Mas avisa de que volverá a incumplir este año el objetivo de déficit

Si no hay cambios de última hora, y a estas alturas del año es difícil que los haya para bien, Cataluña volverá a superar el límite de déficit que el Gobierno le fijó para este ejercicio, situado en el 1,58% de su PIB. El presidente catalán, Artur Mas, admitió ayer que será “difícil” ajustarse a esta desviación y, lejos de disimular, admitió que será complicado hacerlo mientras no se resuelvan asuntos como la nueva financiación autonómica. “Hemos hecho todo lo que podíamos”, aseguró antes de instar a la Administración central a aplicar la austeridad sobre las áreas de su competencia y dejar de señalar a las comunidades autónomas por sus incumplimientos.

Desde India, donde encabeza una misión comercial, Mas optó por una respuesta contundente a las críticas que el secretario de Estado de Hacienda, Antonio Beteta, que, el lunes, dijo que Cataluña, al igual que Andalucía, Murcia y Valencia están en riesgo de incumplir los objetivos fijados y las instó a emitir órdenes de no disponibilidad dejando así sin pagar algunas partidas ya presupuestadas. Mas respondió con dureza: “Hacemos el máximo esfuerzo posible en austeridad. No podemos hacer más, y el ministerio lo sabe”. Mas volvió a recurrir a la herencia del tripartito, que incluía un déficit del 4,6%, para decir que desde entonces se ha mejorado mucho. “Lo hemos reducido a la mitad”, recordó. También insistió en que Cataluña está “infrafinanciada”.

El Gobierno catalán prevé un fin de año dramático por

Pese a ello, su Gobierno está centrado en el plan soberanista y sigue decidido a dejar en manos de otras comunidades el liderazgo de las negociaciones para una nueva financiación autonómica. Un tercer elemento que Mas puso encima de la mesa para dejar claro que el actual límite de déficit no es algo sagrado para la Generalitat es que éste fue “impuesto” por el Gobierno sin negociarlo con las autonomías. El resultado es, según Mas, un objetivo de déficit “injusto” para Cataluña, pese a que éste es ya más elevado que en otras comunidades.

Su crítica de fondo es que el Gobierno ha dejado en manos de las autonomías los grandes ajustes que tocan el corazón del Estado del bienestar. En su opinión, Mariano Rajoy, lo hace para “protegerse políticamente” y centrifugar el desgaste hacia los presidentes autonómicos.

Pese a sus quejas contra el Gobierno, Mas sigue sin responder a la principal crítica que el Ministerio de Hacienda hace a la Generalitat que es haber fiado la cuadratura de los Presupuestos a unas privatizaciones que difícilmente se concretarán. El Gobierno catalán prevé un fin de año especialmente dramático en cuanto a atrasos de transferencias e impagos a proveedores y servicios concertados. La petición del Gobierno para que la Generalitat emita órdenes de no disponibilidad de partidas ya presupuestadas solo empeorará la situación y Mas se enfrenta ya a un grado de conflictividad alto en Cataluña, donde farmacias, centros concertados y prestadores de servicios sociales acumulan facturas impagadas.

Si la respuesta de Mas a Beteta fue dura, no lo fue menos su crítica al Gobernador del Banco de España, Luis Linde, quien aseguró que la independencia de Cataluña comportaría la quiebra de sus bancos. Mas le exigió “prudencia” a Linde y enmarcó sus declaraciones en una campaña de miedo contra el plan soberanista. “Estamos ante una historia que ya conocemos, en la que todo es apocalíptico, el infierno eterno; lo que pasa es que estas historias ya no se las traga nadie”, aseguró.

Las críticas por parte de la administración central le llegaron a Mas ayer por vía del embajador de España en India, Gustavo de Arístegui, quien criticó en Onda Cero que Mas asegurara que la figura de Gandhi le inspiraba en el proceso soberanista. “Para Gandhi, cualquier pretensión separatista estaba muy lejos de su ideario”, dijo el embajador recordando que siempre intentó evitar la partición de India y Pakistán.