciones de libros, de la subvención municipal y la aportación de la propia AMPA, explica. Con este sistema, sólo en el instituto “las familias se han ahorrado este curso 62.000 euros”.
La Confederación Gonzalo Anaya de AMPA recuerda que presentó en el curso 2011-12 a la consejera de Educación “un programa de reutilización como los desarrollados en Montcada y Benicàssim, con fondo económico público, tutelado por la Administración y gestionado por la comunidad educativa”, y que fue apoyado por las otras confederaciones autonómicas, Copava y Concapa. “Pero no hemos obtenido respuesta”, aseguran.
Nubarrones en forma de leyes
Surgen nuevas fórmulas para abaratar el coste de la mochila escolar, pero también factores de riesgo e incertidumbre. “Buena parte del trabajo que hemos hecho con los bancos de libros en los centros se irá al traste con las modificaciones que exige la LOMCE”, se lamenta María Dolores Tirado, presidenta de la Gonzalo Anaya. En su centro, por ejemplo, sin ayuda alguna, solo con las cesiones de las familias, han logrado reducir en 14.000 euros el gasto total en manuales.
Lo mismo piensa Ramón López, presidente de la Covapa, que promovió un banco de libros on line en las principales ciudades alicantinas y que “ha funcionado muy bien”. Teme, además, que los Ayuntamientos tengan problemas para subvencionar gastos educativos con la nueva ley de Administración local. En el caso de L’Alcúdia y Benicàssim confían en que el superávit de sus cuentas les permita continuar con sus políticas educativas. López recuerda que en muchos centros alicantinos se han extendido fórmulas de socialización del material escolar que han ayudado a las familias a afrontar los embates de la crisis y la supresión de ayudas. El AMPA del colegio El Palmeral de Alicante lo explica en su web: los libros se cambian según se estropean y “si hay cambios importantes de contenidos se cambian todos”. Pero no solo los libros: “Excepto la mochila y el bocadillo el resto de materiales que hay que llevar al cole los asume el sistema”. Las familias solo tienen que pagar en torno a 170 euros por alumno para todo el curso.
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