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De ‘birras’ en el teatro

Ernesto Sevilla, J.J. Vaquero y El Monaguillo se suben, cerveza en mano, a unas tablas reconvertidas en un gran bar madrileño

Los actores de 'Arreglando el mundo', sobre el escenario.
Los actores de 'Arreglando el mundo', sobre el escenario.Samuel Sánchez

Con una cerveza es posible arreglar el mundo. Con eso y con un puñado de amigos que te ayuden a hacerlo, aunque sea apoyados en la barra de cualquier bar. Política, economía, trabajo y sexo; conversaciones que vienen y van con una caña en la mano. Eso que nunca falte. Si a ese combinado tan habitual en los garitos de Madrid le añades el toque cómico, el resultado sería Arreglando el mundo, un espectáculo protagonizado por Ernesto Sevilla, J.J. Vaquero y El Monaguillo, tres amigos de toda la vida que compartirán, junto a la presentadora Cristina Urgel, sus opiniones, recuerdos y anécdotas más divertidas.

La obra es poco convencional. Dirigida por el actor y guionista Eduardo Aldán, se instaló el pasado jueves por segunda vez en las tablas del teatro Compac de Gran Vía y, una vez más, se vistió de bar para la ocasión. Las más de 900 butacas que cubrían el espacio desaparecieron y fueron sustituidas por mesas, taburetes y barras blancas y relucientes. La luz tenue y la banda sobre el escenario terminaron de crear la atmósfera necesaria. Esto no es el teatro, es una cervecería con espectáculo.

“¿Dónde va la gente cuando sale los fines de semana? ¡Al bar!”, exclama Aldán, que en la primera representación formaba parte del elenco, además de dirigirlo. “Aquí hemos juntado amigos tomando cañas, música de fondo y comedia. El plan perfecto para evadirse, para olvidar el mundo”, asegura.

Karaoke, monólogos, sketches, conversaciones de barra de bar guiarán la actuación que, en su núcleo, cuenta la historia de tres amigos que terminarán siempre brindando. De hecho, seis de cada diez españoles terminarán acompañándoles, ya que según una encuesta realizada por la consultoría de mercado Quote Research, el 60% de los ciudadanos reconoce no haber renunciado a la costumbre de tomar cañas pese a la situación económica. En cambio, si se han despedido de planes como asistir a conciertos (74%) y al teatro (74%). Este espectáculo hace un tres en uno.

El modelo de éxito de Aldán

Un combinado de humor, música e interacción con el público. Esa es la marca de la casa Aldán Company. Espinete no existe (2006)fue su primer gran éxito. Con él se lanzó y, desde entonces, no ha parado.

Goobye Dolly (2009): Un cabaret con mala leche en el que los espectadores bailaron y cantaron al ritmo de Marisol y Karina. Tonta ella, tonto él (2010): Una comedia sobre la guerra de sexos; y Maldito Naranjito (2011), todavía en cartel (Compac Gran Vía).

Entre las mesas en forma de luna que pueblan el espacio, los cuatro actores divagan sobre como cambiarían ellos el mundo, pero ninguno se moja con un mínimo de seriedad. Para algo son cómicos. “Si la gente mirara el mundo con los ojos de mi hija de cinco años, sería distinto”, reflexiona El Monaguillo, casi serio por primera vez en toda la tarde. Ernesto Sevilla no se lo piensa, escondería al presidente del gobierno y pondría a cualquier ciudadano de a pie como líder. “Lo haría mucho mejor”, asegura. J.J. Vaquero va más allá, su propuesta conllevaría robar todo el dinero de los bancos para que Poli Díaz lo repartiera convenientemente. Un chiste detrás de otro que entrelazan, incluso, con trozos de la obra.

“Este espectáculo se nota poco fresco, muy ensayado”, sigue bromeando el trío de cómicos, acompañados de la presentadora y actriz Cristina Urgel, que hará de anfitriona, invitando al público a subirse al escenario a cantar junto a la banda de rock en el karaoke de Arreglando el mundo. También Enrique Sanfrancisco y el mismo Aldán tendrán su colaboración especial.

“Lo que pretendemos es que la gente viva con nosotros lo que está sucediendo en el escenario, que toda sea natural y sencillo”, asegura sorprendentemente serio Sevilla. El objetivo es que la gente olvide, por un tiempo, que el mundo es complicado. “Y lo haremos, ¿cómo no?, bebiendo cerveza”, sentencian.

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