Los preferentistas no aparecen en el día más esperado
Solo unas pocas decenas de afectados por el corralito gallego se acercaron a las inmediaciones del Parlamento
Los afectados por las preferentes llevan un año asediando el Parlamento gallego a la menor ocasión. Han provocado sonoras protestas desde la tribuna de invitados, hasta el punto de que la presidenta de la Cámara, Pilar Rojo, endureció las normas de acceso con el rechazo enérgico de toda la oposición. El presidente de la Xunta, sus conselleiros, los ministros que se dejan caer por Galicia, alcaldes... Todos sufren casi a diario el coro de gritos y descalficaciones que se ha convertido en la habitual música de fondo de numerosos actos públicos en Galicia.
Pero justo el día que desfilaban ante la Cámara los directivos de las dos cajas de ahorros que colocaron a sus clientes más de 75.000 preferentes y subordinadas, los alrededores de la sede parlamentaria fueron un remanso de paz. No lo podía imaginar ni José Luis Méndez, exdirector general de Caixa Galicia, que días antes había exigido por carta medidas para garantizar su seguridad personal.
Apenas unos 15 preferentistas defraudaban la expectación periodística minutos antes de las 10 de la mañana, cuando comenzaba la sesión, frente a las vallas que impedían acercarse a las entradas al Pazo do Hórreo, en el centro de Santiago. Provenían de O Rosal, el municipio proporcionalemnte más afectado de Galicia, y estaban haciendo tiempo ,antes de asistir a una reunión a la que les había convocado el Instituto Galego de Consumo. Portaban fotos de Méndez, del expresidente de Caixanova Julio Gayoso y de Feijóo -este con el contrabandista Marcial Dorado- y colgaron de sus pancartas una hermosa ristra de chorizos.
Al poco apareció, más que nada para curiosear, Xesús Domínguez, portavoz de la Plataforma de Afectados de Santiago, que explicaba así la inesperanda ausencia de protestas: "La gente se informó a última hora. Y se está preparando para mañana, que habrá una concentración de plataformas de toda Galicia en Santiago. Además, es una comisión de investigación y tampoco nos gusta interferir".
A lo largo de la mañana, fue llegando alguna gente más pero nunca superó la treintena. Eso sí, el sonido de sus bocinas fue incesante y llegaba como un eco lejano a la sala del Parlamento donde comparecían los exdirectivos. Pese a la escasez de manifestantes, los directivos de las cajas no bajaron la guardia. Y Gayoso entró y salió en un taxi directamente por el garaje
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