“La respuesta ante las críticas no puede ser la represión”
La profesora de Alicante admite que lo peor fue sentirse vigilada por la Policía en el Congreso
Nunca pensó que pasaría por una experiencia que le serviría de caso práctico para sus clases. La profesora de Derecho Constitucional en la Universidad de Alicante, Mar Esquembre, está explicando estos días en sus clases precisamente los inicios del constitucionalismo y la necesidad de limitar el poder para garantizar la libertad. Sin embargo, el miércoles pasado cuando asistió, como invitada, a la sesión de control del Congreso de los Diputados fue obligada por la Policía a desnudarse, estuvo vigilada en todo momento, y considera que "no puede ser que la respuesta a las críticas sea la represión policial".
Pregunta. ¿Cómo está viviendo esta situación durante estos días?
Respuesta. Estoy un poco saturada. Está muy bien que se hayan movilizado tantas personas, y agradezco todas las muestras de apoyo. Mi caso es uno más que se enmarca dentro del contexto actual, y demuestra que algo falla.
P. ¿Qué le dicen los alumnos en clase?
R. Precisamente estoy explicando los inicios del constitucionalismo y la necesidad de limitar al poder para garantizar la libertad individual, y cuando ven lo que me pasó están alucinados. Parece que nos están persiguiendo, y lo que riza el rizo es que lo hagan en la casa de la soberanía popular. Lo que hicieron es una extralimitación, no se trata de un incidente sino de una violación de derechos fundamentales que no estoy dispuesta a consentir.
P. ¿Cómo ocurrió?
R. La historia es de lo más tonta. Fue el miércoles pasado, yo tenía que ir a Madrid a un congreso y decidí ir por la mañana para visitar a algunas amigas y colaboradoras en el Congreso de los Diputados, y decidí ir a la sesión de control. Cuando llego al acceso de la tribuna, y estaba acompañada por una amiga, que es conocida por todos porque trabaja en el Grupo Parlamentario Socialista, la Policía comprobó que no coincidía mi segundo apellido, y yo expliqué el motivo y mi amiga aseguró que era un error. Pero me dijeron que me tenía que someter a un cacheo integral. Pensaba que me iban a palpar por encima, pero no. Me metieron en una habitación y dos policías me pidieron que me quitara la americana, y luego la camiseta también. Les pregunté ¿por qué? Y contestaron que se limitaban a aplicar el protocolo. Ni tan siquiera me tocaron, pero me pidieron que me quitara los pantalones, y a eso me negué, pero me los bajé hasta los tobillos. Luego una policía me acompañó y estuvo a mi lado en la tribuna de invitados, y eso acabó de humillarme. ¿Qué esperan que hiciera en la sesión?
P. ¿Cómo calificaría la actuación policial?
R. No me parece que sea proporcional, lo que me hicieron. Luego pregunté a algunas diputadas y se han registrado incidentes similares antes con senadoras y parlamentarias, pero no con invitadas.
P. Uno de los argumentos es que querían evitar protestas como las del colectivo Femen. ¿Pagó por aquello?
R. Yo no creo que haya pagado los platos rotos de aquella protesta. Pero no me parece de recibo que por muchos incidentes como el de Femen, que ya ves lo que perturbó el orden de la cámara, hay que tener claro qué concepto de libertad tenemos. No será que algunos tienen miedo de libertad, no pueden generalizar las sospechas a todos. En mi casi se extralimitaron y vejaron. No puede ser que a medida que aumenta el espirito crítico la respuesta sea la represión. Que me haya tocado a mí es totalmente casual, pero no voy a tolerar que se quede en la categoría de incidente. Lo peor fue que me vigilaron en la tribuna. ¿Hasta dónde vamos a llegar? Ni que las feministas fuéramos una amenaza.
P. ¿Qué hará ahora?
R. Denunciaré a las dos policías y al presidente del Congreso como responsable de la Policía, y estoy viendo cual es el cauce procesal oportuno, no tenemos claro todavía cual es el camino pero tengo a muchos compañeros de profesión que me están echando una mano y asesorando, y están apoyando contra esta deriva policial del Estado.
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