El PSC insiste en que “no hay otra salida que la legal”

Pere Navarro insistió ayer en que el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) defiende la celebración de una consulta para que los catalanes se expresen sobre su futuro político, pero remarcó que “no hay otra vía que la legal”. “Aunque no sea la legalidad actual”, añadió. Con ese matiz se refería, según fuentes del PSC, a la reforma constitucional que su partido propone para que en un futuro las comunidades autónomas puedan celebrar referendos soberanistas; no a la ley de consultas que ultima el Parlamento catalán.

De las cinco posibles vías que planteó el pasado junio el Consejo para la Transición Nacional (un órgano creado por la Generalitat), la de convocar la consulta al amparo de una ley autonómica catalana es la única que no requeriría la autorización formal del Gobierno de Mariano Rajoy; aunque sí sería imprescindible que la tolerase o autorizase implícitamente, pues si Rajoy la recurre ante el Tribunal Constitucional es probable que la consulta sea suspendida.

“Sí sin reservas a la consulta, pero con la garantía de que el proceso no va a ser partidista”, dijo Navarro, quien volvió a afirmar que “España será federal o no será”, parafraseando al obispo Josep Torras i Bages, quien hace un siglo proclamó: “Cataluña será cristiana o no será”. “Queremos estar juntos pero mejor”, apostilló el primer secretario del PSC para referirse a su propuesta de reforma constitucional. El presidente Artur Mas le replicó que desconoce en qué consiste esa reforma federal e invitó a Navarro a concretarla.

Declaración de Granada

“Nuestra propuesta se llama Declaración de Granada y le enviaré un ejemplar”, replicó Navarro al presidente catalán. Mas había explicado poco antes que, en una entrevista con Rajoy, este le desveló que Alfredo Pérez Rubalcaba le había anunciado que el PSOE estaba por la reforma de la Constitución y que Rajoy le había invitado entonces a concretarla por escrito. “Me parece que todavía está esperando respuesta”, remachó Mas.

Navarro volvió a insistir en que “hay muchos más federalistas de los que se cree al otro lado del Ebro” e instó a Mas a “buscar aliados en lugar de rendirse a la primera”. Por ello le sugirió que viaje por el resto de España para explicar su propuesta política en lugar de hacerlo en Bruselas. Mas rechazó el ofrecimiento y vino a decir que no se le ha perdido nada en el resto de España. Además, tiró de agravios y recordó la crítica que dispensó al proceso soberanista catalán la presidenta de Andalucía, la socialista Susana Díaz, en el discurso de su toma de posesión.