El Ayuntamiento de Reus y Metrovacesa desbloquean un centro comercial

Las finanzas del Ayuntamiento de Reus, que arrastra una deuda de 381 millones de euros, recibirán un balón de oxígeno en los próximos meses: El Ayuntamiento y la constructora Metrovacesa pactaron este jueves desbloquear la construcción de un centro comercial en la ciudad, cuyas obras permanecían paralizadas desde junio de 2011. La compañía pagará al Consistorio 41 millones de euros en diferentes plazos en concepto de canon. Este viernes, cuando finalizan los tres meses pactados para la negociación del equipamiento, el alcalde, Carles Pellicer (CiU) y el consejero delegado de Metrovacesa, Carlos García León, han firmado el acuerdo.

La empresa ha aceptado la propuesta del Ayuntamiento, en la que se exigía a Metrovacesa establecer en el contrato una serie de garantías por si se incumplen los pagos o la contrucción del centro comercial. “Hemos llegado a un gran acuerdo gracias a la actitud de firmeza del gobierno de Reus y sobre todo por tener siempre claras cuales son las condiciones innegociables”, afirmó Pellicer. Metrovacesa pagará un millón de euros al Consistorio cuando firme el contrato y 1,9 millones con un pagaré a vencer en noviembre. Después abonará tres pagos de 2,4 millones cada uno entre mayo de 2014 y mayo de 2015. Además, la constructora ingresará al Ayuntamiento 27,9 millones más tres millones en concepto de intereses tras abrir el centro comercial con una fecha límite fijada en el 10 de noviembre de 2015.

Hemos llegado a un gran acuerdo. Nuestras condiciones eran innegociables", afirma el alcalde

La noticia ha caído como agua de mayo en la corporación municipal, ya que Reus necesita este dinero para afrontar un crédito y cancelar el aval que pende por las obras de la nueva Fira. El centro comercial inacabado ha sido uno de los mayores quebraderos del alcalde. El asunto se remonta a 2008, cuando el Consistorio, gobernado por PSC, ICV y ERC, concedió a Metrovacesa la licencia del centro e ideó un plan a tres bandas que comportaba pagar la construcción de la nueva Fira con el canon de Metrovacesa.

En la operación, la constructora quedaba exenta de hacer frente al cánon —cinco millones de euros anuales los primeros años— si el centro no abría y no se estipuló ninguna penalización. Con la empresa controlada por entidades bancarias, este escenario se hizo realidad en junio de 2011, cuando Metrovacesa paró la construcción del equipamiento, ubicado en el Parc Sant Jordi. Tras el anuncio del nuevo pacto, las obras se retomarán en otoño y los ingresos estipulados volverán al Consistorio.