La lavandería central hospitalaria retoma su actividad a bajo ritmo, según Sanidad

Los trabajadores de la lavandería hospitalaria centralizada del Servicio Madrileño de Salud, situada en Mejorada del Campo, han acudido esta mañana a sus puestos tras paralizar ayer la producción pero están operando a "ritmo lento", según indica un portavoz de la Consejería de Sanidad. Para evitar que los 19 hospitales a los que dan servicio se queden sin ropa de cama y toallas, las concesionarias han empezado a recoger la ropa sucia por sus propios medios, agregan las mismas fuentes. El director de recursos humanos ha convocado a los sindicatos a una reunión a las once y media de la mañana para tratar de desatascar el conflicto. La Comunidad aprobó el 3 de octubre la concesión del servicio por 45,9 millones de euros, lo que supone un ahorro de 36 millones.

El presidente de la Asociación de Empleados de Lavandería Hospitalaria, Francisco Ronco, explicó ayer que los trabajadores decidieron paralizar la maquinaria sobre las cinco de la tarde tras conocer la importante rebaja en las condiciones de trabajo que les plantea la Unión Temporal de Empresas (UTE) que se encargará del servicio a partir del 1 de diciembre: Fundosa Lavanderías Industriales (Flisa) y Lavandería Industrial Laundry Center, ambas del grupo empresarial de la Fundación ONCE.

Responsables de la UTE se habían entrevistado horas antes con algunos de los trabajadores. En dichos encuentros, según el responsable de salud y servicios sociosanitarios de la Federación de Servicios Públicos de UGT Madrid, Ignacio Hernández, la empresa ofreció a los trabajadores el mantenimiento de su puesto de trabajo pero con una rebaja salarial de hasta el 46%.

Cobraban hasta ahora una media de 1.100 euros y la empresa, según ha explicado Hernández, les está ofreciendo hasta 660 euros en función del cargo que ocupan. Francisco Ronco, presidente de la Asociación de Empleados de Lavandería Hospitalaria, indica que un celador pasará a cobrar 600 euros mensuales frente a los 1.100 actuales, mientras que en 680 euros se quedaría la nómina de un mecánico de mantenimiento o de un conductor de camión, que perciben 1.400 euros. "No se puede vivir con este sueldo", lamenta el portavoz de UGT.

A los empleados de tarde se les fueron sumando los de otros turnos y se llegaran a juntar a las nueve de la noche cerca de 150 trabajadores, que aseguraron que no iba a salir en toda la noche ningún camión a recoger la ropa sucia de los hospitales. De ellos, unos 80 han dormido en el centro y mantienen el conflicto "abierto" a la espera de encontrar una solución con el gerente de la empresa.

Tras conocerse el plante de la lavandería, Sanidad indicó que no se había convocado ninguna huelga en el servicio y avanzó que, a pesar de este cese de actividad, los usuarios no van a sentir ningún efecto ya que la adjudicataria se comprometió a lavar por sus propios medios toda la ropa de los hospitales que no laven los trabajadores.

Sanidad recuerda que Flisa lava la ropa desde hace años en distintos hospitales madrileños. En concreto, se encarga del servicio de lavandería hospitalaria del Ramón y Cajal, El Escorial y la Cruz Roja desde 2010; en los hospitales Puerta de Hierro e Infanta Sofía desde 2008; en Móstoles, desde 2007; y en la Fundación de Alcorcón desde 1999. También trabaja en Andalucía en el Macarena y en el Clínico. Y lo hace con los salarios contemplados en el convenio colectivo, cuya tabla de salarios es de una una media de 662 euros a excepción del encargado general, que le sube a 672 euros.

Al respecto, un portavoz de Flisa indicó ayer que aplicarán a la lavandería hospitalaria centralizada el convenio colectivo de las lavanderías industriales de la región, “de la misma manera que viene haciendo en las que ya tiene”. “No les bajamos el contrato, les aplicamos el convenio”, apostilló. Con 27 lavanderías industriales propias, Flisa cuenta con más de 3.000 trabajadores, de los cuales más del 86% son personas con discapacidad.

Sanidad añade que, tal y como se acordó con los agentes sociales, la Comunidad de Madrid exigió a la concesionaria que contratara a los 207 trabajadores interinos y eventuales que, de otro modo, se hubieran ido al desempleo, puesto que no eran personal fijo de la Administración. A los 123 trabajadores fijos se les dio la posibilidad de que se quedaran en sus puestos con la nueva empresa con una excedencia o su traslado a otros centros del Servicio Madrileño de Salud. En total son 360 trabajadores.

El pasado 1 de agosto, coincidiendo con el último Consejo de Gobierno antes de las vacaciones de agosto, el Ejecutivo madrileño aprobó el nuevo contrato de servicios de lavandería de ropa hospitalaria para centros dependientes del Sermas. Lo hizo para un periodo de 48 meses por 47,5 millones, cifra que la adjudicataria ha rebajado en millón y medio de euros. El canon anual que deberá abonar la concesionaria es 521.139,6 euros por el uso de las instalaciones y el equipamiento de la lavandería central; esto es, 2.084.558,4 euros por los cuatro años de vigencia del contrato.

El contrato engloba los servicios de lavandería de todos los hospitales de la red pública con gestión directa: La Paz, Cantoblanco, 12 de Octubre, Ramón y Cajal, Gregorio Marañón, Clínico San Carlos, La Princesa, Santa Cristina, Carlos III, Niño Jesús, Cruz Roja, Virgen de la Torre, La Fuenfría, Getafe, Móstoles, Severo Ochoa, Príncipe de Asturias, El Escorial y Guadarrama. Fuera se quedan los hospitales psiquiátricos José Germain y Rodríguez Lafora, “por emplear ropa distinta a la del resto de centros”, y el hospital Virgen de la Poveda, “por motivos de transporte”, explica la Comunidad.

La unificación de compra de bienes y servicios (limpieza, seguridad y lavandería en hospitales), estimada en 114,6 millones, supone una reducción de siete millones respecto a 2013 (5,79%), recogen los presupuestos regionales para 2014.