El soberanismo divide a las casas regionales de Cataluña
“No estamos por la ruptura con España”, afirma el presidente de la federación
El proceso soberanista que invade la política catalana divide a las casas regionales y entidades culturales que aglutinan a comunidades de inmigrantes. Algunas de ellas son reticentes a posicionarse con claridad, pero otras creen que deben jugar un papel. “Estamos en una postura de observación, viendo qué es lo que se propone exactamente. Personalmente no sé qué quiere decir eso del derecho a decidir y por su puesto estoy en contra de la independencia”, asegura el presidente de la Federación de Casas Regionales de Cataluña. Julio Ríos. El pasado mes de junio la Generalitat anunció que la Federación de Casas Regionales estarán en el Pacto Nacional por el Derecho a Decidir como parte de la sociedad civil, extremo que la federación desmintió en un comunicado. “No fuimos invitados oficialmente”, aclara Ríos, “y si así hubiera sido no podríamos haber asistido sin la autorización de las 25 entidades a las que representa la federación”.
Las casas no han consensuado una postura común. En el seno de la federación ese tema no ha sido debatido en la asamblea, aunque el presidente asegura que no tendría ningún problema en llevarlo si se da el caso de que la Generalitat les reclame como interlocutores. “Lo que sí hemos hablado de manera extraoficial entre las entidades es que ninguna estamos por la ruptura con el resto de España”, asegura Ríos. Hasta ahora las casas regionales no se han adherido a ningún acto a favor o en contra del proceso soberanista. De las consultadas, solo la Casa de Castilla-La Mancha aseguró haber asistido a la manifestación del Día de la Hispanidad, después de que Alicia Sánchez Camacho se lo hubiera pedido.
Algunas casas regionales consideran que tarde o temprano deberán posicionarse. “La política del día a día siempre ha quedado fuera, pero esto es un tema mucho más importante”, asegura José Hermosilla, de la Casa de Castilla-la Mancha, que sí cree que estas entidades deben jugar un papel para frenar el proceso de autodeterminación. Una opinión similar sostiene Victoriano Verano, presidente de la Casa de los Navarros. Verano considera que se debe dar testimonio de mucha de la gente que lleva años en Cataluña pero tiene raíces del resto del Estado: “Nuestra casa respeta la libertad de cada uno, pero esto del derecho a decidir, ¿a decidir qué? No podemos estar de acuerdo con eso”.
Otras, en cambio, rechazan que la independencia les competa. Es el caso de la de Aragón, en la que su presidente, Jacinto Bello, manifesta que no se van a posicionar ni ahora ni el futuro: “No sé los demás, pero nosotros seguro que no nos metemos en esto”. Bello opina que el cometido de la Casa de Aragón es mantener su identidad, pero que esto es compatible con ser barcelonés o catalán y pensar lo que se quiera. “Las casas regionales son una pieza clave porque son un exponente de ese mestizaje de la sociedad catalana, pero creo que institucionalmente deberían mantenerse al margen de opiniones políticas”, apunta Emiliano Bermúdez, de la Casa de Murcia. El presidente del Centro Gallego, Manoel Carrete, dice estar sufriendo las consecuencias por haber manifestado su postura anti-independentista. Después de criticar una campaña de CiU para acercarse a los gallegos, el presidente del Centro Gallego denuncia haber recibido insultos. “El presidente de Cataluña está bajo la Constitución española, pues que la respete”, proclama Carrete. El presidente del Centro Gallego subraya que la política de subvenciones está “condicionada por las ideas políticas”, una forma de coartar su libertad de expresión, según opina.
Ninguna otra casa regional de las consultadas manifiesta haber recibido presiones ni temer por su financiación.
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