Un perfil insular de Carme Riera
La escritora ingresó en la Real Academia Española con un documento literario histórico sobre un siglo de miradas sobre Mallorca
En su día recordó a Scarlata O'Hara de Lo que el viento se llevó y en su esplendor la escritora Carme Riera Guilera (1948), al ingresar en la Real Academia Española (RAE), esta semana, apareció estelar, aun más alta, enfundada en un vestido largo y con volantes, color vino de moda, de Rosa Clará.
Es hija del profesor del primer instituto de Palma, don Eusebio Riera, democristiano que se reunía clandestinamente en su casa con sus cómplices antifranquistas [lo cuenta ella en sus memorias infantiles Temps d'innocència (2013)]. Con más docentes, Eusebio Alomar entre ellos, Riera fue solidario con una profesora de literatura depurada por la dictadura, Antonia Suau.
Otro Eusebio Riera, el hijo, también profesor y filósofo, fue n'Eusebi, el hermano menor de la académica, ex comunista juvenil, líder de los profesores no numerarios contra Franco, es hoy un director jubilado del oficio, no de su rebeldía. En la familia Riera la tradición de los Eusebio se cimenta en su antepasado Eusebio Estada, ingeniero reformador del tren en Mallorca y que impulsó el derribo de las murallas de Palma. Otro predecesor fue el general Valeriano Weyler, tan temido en Cuba. El eco de algunas raíces biográficas flota en las páginas y temas de la literatura de Carme Riera. En la sombra de la famosa autora está Francesc Paco Llinàs Ribot, su marido, químico, que fue su profesor y que es un narrador tardío: Perfum: Maderas de Oriente (199l) y Or cremat (2008).
La vocación de Riera es deudora de los cuentos de su abuela Catalina. En su discurso en la RAE señaló la obsesión de su padre para que aprendiera a leer. Empezó a anotar sus historias a los ochos años. En su escritura del “yo” queda el dietario de cuando gestó a su hija —Temps d'una espera (1998)— que ya le hizo abuela. Una obra caló hondo, la del drama de los chuetas de Mallorca en Dins el darrer blau (1997).
Riera ha condensado la esencia de un siglo de libros sobre la isla y sus nativos
Cuarenta parientes —con su anciana y vital madre— y amistades cercanas acompañaron en Madrid a la novelista en su acceso al templo de la Academia. Ningún político insular en la sala. El presidente balear José Ramón Bauzá, emitió un tuit con orgullo por s'ingrés de s'escriptora i filòloga mallorquina @CarmeRiera_ofic a sa RAE. Dialectal total.
Aún en el catalán popular oral de las islas a las realidades “superiores”, se les mantiene el artículo literario de distinción: la Vila, la Mar, la Seu. No todo se sala en es mallorquí, nostro, d'aquí que vindica con tono adusto la presidenta de Mallorca, Maria Salom.
Ante la Princesa real, Letizia Ortiz, Carme Riera se pertrechó con un documentado discurso histórico literario, uno de los más completos documentales con personajes, que sobre Mallorca y los mallorquines se han dicho. Pero también hizo una alusión a los “sinvergüenzas actuales que abusando de los poderes de sus cargos, hicieron de la estafa y el fraude una forma de vida”, otra a sus “dos lenguas” propias; más de 200 citas al “paraíso” de Mallorca “un lugar parecido a la felicidad”, y el lamento por los pocos espacios preservados.
Bauzá y su tuit
Al igual que en su Formentor, la utopia posible (2009) y en otros proyectos, Riera y sus documentalistas han peinado cientos de obras para condensar la esencia de un siglo de libros de miradas sobre la isla y sus nativos. Falta engarzar una joya: Louis Codet Images de Majorque (París, 1926), entre el reportaje y el análisis psicológico.
La escritora Carme Riera cuajó su redacción en el colegio de Son Espanyolet de las monjas francesas del Sagrado Corazón de Palma. Su instructora literaria fue la mítica —y dura— profesora de francés Aina Moll, hija de Francesc de B. Moll, que pinchaba discos de George Brassens, Jacques Brel o Georges Moustaki.
Aina Moll presentó en Palma el libro de Carme Riera La meïtat de l'ànima (2004) donde evoca a Albert Camus en una transposición de la figura del padre. El éxito literario arribó pronto. En 1975 arrasó con su ópera prima Te deix amor la mar com a penyora, que encandiló a miles de adeptos para siempre. La obra académica central de Riera es La Escuela de Barcelona (1988) sobre la égida de los poetas Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral y José Agustín Goytisolo. Decenas de ediciones y traducciones galvanizan la rúbrica de la escritora que escribía ante el mar en sa Marineta de Deià, siempre en Barcelona y ahora en Cala Major de Palma.
Carme Riera, encandilo ya en 1975 a miles de adeptos para siempre/ TOLO RAMON
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