La Sindicatura denuncia contratos a dedo en la Agencia de Juventud

Contratación a dedo de forma sistemática y falta de transparencia. Estas son las conclusiones a las ha llegado la Sindicatura de Cuentas de Cataluña al analizar el funcionamiento de la Agencia Catalana de Juventud en el ejercicio 2010. El organismo de fiscalización de las finanzas de la Generalitat emitió ayer un informe que cuestiona el funcionamiento de este organismo, especialmente en lo relativo a la gestión de productos como el Carnet Jove.

Según la Sindicatura, que preside Jaume Amat, la Generalitat cedió a La Caixa la gestión del servicio de Carnet Jove mediante un convenio que “en realidad es un contrato que debería haber quedado sujeto a las directivas de la normativa de contratos públicos”. O sea, que se hizo sin concurso previo. La Sindicatura recuerda que “el negocio jurídico no puede tener la calificación de convenio de colaboración, pues una de las dos entidades es de derecho privado, mientras que los sujetos de los convenios de colaboración deben ser Administraciones u organismos públicos”.

La presunta irregularidad se detecta en la fiscalización del ejercicio 2010, pero comenzó a registrarse mucho antes, concretamente en 1998, con los primeros convenios firmados entre la entidad financiera y la Agencia de Juventud. Se da la circunstancia que el Carnet Jove, destinado a beneficiar con descuentos y servicios a personas de entre 14 y 29 años, es uno de los pocos servicios de la Agencia Catalana de Juventud que tiene beneficios. Concretamente, según el informe, tuvo un resultado positivo de 2,3 millones de euros.

La cesión de este servicio a una entidad financiera sin concurso previo se repitió también a la hora de contratar otros servicios financieros con una entidad de crédito. En este caso el proceso se hizo sin seguir ningún procedimiento de contratación.

La Sindicatura también denuncia que la Agencia adjudicó “de forma directa” las actividades que se desarrollan en los albergues de juventud, y que van desde espectáculos hasta actividades educativas o de ocio. La Agencia lo hizo porque consideraba que la ejecución del negocio jurídico estaba sujeto a la demanda de los servicios por parte de los usuarios y que esto imposibilita establecer a priori un precio del contrato. Sin embargo, el organismo fiscalizador le recuerda que estos servicios deben contratarse mediante el proceso administrativo correspondiente. La contratación de personal sustituto también registró posibles irregularidades, ya que no existía una bolsa pública de contratación.

Los auditores de la Generalitat han tenido problemas para fiscalizar correctamente la Agencia de Juventud, puesto que esta no envió sus cuentas anuales de 2010 como lo obliga la ley de finanzas públicas.

Sin embargo, el análisis posterior de las cifras hace concluir a la Sindicatura que la Agencia Catalana de Juventud tiene un equilibrio económico precario, con un déficit de 1,77 millones en 2010 y un fondo de maniobra negativo que ascendía a 2,6 millones.

Ante esta situación la Sindicatura ha emitido cinco recomendaciones, entre ellas la necesidad de que la Agencia firme un contrato programa con la Generalitat para fijar claramente los objetivos para un periodo de tiempo no inferior a cuatro años, así como mecanismos de control de la contratación, ingresos y gastos.

La actual dirección de la Agencia Catalana de Juventud no ha presentado alegación alguna a las conclusiones de la Sindicatura. En 2010 la Agencia estaba gestionada por Esquerra Republicana de Catalunya.