El taxi dice basta
El sector se levanta contra el pirateo y el intrusismo No descartan movilizaciones en octubre si el Ayuntamiento no atiende sus peticiones
El sector del taxi dice basta. Una vez más, pero ahora más cabreados, si cabe, que las veces anteriores. Su situación está en punto muerto. A la crisis general, se une la desaceleración del negocio —con una pérdida de la facturación del 40%— motivada, en parte, según dicen, por una serie de problemas que el Ayuntamiento de Madrid conoce pero que no quiere solventar. Los taxistas, de hecho, no descartan movilizaciones en octubre si el Consistorio continúa haciendo oídos sordos a sus peticiones, afirman.
Entre ellas, figura un mayor control por parte de la Policía Municipal de los vehículos piratas que operan en el aeropuerto de Barajas o en la estación de trenes de Atocha. Y que, según cálculos de la Asociación Gremial de Auto-Taxi de Madrid, estarían mermando un 20% la economía doméstica de las 22.000 familias que comen del taxi. "Esto lleva ocurriendo 30 años, pero nadie hace nada. Además hay unos 2.000 vehículos que tienen otro tipo de permiso y vienen desde fuera de Madrid a trabajar aquí cuando deben hacerlo en su comunidad de origen. Y luego están los piratas, que captan a los clientes en las terminales y les cobran hasta 150 euros por un carrera que cuesta entre 25 y 30 euros". Julio Moreno, presidente de esta agrupación, la mayoritaria del sector, coge aire y continúa: "Nosotros llevamos un seguro de responsabilidad civil de 50 millones de euros y ellos, no. Estos tipos son conocidos por la Policía, se saben sus motes, pero siguen actuando a pesar de las denuncias. No hay un plan de inspección y de control".
La lista de agravios ha sido presentada este lunes en una rueda de prensa celebrada en la sede de esta asociación. Las multas por este tipo de prácticas piratas van desde los 3.001 euros a los 18.000, en función de la reincidencia, según explican fuentes del Ayuntamiento. Aunque la propia Policía Municipal reconoce que este tipo de estafas son muy difíciles de detectar y, sobre todo, de probar; “especialmente cuando no se cuenta con la colaboración del pasajero”. Así, no hay una estadística concreta del número de conductores sin licencia.
Con todo, el delegado de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento, Diego Sanjuanbenito, no considera que los taxis piratas sean un fenómeno masivo sino algo "minoritario". A pesar de lo cual, se ha mostrado hoy partidario, tras la Junta de Gobierno, de intensificar la comunicación para que los turistas "sepan lo que es un taxi y lo que no".
En la sede de la asociación gremial ha estado también Mariano Sánchez, presidente de la Federación Profesional del Taxi. Ambas agrupaciones aglutinan a más de 14.000 taxistas de los 16.085 que hay circulando en la Comunidad. El exceso de licencias es, precisamente, otro de los problemas endémicos del sector.
En 2009, el Gobierno del PSOE aprobó la Ley sobre el Libre Acceso a las Actividades de Servicios y su Ejercicio, conocida como la Ley Ómnibus; lo que motivó encendidas protestas al romperse la proporción de 30 taxis por cada vehículo de alquiler con conductor. Esta ley, según el gremio, liberalizaba el sector cuando el asfalto estaba y está actualmente saturado, dicen. "Ahora mismo sobran entre 4.000 y 5.000 licencias dado que se ha incrementado el transporte público, que está además subvencionado, hay crisis y la gente no coge los mismos taxis, y encima tenemos el pirateo", explica Moreno.
En julio de 2012, los taxistas consiguieron arrancarle al ministerio de Fomento su compromiso de respetar esa proporción de 30 taxis por cada vehículo de arrendamiento (hay 622 autorizados). En cualquier caso, el taxímetro marca ahora unos 60 euros menos de media cada día. El 20% de la flota descansa a diario. Y los fines de semana trabajan la mitad de los vehículos. Aunque el número de horas que pueden darle a la rosca se ha reducido debido a esa bajada de la demanda: antes los taxistas podían conducir las 24 horas del día, pero desde enero el taxímetro se apaga, como un reloj de arena, a las 16. En el mejor de los casos, y trabajando 14 de esas 16 horas, un taxista puede llegar a ganar al mes unos 1.200 euros limpios.
Ante estas circunstancias, los conductores buscan nuevos ingresos para paliar su situación. Según el presidente de la gremial, una de las formas de equilibrar la balanza sería poder poner publicidad comercial en el exterior de los taxis como se hace, por ejemplo, con los autobuses. Pero, según dice Moreno, el Ayuntamiento lo rechaza porque lo considera "antiestético". El Consistorio replica que no se trata de una cuestión de imagen sino que la ordenanza municipal del taxi no permite este tipo de publicidad.
Durante su intervención, el presidente de la federación profesional ha puesto el foco de atención en otra de las barreras que jalonan el futuro del sector: la supresión de paradas "como la de la Puerta del Sol o las tres que había en el aeropuerto de Barajas". Sánchez asegura que también se lo han comunicado por escrito al Ayuntamiento y que este ha hecho caso omiso. "No puede ser que nos gastemos una millonada en una ley de calidad del aire y que los taxis estén dando vueltas por ahí y contaminando". De forma paralela, este trabajador no se explica la razón de que no haya una parada en la Gran Vía o en la calle de Serrano, "una de las más comerciales de Madrid".
Los taxistas echan en falta también unos aseos en la estación de Atocha. Una reivindicación higiénica que tampoco en este caso se ha cumplido, especifican. "Adif nos dice que no tiene dinero y el Ayuntamiento que se compromete a estudiarlo, pero pasa el tiempo y seguimos en las mismas", continúa Moreno. Según el Ayuntamiento, la cuestión de los aseos corresponde al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias. Aunque tanto Moreno como su colega Sánchez aseguran que han informado numerosas veces del resto de peticiones a la Oficina Municipal del Taxi y al Consistorio sin que haya habido hasta el momento resultados.
"Todo son buenas palabras, pero pocos hechos. Exigimos que se cumpla la normativa vigente. Cuando han sido problemas internos, hemos sido los primeros en denunciarlos como en el caso del subarriendo de taxis, algo ilegal que pusimos en conocimiento de la Fiscalía Anticorrupción el 22 de julio", expone Moreno. "Este tipo de ilegalidades atañen al ciudadano, pero también ensucian la imagen de la ciudad. Y Madrid está a punto de conseguir ser la sede de los Juegos Olímpicos", apostilla Sánchez.
No descartan movilizaciones en otoño, pero sí paralizar el servicio. "Si llegamos al extremo de paralizar Barajas por la anarquía que reina es que la dirección del Ayuntamiento es patética. No pueden dar la espalda al sector del taxi en su conjunto", sostiene el presidente de la federación profesional.
La semana pasada, el Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid presentó una Ley del Taxi con el objetivo de acabar con el intrusismo y los abusos en el sector. En marzo, los socialistas madrileños habían presentado otra proposición —en este caso no de ley— que fue rechazada por el PP y UPyD. En ella se instaba al Gobierno de Ignacio González a aprobar un reglamento para este sector. Entre las propuestas estaban, por ejemplo, un régimen sancionador o la integración del taxi dentro del Consorcio Regional del Transporte.
La pregunta, pues, sigue estando en el aire: ¿quién le pone el cascabel al gremio?
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