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El agónico final de Shirota

Subastados por 32.000 euros los bienes de la empresa de investigación en la que Reus invirtió más de tres millones

El ex alcalde de Reus, Lluís Miquel Pérez, a la salida del juzgado.
El ex alcalde de Reus, Lluís Miquel Pérez, a la salida del juzgado.Josep Lluís Sellart

Shirota Functional Foods, sociedad de investigación nutricional fundada en 2007 en Reus (Baix Camp) con capital público y privado y que está siendo inspeccionada por la justicia en un proceso bajo secreto de sumario, fue subastada ayer a precio de ganga. Solo una empresa pujó por los activos de la sociedad —maquinaria y equipos de laboratorio—, subastados en el juzgado mercantil número 1 de Tarragona. Pese a los más de tres millones de fondos públicos enterrados en el proyecto, el único postor —Absalab, una sociedad de Reus— se quedó con ellos por apenas 32.000 euros pese a que estaban valorados en 898.000 euros.

El administrador concursal de Shirota, Roberto Cortadas, debe decidir en un plazo de 15 días si acepta o rechaza la puja. “No tengo ninguna oferta más y no veo ninguna otra alternativa, de lo contrario todo terminará en un vertedero”, lamentó Cortadas. El administrador concursal desveló que Shirota tiene pendiente otra amenaza: el desahucio de la nave en la que sigue instalada la empresa en régimen de alquiler.

La creación de Shirota se remonta al 2007, época en la que aún imperaba el gasto sin límite en las Administraciones

El lanzamiento de los bienes de Shirota fue dictaminado por un juez y ya debería haberse producido. La nave, de unos 600 metros cuadrados, pertenece a la sociedad TecnoReus17, y sus representantes, que ayer acudieron a la subasta, explicaron que llevan dos años sin cobrar el alquiler. La deuda asciende a más de 50.000 euros. “Siguen allí los muebles, la maquinaria, todo, incluso dejaron las tazas de café y papeles, se fueron de un día para otro, como si se terminase el mundo”, explicaron los caseros de Shirota sobre el cierre de la empresa y la marcha de los empleados, unos siete científicos.

El desahucio fue dictaminado por un juez y ya debería de haberse producido. Sin embargo, las partes llegaron a un pacto que expira a mediados de enero. Los socios de TecnoReus17 buscaban ayer un cerrajero para cambiar inmediatamente la llave de entrada a la nave.

La caída de Shirota simboliza el fin del sueño que durante los pasados mandatos publicitaron los anteriores gobernantes de Reus, con el exalcalde, Lluís Miquel Pérez (PSC), a la cabeza. La creación de Shirota se remonta al 2007, época en la que aún imperaba el gasto sin límite en las Administraciones. La sociedad nació para impulsar el parque de Tecnoparc, polo tecnológico de la ciudad. Shirota fue fundada para la “obtención de nuevos alimentos funcionales, con propiedades saludables”, argumentó entonces el Consistorio, formado por PSC, ERC e ICV.

Proyecto ruinoso con fondos públicos

>Shirota Functional Foods fue creada en Reus en mayo de 2007 para desarrollar alimentos funcionales. El exdirector del CatSalut, Carles Manté, fue nombrado presidente.

>Los accionistas de la empresa eran la empresa La Morella Nuts (48%); la sociedad municipal Innova (40%); la empresa mixta Tecnoparc (8%); la Universitat Rovira i Virgili (URV, 2%); y el hospital municipal Sant Joan (2%). El Ayuntamiento de Reus controla, directa o indirectamente, el 45,8% de Shirota.

>El aval millonario. Innova avala en 2008 tres millones en créditos bancarios. La decisión de asumir todo el riesgo, pese a no tener mayoría, la toman el alcalde Lluís Miquel Pérez (PSC) y el director de Innova (Josep Prat).

>Facturación mínima. La actividad económica de Shirota era mínima, con una facturación en 2009 de 70.000 euros.

>La caída. La banca ejecuta en 2010 el aval y Reus asume todas las pérdidas. Shirota presenta concurso de acreedores.

>Primeras imputaciones. El juez imputa el pasado mayo a los 14 ediles (del PSC, ICV y ERC) que votaron el aval por, entre otros delitos, malversación, prevaricación y delito societario.

>Las detenciones. El juez ordenó el pasado día 14 detener al exrector de la URV, Lluís Arola; al presidente de La Morella Nuts, Joaquim Barriach; y al exsecretario de Shirota, Xavier Gómez. Pérez, Prat y Manté ya han declarado ante el juez anteriormente.

>Más imputaciones. El juez extiende la investigación a la forma como el actual equipo de Gobierno (CiU y PP) llevó a Shirota a su disolución. La segunda teniente de alcalde, Teresa Gomis, es imputada por delito societario e insolvencia punible.

>La liquidación. La subasta de los bienes de Shirota —maquinaria e instrumental de laboratorio val

El nombre de la compañía quiso ser un homenaje al médico japonés Minuro Shirota, que inventó lo que se considera el primer alimento funcional, un yogur probiótico. Pero estos aires de grandeza muy pronto quedaron atragantadas por una maraña de intereses: los fundadores de Shirota fueron la empresa reusense de frutos secos La Morella Nuts (48%), el holding de empresas municipales de Reus Innova (40%), Tecnoparc Reus SA (8%), la universidad Rovira y Virgili (2%) y el hospital municipal Sant Joan de Reus (2%).

El Ayuntamiento anunciaba con orgullo que se trababa de la “primera empresa en todo el Estado surgida de un proyecto CENIT [Consorcios Estratégicos Nacionales de Investigación Metodológica] del Ministerio de Industria”, y además calificaba Shirota como “una de las principales empresas de base biotecnológica” que operaban en Cataluña.

La Morella Nuts aportó a la sociedad una subvención del Ministerio de Economía de 1,34 millones de euros. El Ayuntamiento, por su parte, aunque no tenía una posición mayoritaria en la empresa, aprobó un aval de tres millones de euros. Pero muy pronto fue abriéndose un gran agujero financiero en la compañía. Según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, entre 2008 y 2009, Shirota apenas facturó 70.000 euros, aunque invirtió hasta 4,3 millones en mobiliario, equipos de laboratorio y “gastos de investigación y desarrollo”. Hasta 2010, se invirtieron seis millones y Shirota se precipitó poco a poco hacia la quiebra.

Los actuales gobernantes de Reus —CiU y PP, con el convergente Carles Pellicer como alcalde—, decidieron liquidarla el año pasado. Por conceder el aval de tres millones de euros están imputados los 14 regidores del PSC, ICV y ERC que gobernaron Reus, incluido el exalcalde. El juzgado de instrucción 3 de la ciudad, que investiga Shirota en una pieza bajo secreto de sumario separada del caso Innova, mantiene imputados por seis delitos, entre ellos blanqueo de capitales, al exrector de la Universitat Rovira y Virgili, Lluís Arola; el fundador de La Morella Nuts, Joaquim Maria Barriach, y Xavier Goméz, exgerente del Tecnoparc, el parque tecnológico de Reus. Por presuntas irregularidades en Innova también están acusados de seis delitos el expresidente de Shirota y exdirector del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), Carles Manté, y el exdirector de Innova y expresidente del Instituto Catalán de la Salud (ICS), Josep Prat.

Pero, además, el administrador concursal de Shirota acusó ayer a Innova de frustrar una oferta de compra por 250.000 euros realizada por Cibus Nutriomics Technology, constituida el 28 de febrero del 2013 y cuyo administrador era Gómez. El juez suspendió la actividad de esta empresa durante 15 días, por lo que no pudo optar a la subasta.

“De ninguna manera hemos querido entorpecer el proceso concursal, al contrario. Hemos velando para lo que los intereses municipales no resulten perjudicados y no hubiese intervenciones poco correctas”, se defendió ayer Pellicer (CiU). El juez ha ampliado la investigación no solo a la creación y gestión de Shirota, sino también a su liquidación. Por este último paso también está imputada la segunda teniente de alcalde, Teresa Gomis (CiU), acusada de delito societario e insolvencia punible.

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