La recogida de basura puerta a puerta es rentable
El sistema aumenta los ingresos por material reciclado y reduce los costes en incineradoras 106 municipios dejan de utilizar contenedores
Es el día de Nochebuena y los vecinos de Vilablareix (Gironès) tienen que cambiar sus hábitos, y no solo por los ágapes navideños. Para minimizar molestias a los ciudadanos y los trabajadores del servicio de basuras, el alcalde del municipio, David Mascort (ERC), ha decidido cambiar a las tres de la tarde el horario de recogida de residuos. Un día normal los habitantes del pueblo tendrían que haberlo hecho entre las siete y las ocho. “No pasa nada, solo tienes que amoldarte un poco”, explica Maria Àngels, vecina del pueblo.
Es martes y hoy toca sacar a la puerta de casa los envases. Cada día de la semana tiene asignado un tipo de residuo: orgánicos, papel y cartón, residuos no aprovechables (RESTA) y envases. Y los pañales, todos los días. Este municipio, junto con Olost (Osona), ha sido el último de los 106 ayuntamientos —Cataluña tiene 946— que han implantado el sistema de recogida de residuos puerta a puerta. Este modelo se basa en la recogida selectiva de los residuos en el que los ciudadanos son los encargados de separarlos. Pero en lugar de depositarlos en contenedores lo hacen en frente a su casa de acuerdo con un calendario y horario establecido por los ayuntamientos.
Vic, el gran paso
Muchas voces aseguran que el sistema puerta a puerta no es apto para municipios de más de 20.000 habitantes. Montse Cruz, comisionada técnica de la Asociación de Municipios Catalanes para la Puerta a Puerta, lo rechaza. Cruz pone a Bruselas y Milán como ejemplo de que el sistema es extrapolable a grandes ciudades. En el horizonte se vislumbra una posibilidad: Vic. A pesar de tener poco más de 40.000 habitantes, la capital de Osona es la esperanza de los defensores del sistema. “Si se demuestra que en Vic funciona, otras ciudades como L’Hospitalet o Badalona podrían animarse a instaurarlo”, afirma Cruz.
Vic trabaja desde octubre de 2010 en la implantación del sistema. Según los estudios previos, el Consistorio prevé ahorrar 130.000 euros en el sistema global de gestión de residuos si cambia el sistema de contenedores el próximo año y aumenta de 18 a 25 el número de trabajadores en la recogida de basuras. El Consistorio asegura que los contenedores están envejecidos, por lo que habría que repararlos o renovarlos en breve. Asimismo, los depósitos subterráneos sufren demasiado desgaste y el coste de mantenerlos es muy elevado.
Desde el Consistorio son precavidos. En enero tienen la primera consulta ciudadana y prefieren mantener el silencio hasta entonces. Pero los datos que manejan demuestran que además del beneficio económico, el municipio reciclará mejor. La previsión para 2014 con el sistema de contenedores prevé que la mitad del material que se recoja vaya directo al vertedero, mientras que con el puerta a puerta aseguran que se reduciría hasta el 27%.
En Vilablareix desaparecieron los contenedores de las calles el pasado octubre. “Después de ver cómo funcionaba el antiguo sistema, queríamos mejorar el sistema de recogida así que decidimos que había que cambiar de modelo”, argumenta Mascort alcalde del pueblo por ERC. Desde entonces, los cerca de 2.500 habitantes del pueblo dejan sus bolsas de residuos en la puerta de su casa en vez de depositarlas en los ya extintos contenedores municipales. Ya son más de 300.000 los catalanes que han tenido que adoptar este nuevo hábito. Un crecimiento cimentado desde el año 2000, cuando Tiana, Tona y Riudecanyes dieron carpetazo a los contenedores.
Los detractores del puerta a puerta aseguran que el sistema tiene muchos inconvenientes como la excesiva responsabilidad de los ciudadanos en el reciclaje, el cambio de hábitos, el almacenaje de los residuos en casa y, sobre todo, el alto coste de recogida. Pero un estudio reciente de la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC), órgano dependiente del Departamento de Territorio y Sostenibilidad, revela que el coste global de gestión por habitante del puerta a puerta (68,4 euros) es “igual o incluso menor” que el de acera (69,4 euros).
En Vilablareix la adopción del nuevo sistema más barato va a dar una alegría en los bolsillos de los vecinos. Mascort avanza que el próximo año la tasa de basuras se reducirá un 3,5%. “La recogida es más cara con el nuevo modelo, pero obtenemos muchos más ingresos y reducimos otros gastos. Al final es rentable”, explica el alcalde. En 2012 el municipio envió más de 650 toneladas de residuos al vertedero y por cada una de las cuales pagó algo más de 57 euros. “Con los datos de los dos primeros meses del puerta a puerta, el próximo año prevemos enviar solo 80 toneladas, y no sabemos aún a qué precio estará la tasa de vertederos”, avanza Mascort. Desde su llegada a la presidencia de la Agencia Catalana de Residuos, Josep Maria Tost ha insistido en la necesidad de aumentar esta tasa que grava los residuos de rechazo, producidos por una deficiente recogida selectiva.
Otro de los factores que hacen mejorar la rentabilidad del sistema puerta a puerta, aseguran los ayuntamientos, es la “mejor calidad del material reciclado”, lo que aumenta sus ingresos. La Generalitat fija el precio del material reciclado en relación con la cantidad de impropios que contenga. Así, una tonelada de vidrio se venderá más barata cuantos más materiales extraños tenga. Mascort afirma que el pueblo cobra ahora un “15% más cara” la tonelada enviada a las empresas de reciclaje.
Matadepera ha logrado que la recogida selectiva de residuos alcance el 95%
El sistema puerta a puerta, además de un menor coste económico, supone también un alivio para el medio ambiente. Tost ya ha avanzado que el plan de residuos de Cataluña para 2020 prevé alcanzar un 60% de residuos recogidos de forma selectiva, lejos del 39% del pasado año.
Blanes (Selva) es el municipio más grande —40.000 habitantes— que ha aprobado el modelo puerta a puerta. Su alcalde, Josep Marigó (PSC), asegura que, aunque solo se implantó a una cuarta de la población, esta generó solo el 10% de los residuos enviados a los vertederos y separó correctamente el 43% de desechos los orgánicos del municipio. “Tiene mejores niveles de reciclaje, en los barrios donde funciona el modelo ya hemos superado el 70%. Nunca pensamos que alcanzaríamos estas cifras, unos resultados tan buenos, ya que en el resto del municipio no llegan a la mitad”, sentencia Marigó. Pero en otros municipios estos resultados se han superado. Los datos del Ayuntamiento de Matadepera revelan que en el municipio la recogida selectiva alcanza el 95%.
Los críticos del sistema puerta a puerta aseguran que “esclaviza” a los vecinos
“En poco tiempo ya se obtienen resultados”, asegura el alcalde del Vilablareix. En dos meses, el municipio ha triplicado la tasa de recogida selectiva. “Cambiamos el sistema para mejorar el reciclaje y lo hemos conseguido por encima de nuestras expectativas”, se felicita Mascort, que advierte que para adoptar el sistema puerta a puerta “hace falta un amplio consenso social y político”. A este consejo se suma Montse Cruz, comisionada técnica de la Asociación de Municipios Catalanes para la Puerta a Puerta: “La sociedad en ocasiones tiene miedo de cambiar, por eso es necesario hacer campañas de concienciación y educación”.
El presidente de la consultora medioambiental Eunomia, Dominic Hogg, advierte de que “las tasas sobre los vertederos tiene efecto sobre la calidad del reciclaje aunque no tanto sobre la reducción de generación de residuos”. Según los datos que manejan los ayuntamientos que han instaurado el puerta a puerta, en dos años se reduce en cerca de un 15% la generación de residuos.
La implantación de este sistema ha causado revuelo político en alguno de los municipios. Vilassar de Mar (Maresme) adoptó el sistema en 2003 cuando estaba gobernada por PSC y ERC. Cinco años más tarde, CiU ganó las elecciones municipales con la vuelta al contenedor como bandera. “El puerta a puerta hace de los ciudadanos esclavos de la basura”, asegura Joaquim Ferrer, alcalde de la localidad, quien reveló que las cifras de reciclaje llegaron como máximo a un 56% durante cinco años. Ferrer llegó a visitar en 2010 Usurbil, municipio de Guipuzkoa en el que Bildu instaló el sistema, para hacer campaña contra el puerta a puerta. “Pedimos no politizar este modelo, no debe haber reproches”, asegura Cruz.
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