“Vuelva usted en 2017”

Más de cuatro años para comenzar los trámites. De esta magnitud son las esperas con las que se topan los inmigrantes que solicitan la ciudadanía española en los registros civiles de Cataluña. “He pedido la primera cita para entregar la documentación y me la han dado para... ¡junio de 2017!”, exclama la boliviana Ortencia Laine a las puertas del registro civil de L’Hospitalet. La mujer lleva 10 años viviendo en España y augura, resignada, que tardará “otros tantos” en conseguir la nacionalidad.

El colapso en los juzgados y la avalancha de solicitudes son los motivos que alega el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) para explicar los retrasos en las citas para nacionalizaciones: “Es algo bastante generalizado en toda Cataluña. Las peticiones se han multiplicado. No hay personal ni medios para atender a toda esta gente”, alega una portavoz del TSJC. El Sindic de Greuges, Rafael Ribó, también reflejó estas demoras administrativas en el último informe que presentó en el Parlamento catalán.

En el registro civil de L’Hospitalet, seis de sus 11 funcionarios se dedican exclusivamente a las nacionalizaciones, pero son insuficientes. “Los recortes de funcionarios también influyen porque muchos juzgados han perdido parte de la plantilla. Los del registro civil tienen más competencias y no dan abasto”, apuntan desde el TSJC.

Las citas a cuatro años vista son solo el principio de la espera. Tras entregar la documentación requerida, toca aguardar a que la fiscalía compruebe los papeles. Luego, una nueva cita para el examen de nacionalización, aguardar por el informe favorable que el juez debe enviar a las dependencias centrales de Madrid y, finalmente, con la autorización desde la capital, hay que solicitar otra fecha para jurar la Constitución en el mismo registro civil donde más de cuatro años atrás comenzó todo. “Si no consigo trabajo tendré que volver a mi país. Tal vez para 2017 ya no esté aquí”, apunta Ortencia.