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Los euskaldunes se relajan

Los bilingües usan el idioma dos puntos menos que hace 20 años.La zona de residencia y las inercias sociales determinan la brecha entre conocimiento y uso

Javier Rivas
Campaña en la que se pide utilizar el euskera los 365 días del año
Campaña en la que se pide utilizar el euskera los 365 días del añoJAVIER HERNÁNDEZ

El 49,4% de la población vasca mayor de 16 años, algo más de 920.000 personas, son bilingües o bilingües pasivos, según la última Encuesta Sociolingüística., hecha pública en julio del año pasado. En cambio, solo un 28,9%, unos 540.000 ciudadanos, utiliza el euskera en una u otra medida. Esta ratio baja a un 20% al hablar de quienes emplean el idioma cooficial tanto o más que el castellano. El resto lo usa, pero menos. La brecha entre conocimiento y uso y cómo rebajarla ha sido una de las claves recurrentes de las políticas lingüísticas de los últimos años, una brecha con mayor componente social y personal que político, cuando el consenso en este último sentidosobre el euskera nunca ha sido tan alto.

La diferencia vuelve a primer plano cuando mañana se celebra el Día Internacional del Euskera. “El uso está aumentando de manera ininterrumpida”, hasta 4,5 puntos en el arco de 20 años que traza la encuesta (1991-2011), recuerda el viceconsejero de Política Lingüística, Patxi Baztarrika. En ese mismo plazo, el porcentaje de ciudadanos bilingües ha subido ocho puntos (181.000 personas más que hace dos décadas), mientras que los bilingües pasivos se han más que doblado. Ha sido, con todo, un crecimiento de uso desigual: muy relevante en los servicios municipales (casi 11 puntos más en esas dos décadas) hasta llegar a un 24,7%)y en el mundo del trabajo, (24,5%),importante en los de salud, pero menor en las relaciones entre amigos.

Y no crece en el hogar, donde se ha estancado levemente por encima del 17%. Y ello entre quienes afirman usar el euskera tanto o más que el castellano. Para Baztarrika, la cuestión no es tanto el nivel de la brecha entre conocimiento y uso, “entre otras cosas porque el uso nunca va a aumentar al mismo nivel que el conocimiento”, como no sucede en ningún idioma de ningún contexto bilingüe o plurilingüe",sino el empleo que hace del idioma una persona bilingüe. Y los bilingües de hoy en día usan en general el euskera en menor proporción (dos puntos) de lo que lo usaban los euskaldunes de hace 20 años. El sistema educativo, básicamente, ha permitido que la recuperación del euskera haya avanzado muchísimo en un plazo muy corto.

Toda una generación ha podido euskaldunizarse en esas dos décadas. Casi el 60% de los jóvenes de 16 a 24 años es bilingüe, frente a un 25% en 1991. Y el uso que hacen del idioma ha subido 14 puntos (del 12 al 26%), más que en ninguna otra franja de edad. Ese rejuvenecimiento “espectacular”, en palabras del vicesecretario de Euskaltzaindia, Erramun Osa, presenta como otra cara que, al centrarse especialmente en las áreas urbanas, ofrece menos ámbitos de uso. “No es lo mismo el que nace en Ondarroa que quien vive en las tres capitales”, indica. La zona sociolingüística de residencia, en lo que supone de densidad de personas bilingües presentes en la red de relaciones de cada ciudadano, sigue siendo una de las razones principales de la citada brecha. En el área con un porcentaje de euskaldunes superior al 70%, más de un 90% de los bilingües habla euskera tanto o más que el castellano. En el sector con entre un 50% y un 70% de euskaldunes, la ratio se sitúa en el 52% de los bilingües.

Casi un 50% de los mayores de 16 años son bilingües; solo un 29% usa el euskera

A partir de ahí baja enormemente, hasta el punto de que la zona con menos de un 20% de euskaldunes apenas el 3% de los bilingües usa el euskera. “Tienen menos oportunidades de uso en un entorno donde la presencia del idioma es muy débil”, reconoce Baztarrika. “Hay unas inercias sociales”, apunta el escritor y académico de Euskaltzaindia Xabier Kintana. “En una sociedad que se mueve alrededor de la economía, una lengua que no tiene un reflejo en la sociedad mercantil y económica no está muy protegida. Tan importante como escolarizar es que al público, por ejemplo, se le ofrezcan los productos en las lenguas cooficiales”, añade. En ámbitos como el hostelero también se da un salto entre lo que ha avanzado el idioma y su exigua presencia en ellos, lamentan otros euskaltzales. La competencia lingüística y la facilidad para hablar en euskera es otra de las razones básicas que influye.

Quien se maneja mejor en una lengua que en otra tiene tendencia natural a usar la que mejor domina, coinciden varios de los consultados. “Optan por el código lingüístico en que no exista percepción de que se están equivocando”, incide Osa, quien enfatiza que “el peor euskera es aquel que no se utiliza”. Si no lo usas no avanzas en el conocimiento". Cada vez son más los ciudadanos que adquieren el euskera como segunda lengua sin ser la materna. Hace 20 años, el 26% de los euskaldunes de 16 a 24 años tenía el castellano como lengua materna. Hoy son 30 puntos más. Crece el euskera, pero la lengua en el hogar sigue siendo el castellano. De ahí la tendencia natural a su empleo en ámbitos no formales, como la familia, donde, además, los padres desconocen el euskera. El 76,4% de la población vasca mayor de 16 años emplea en el hogar casi siempre solo el español.

Consecuencia de todo ello: “Vivimos en una situación del bilingüismo desequilibrado que influye directamente en el nivel de uso del euskera. El bilingüismo equilibrado sigue siendo un objetivo con el que ganaríamos todos y la libertad de opción lingüística estaría mucho mejor garantizada”, opina el viceconsejero. “La única receta válida es emplearla”, apostilla. Si se perpetuara ese desequilibrio, “podría suceder que el euskera fuera una lengua conocida por mucha gente, pero subordinada en lo que a los usos se refiere., especialmente los más personales. Puede suceder que el euskerasea la segunda lengua de cada vez más personas, pero la primera de cada vez menos por la enorme fuerza deun idioma vigoroso como ell castellano”, concluye Baztarrika. “El castellano te envuelve desde que te levantas hasta que te acuestas”, tercia en este mismo sentido el exrector de la UPV y director de su Instituto de Euskara, Pello Salaburu, quien ve una segunda razón para la distancia entre conocimiento y empleo: “Desaparecida la militancia, los jóvenes usarán la lengua si la encuentran atractiva para emplearla en familia, con los amigos, etcétera.

Si usan el castellano es porque lo encuentran más atrayente o se sienten más cómodos con él”. Kintana aprecia más responsabilidad institucional que social. Nunca el consenso político ha sido tan amplio en que el euskera es patrimonio de todos, a medida que han crecido las actitudes favorables a su promoción. Pero un patrimonio que debe “ponerse en valor”, dice el presidente de Euskaltzaindia, Andrés Urrutia. De todos, incluidos los Gobiernos español y francés y su visión de las políticas lingüísticas. Y ello debería implicar, cree Osa, no solo su reconocimiento oficial por el Congreso y el Senado, sino también por las comunidades autónomas sin lengua cooficial. “Hablar de diversidad cultural y no hacer nada por acercarse a otras culturas dentro del Estado español resulta un poco chocante”, apostilla. el vicesecretario de la Academia. Baztarrika iba más allá en una conferencia que pronunció el pasado jueves en Bruselas. En su opinión, las lenguas que son oficiales en algún ámbito territorial de la UE deberían tener igual tratamiento que el concedido a las lenguas de Estado.

La única receta válida es emplear el euskera" Patxi Baztarrika

“Esto supondría más europeísmo, pues esa misma aceptación de las lenguas favorecería un mayor sentimiento europeo entre la población europea”, sostuvo. Ramón Saizarbitoria, reciente Premio Euskadi de Literatura en Euskera, considera que, por razones de distinta índole, entre ellas políticas, “puede haber crecido el temor a que ciertas actitudes reivindicativas —usar sistemáticamente el euskera como primera opción en el comercio, por ejemplo— sean tildadas de fundamentalistas”. Esas mismas razones servirían, en su apreciación, para explicar cierta relajación en el compromiso con la lengua. “Puede haber también cierto grado de frustración y la frustración cansa. Quizá fuimos demasiado optimistas sobre lo que cabía esperar de las políticas implantadas, y de ahí la frustración. Quizá las políticas tampoco han sido las más adecuadas. Seguramente han sido las que eran posibles y las que el euskera necesita requieren de un consenso social más fuerte, todavía, que el político”, remata.

Incertidumbre en las tiendas

Ramón Saizarbitoria, último Premio Euskadi de Literatura en Euskera, incide en que, además de quienes han aprendido el idioma por razones académicas o laborales, el aumento en los últimos años de vascohablantes no se ha traducido en un crecimiento significativo de las situaciones en las que es posible emplear el euskera. “Si en 1990 había que ir a cuatro farmacias para que le dieran a uno las aspirinas en euskera y ahora se necesita ir solo a tres, la incertidumbre en la puerta es la misma”, ejemplifica.

Y, con ello, la densidad de hablantes: "Un euskaldun solo puede hablar en euskera en una situación en que todos sus interlocutores le entiendan. Basta que en un grupo de cinco una persona no se entere para que el resto se sienta en la necesidad, o aproveche para ello, de pasarse al castellano, la lengua en que casi todo el mundo se siente cómodo".

“¿Por qué cuando entramos a una tienda no pedimos en euskara o cuando llamamos por teléfono a un negocio o institución?”, se pregunta Aizpea Goenaga, directora del Instituto Etxepare. “¿Por qué no hacemos el pequeño esfuerzo de entrenarnos a hablar en euskera en nuestro día a día?”, añade. En su opinión, “hay que crear la actitud desde niños de que todos los esfuerzos que se hacen no tienen sentido si no se respira y se vive en esa lengua”.

Para Xabier Etxaniz, vicerrector de euskera de la UPV, la situación del País Vasco es la de una sociedad “donde conviven lenguas que, por distintas razones, no están en una posición de igualdad”. “Todos hablamos castellano, por lo que es normal que al euskera le cueste hacerse un hueco. Ahora bien, en la comunicación en grupos pequeños, su uso ha aumentado mucho más”. Recuerda que, aunque parezca paradójico, “en una clasificación mundial por número de hablantes, el euskera está entre el 10% de lenguas mejor colocadas”.

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Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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