Estudiantes y trabajadores boicotean la inauguración de curso de la UB

Un centenar de alumnos y empleados de la Universidad de Barcelona (UB) han boicoteado este martes la inauguración del curso 2013-2014. El acto oficial debía empezar a las 12 horas, pero un grupo de varias decenas de estudiantes han irrumpido en la sala con pancartas y lanzando proclamas en favor de la educación pública, en contra de los recortes y pidiendo la dimisión del rector Dídac Ramírez. A la protesta se le han sumado un grupo de trabajadores del campus. Los concentrados se han situado en el centro de la sala Paraninfo del rectorado durante una hora, hasta que finalmente los responsables del campus han decidido suspender el acto.

Los sindicatos habían convocado un acto de protesta durante la inauguración, pero habían pactado intervenir para leer su manifiesto. Pero los estudiantes han llegado por su cuenta y decididos a boicotear el acto. Ambos colectivos han leído sus respectivos comunicados, sin la presencia del rector Dídac Ramírez y del secretario de Universidades, Antoni Castellà, que han optado por no entrar en la sala.

“Consideramos una provocación la asistencia de cualquier miembro del gobierno español o catalán”, han justificado los sindicatos, que señalan a los responsables políticos y sus recortes presupuestarios (20% menos en dos años, más el 11% anunciado para el actual) como culpables del “ahogo económico” que viven las universidades.

Los estudiantes han cargado contra “las políticas de austeridad” y consideran que estas, realmente, “esconden una privatización de la universidad”. También han criticado el fuerte aumento de precios de las matrículas (hasta un 67% el año pasado), lo que está llevando, según los estudiantes, “a una universidad más elitista, hecha para los más ricos y los más listos”. En el comunicado, los jóvenes también han recriminado que “miles de estudiantes” se estén quedando fuera de la universidad por motivos económicas, ya sea por la restricción al acceso de las becas o porque no pueden pagársela.

Al final de la protesta, la secretaria general de la UB, Isabel Miralles, ha censurado la protesta por impedir que se celebre “con dignidad” el acto de inauguración. Miralles se ha referido a que el boicot ha afectado a 63 alumnos que iban a recibir una medalla al mérito académico, mientras un centenar de trabajadores recién jubilados también iban a ser distinguidos por sus años de servicio. En sendos comunicados, el rectorado y la Generalitat han condenado la suspensión del acto, que han atribuido a una “minoría ajena a la comunidad universitaria”. La Secretaría de Universidades también ha pedido “no responsabilizar” a los estudiantes de esta acción. Ambas instituciones apuntan que gran parte de los jóvenes no eran estudiantes de la UB.