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Dos testigos contradicen la versión de los Mossos sobre la muerte de El Raval

Afirman que Benítez se había tranquilizado cuando llegó la policía Imputado el hombre que se peleó con el empresario Los vecinos aportan grabaciones

La investigación judicial ha hecho aflorar las contradicciones en el caso de Juan Andrés Benítez, el empresario del Gayxample que murió en El Raval tras ser reducido por los Mossos. Dos testigos directos de los hechos, cuyas declaraciones figuran en el sumario al que ha tenido acceso EL PAÍS, aseguran que el hombre, de 50 años, ya no estaba peleando, sino que se había tranquilizado, cuando apareció la primera patrulla policial. Los atestados sostienen, en cambio, que cuando llegaron los agentes observaron una pelea entre Benítez y un hombre al que había agredido sin motivo aparente.

Los dos testigos son Lahsen A. y Walid H., que esta semana volverán a declarar, pero ante la juez. Lahsen A., vecino de la calle de la Aurora, relató a los Mossos que escuchó los gritos de una mujer y, después, vio la pelea entre los dos hombres. Benítez tenía "la cara y los brazos llenos de sangre" y estaba "muy alterado y nervioso". "¡Quiero mi perro, quiero mi perro!", aseguró que gritaba. El vecino sostiene que habló con el empresario y logró que se tranquilizara y que llamase a la policía. El listado de llamadas de la noche 5 de octubre, confirma su versión: a las 22.30, cuando la pelea había terminado, Benítez telefoneó a la Guardia Urbana para informar de que un ladrón había entrado en su casa y le había robado, aunque en este caso no mencionó a su mascota, sino que se refirió a "droga". Añadió que se había peleado con el ladrón y que por eso estaba herido.

Un día después de los hechos, Walid H. acudió a comisaría y declaró lo mismo que Lahsen sobre la secuencia de los hechos: tras agredir a la mujer y a su marido, el hombre "se calmó un poco" y pidió a la gente que estaba en la calle, según este testigo, que "no llamaran a la policía" mientras lamentaba que alguien "le había robado el perro". Entonces ya tenía "heridas en los brazos, la cara y el cuello y sangre por la cara y los brazos", lo mismo que el hombre con el que se peleó. Cuando llegaron los agentes, el hombre "se puso agresivo" y dijo, "con actitud chulesca", que "se iba a su casa".

En el atestado policial del día 6, los Mossos indican que cuando llegaron observaron a Benítez "muy nervioso, bajo los efectos de alguna sustancia estupefaciente, peleándose contra una familia" y que tuvieron que intervenir para detener la pelea. Según el documento, fue ese "comportamiento agresivo" el que provocó que los agentes se acercaran y le pidieran la documentación.

Sobre lo que ocurrió a continuación hay unanimidad. Benítez golpeó y cogió por el pelo a un agente y trató de morder a una mosso. Según los informes que constan en el sumario, los agentes le practicaron "una maniobra de control con las manos" para que soltase al policía y lograron reducirle en el suelo. El empresario, que poseía dos tiendas de ropa en el barrio del Eixample, empezó entonces a "darse golpes con la cabeza en el suelo". Los policías lograron que dejara de golpearse y le esposaron, pero aun así siguió oponiendo resistencia. "Súbitamente, y mientras se le introducía en el interior del vehículo policial, dejó de resistirse", según los mossos. Los agentes se dieron cuenta de que estaba "inconsciente" y llamaron a una ambulancia. Quedó imputado por los delitos de lesiones y atentado a la autoridad, pero falleció de madrugada en el Clínic.

La autopsia, que avanzó ayer este diario, ha revelado que Benítez murió por los "múltiples golpes" que recibió en la zona craneofacial y que le provocaron un fallo cardiaco. Aunque se trata de una muerte "homicida", los forenses no aclaran qué golpes pudieron provocarle la muerte: los que recibió durante la pelea, los que se infligió él mismo o los que, presuntamente, pudo recibir mientras era reducido por la policía.

La juez, que ha encomendado el caso al Cuerpo Nacional de Policía, ha citado a declarar como imputado a El Yazid A., el padre de familia que peleó con Benítez, sin especificar ningún delito. El hombre explicó a la policía que había aparcado el coche delante de casa para subir la compra, cuando su hijo le avisó de que un hombre estaba amenazando y pegando a su mujer, que seguía en el vehículo. Bajó y se enzarzó en una pelea. Esa tesis es ratificada por la mayoría de testigos que han declarado. Una pareja de vecinos de la calle de la Aurora acudió al juzgado para remitir unas imágenes de la actuación policial que ya obran en poder de la juez y que, junto a declaraciones de testigos e imputados, deberán aclarar los hechos.

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