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foro mundial de alcaldes

Más poder para dar soluciones globales a los problemas locales

Los alcaldes del mundo están consolidando un ‘lobby’ para avanzar más allá de los Estados

Pedro Gorospe
Foto de familia en la escalinata del Ayuntamiento de Bilbao de los asistentes al Foro Mundial de Alcaldes.
Foto de familia en la escalinata del Ayuntamiento de Bilbao de los asistentes al Foro Mundial de Alcaldes.alfredo aldai (EFE)

Los ayuntamientos son el cimiento de las sociedades, de los países, de los Estados. Son el nivel más próximo al ciudadano, auténticos laboratorios de pruebas, y sus responsables son quienes tienen que bregar con la montaña de problemas que generan los ciclos económicos, sociales y los cambios políticos y demográficos, además del día a día. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones su capacidad para ofrecer soluciones está tamizada por la falta de recursos económicos, solvencia financiera, y condicionada por las políticas del partido dominante, del nivel administrativo superior o superiores y de sus pautas de actuación. Y ello sin contar con la fragmentación de las competencias que convergen en el propio espacio urbano, entre otros muchos problemas.

Si no el que más, ese fue uno de los principales obstáculos identificados por la mayoría de los alcaldes presentes en el Foro de Alcaldes del Mundo el pasado jueves y viernes en Bilbao. Prácticamente todos los representantes locales de los cinco continentes demandaron más competencias para sus ámbitos de actuación, con el objetivo de dar soluciones globales a los problemas locales que les afectan.

"En muchos casos son alcaldes más populares e importantes en sus países que muchos de sus ministros"

El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, lo dejó caer en su reaparición el viernes, rodeado precisamente de los representantes de todos los niveles administrativos vascos, desde el lehendakari, al diputado general de Bizkaia, pasando por el secretario de Estado de Administraciones Públicas del Gobierno Central, y frente al Príncipe de Asturias. ¿Qué son en el fondo los Estados y las regiones más que un conglomerado de grandes y pequeñas poblaciones unidas?, preguntó nada más reaparecer tras varias semanas de hospitalización.

No sonó a reproche, posiblemente tampoco lo era, ni siquiera una reivindicación en la comunidad más fragmentada de España, pero quedó en el aire el recuerdo de que los tres niveles administrativos vascos —dirigidos durante muchos años por el mismo partido, el PNV—, no han sido capaces de elaborar en los últimos 30 años una Ley Municipal que dé solvencia a los municipios.

Los alcaldes del mundo coincidieron en avanzar en esa vieja lucha en dos direcciones. Por una parte van a reclamar competencias sociales económicas y políticas de forma interna en cada país, y, por otra, hacia fuera, creando un lobby que se ha empezado a trenzar entre los alcaldes del mundo, para ir más allá de los Estados con soluciones globales. Una salida de emergencia para cuando la red política los atrapa y ralentiza su capacidad de adaptación a las nuevas realidades. “Las ciudades no son el problema, son las soluciones”, dice convencido el cónsul honorífico de Singapur, Alfonso Vegara. En Singapur se han celebrado los tres World Cities Summit Mayors Forum —esta es la primera que sale de allí y se celebra en Bilbao—. “Lo que está revolucionando el mundo es que las ciudades son las unidades de la competitividad, los lugares de la cohesión social, los puntos de mayor intensidad de actividad económica y de población”.

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Son los lugares que para bien o para mal generan el mayor impacto sobre el planeta, y por tanto “los grandes problemas de la humanidad se pueden solucionar en la escala de las ciudades”, aseguró Vegara en la escalinata del Ayuntamiento de Bilbao el pasado jueves. Con él, unos 250 delegados de 56 países, de los que 22 eran asiáticos, se colocaron para la foto familiar.

Pero para eso es necesaria capacidad de decisión inmediata. Y en eso Singapur y Bilbao ofrecen dos modelos divergentes. Entre ambas experiencias de éxito hay unas diferencias administrativas enormes. “El milagro de la transformación de Singapur es que es una ciudad-Estado, y eso facilita mucho las cosas. Una vez que tienes una cosa clara, no hay tantos niveles administrativos entre el diseño de la medida y su ejecución”.

El lobby es una salida de emergencia para cuando la red política ralentiza su capacidad de adaptación

En Euskadi y en España, sin embargo, los ayuntamientos son administraciones tuteladas. En el área metropolitana de Bilbao se entrecruzan programas europeos, del Estado español, del Gobierno vasco, de la Diputación de Bizkaia, del propio Ayuntamiento y luego toda una serie de instituciones como la autoridad portuaria, el consorcio los ferrocarriles. Esta pasada semana se conoció que una de las sociedades públicas que protagonizó la transformación de la rivera del Nervión, Bilbao Ría 2000, arrastra más de 200 millones de pasivo, al que van a tener que hacer frente una buena parte de esas instituciones.

“Todos reclaman más poder político, sobre todo en las mega ciudades. Hoy (por el jueves) hemos tenido reuniones con las grandísimas urbes como Moscú, São Paulo, México D. F. Son en muchos casos alcaldes más populares e importantes en sus países que muchos de sus ministros”, y sin embargo su capacidad de decisión va muy por detrás, lamentaba Vegara.

La fragmentación administrativa genera además resistencias y sobrecostes, más aún en tiempos de crisis en que unas y otras se solapan con competencias duplicadas y triplicadas. Un informe que la anterior administración vasca encargó a una auditora cifró en unos 400 millones el coste asociado a las duplicidades administrativas en el País Vasco, una comunidad con apenas 2,2 millones de habitantes. El presupuesto del Ayuntamiento de Bilbao para 2013 asciende a unos 450 millones.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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