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Las reticencias ‘abertzales’ sitúan la ponencia de paz al borde del fracaso

El PSE plantea aplazar el foro para esperar a las alegaciones del plan de Urkullu

De izquierda a derecha, los socialiastas Ares, Pastos, el secretario general de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, y los parlamentarios del PNV, Egibar e Iturrate, durante la primera reunión de la ponencia.
De izquierda a derecha, los socialiastas Ares, Pastos, el secretario general de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, y los parlamentarios del PNV, Egibar e Iturrate, durante la primera reunión de la ponencia.L. RICO

Estaba llamado a ser el foro estable y uno de los principales referentes políticos de la legislatura, alejado de los focos mediáticos, que buscase las fórmulas para avanzar hacia la paz y la convivencia tras el final de ETA a través del liderazgo de los partidos. Pero la ponencia de paz del Parlamento ha terminado convertida en "un culebrón", ironiza uno de sus integrantes. El desacuerdo entre partidos, tanto aquellos representados en el foro -PNV, EH Bildu y, de momento, el PSE- y los que han rechazado a participar en él -PP y UPyD- han marcado un órgano que siete meses después de decidir crearlo no ha dado pasos significativos adelante.

La mera existencia de lo que nació con vocación de trabajar por la convivencia en Euskadi se ha convertido en un fin en sí mismo, ante las dificultades que existen simplemente para ponerse manos a la obra en la tarea que le compete. Así lo reconocen algunos de sus miembros, que ahora observan el futuro de la ponencia con clara y total incertidumbre. A semana y media de la cita que tenía previsto reactivar los trabajos del órgano parlamentario tras el verano, el PSE ha propuesto al PNV aplazar la que iba a ser su quinta reunión hasta después de que los partidos presenten -el próximo día 20 es el límite- sus alegaciones al plan de paz del lehendakari , Iñigo Urkullu.

Cronología

- 4 de diciembre. El PSE pide crear la ponencia de paz.

- 24 de enero. Se aplaza la votación por falta de acuerdos.

- 14 de febrero. Se aprueba crear la ponencia, con 43 votos frente a los 70 de la ponencia anterior.

- 14 de marzo. Se aplaza la constitución de la ponencia.

- 11 de abril. Arranca la ponencia sin PP y UPyD.

- 30 de abril. Primera reunión.

- 13 de mayo. Se aprueba por mayoría trabajar en base al suelo ético de la ponencia anterior.

- 29 de mayo. Comparece Jonan Fernández.

- 26 de junio. Cuarta reunión, el PSE muestra su enfado con EH Bildu. Parón veraniego sin calendario de trabajo ni de comparecientes.

Los socialistas defienden que es un intento de "quemar el último cartucho" y posibilitar que la izquierda abertzale , a través de sus alegaciones al plan, haga un gesto que evite lo que hoy por hoy se antoja inevitable: que el PSE cumpla el ultimátum lanzado por su secretario general, Patxi López, y abandone el foro, cuya representatividad quedaría reducida al PNV y EH Bildu.

La coalición dejó ayer claro que ya ha aceptado que la ponencia trabaje sobre el suelo ético fijado por mayoría para la ponencia por PNV y PSE. Ello resulta insuficiente para los socialistas - "¿para qué seguir con la ponencia si en el futuro se van a seguir sin mover?", se preguntan-. El PSE quiere que EH Bildu asuma ese suelo como una manera de acercarse al nivel del resto de partidos. Parlamentarios de la formación abertzale sostienen que sus discrepancias se reducen a una sola frase. El texto ético aprobado recalca que la memoria supone una "herramienta esencial para la deslegitimación ética, social y política del terrorismo". EH Bildu quiere que, en su lugar, haga referencia a la deslegitimación de "todas las violencias". Ese texto, ese suelo, no complace en su totalidad a nadie, recuerdan a menudo parlamentarios implicados en este debate, pero representa el mínimo común posible entre partidos de muy distinto signo. Para los firmantes, el documento es poco menos que intocable. Urkullu recalcó ayer mismo que no se moverá "ni una coma".

¿Resulta necesaria la ponencia? En los últimos tiempos, sus principales valedores han sido el propio lehendakari , quien ayer defendió que "sirve", y su secretario general de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, que la considera "trascendental". Los socialistas, que impulsaron el foro en una de sus primeras iniciativas parlamentarias de la actual legislatura, han pasado a una defensa más tibia y, sobre todo, a un discurso marcado por la exigencia a la izquierda abertzale , en cierto sentido similar a la que llevó al PP a rechazar su creación. Una exigencia que no observan en el PNV, al que los socialistas han visto situarse "en medio" y al que se preguntan cuál será su postura si ellos dejan el foro.

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Mientras, de las diez personas a las que este diario preguntó ayer frente al Parlamento por la ponencia de paz, solo cuatro sabían de su existencia. De ellas, solo una reconoció estar interesada por sus resultados y por su incierto futuro.

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