Los últimos ocupantes abandonan la iglesia de Sant Bernat Calbó
Unos 50 subsaharianos son realojados temporalmente en pensiones y albergues
La iglesia de Sant Bernat Calbó, en el Poblenou, ha quedado vacía. Los últimos subsaharianos que se habían instalado en el recinto lo abandonaron ayer, después de cuatro noches. Por la mañana, los ocupantes limpiaron el templo y recogieron sus escasas pertenencias. El pasado miércoles, medio centenar de africanos buscaron refugio en la iglesia tras ser desalojados de la nave industrial en la que malvivían. La mayoría son extranjeros sin papeles y han sido temporalmente realojados en pensiones y albergues, según su abogado, Andrés García.
El final del encierro no supone, sin embargo, el fin de la lucha que les llevó hasta allí: exigir al Ayuntamiento de Barcelona que cumpla su promesa de buscarles una vivienda digna y ayudarles a regularizar su situación para buscar una salida laboral. La mayoría de los 300 ocupantes de la nave sobrevivían gracias a la venta de chatarra. Los subsaharianos dudan de que el Consistorio vaya a cumplir su palabra: “Viendo la situación del país, no nos acabamos de creer lo que nos han prometido”, explicó ayer junto a la puerta de la iglesia Yaguemar, que se instaló en la nave de la calle de Puigcerdà hace unos meses.
El Ayuntamiento ha garantizado que los subsaharianos tendrán hospedaje garantizado hasta, al menos, el 31 de agosto, según su abogado. Una asamblea de apoyo seguirá el caso para procurar que, después de esa fecha, tengan un techo bajo el que dormir.
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