Urkullu fracasa en su primer presupuesto
El 'lehendakari' retira su proyecto confiado en disponer de más ingresos una vez que la UE relaje el déficit
Iñigo Urkullu no se enfrentará mañana a la posibilidad de que el Parlamento le responda con un no a su primer proyecto de presupuesto. Lo hará, si se cumple el guión, siendo pionero en otro gesto, el de retirar sus cuentas presentadas a menos de 24 horas de una derrota política anunciada en el Parlamento durante la votación de la devolución de los presupuestos.
Urkullu retirará previsiblemente su proyecto esta tarde, durante un Consejo de Gobierno extraordinario convocado ayer mismo —en el aviso se indicaba que aún no está decidido si habría comparecencia ante los medios después para explicar las medidas que se tomen—. El gesto supone la escenificación de las dificultades de un Gobierno en minoría que, en una situación que el lehendakari ha descrito como de “emergencia”, no ha logrado acuerdos con la oposición. Unos grupos que ayer coincidieron en subrayar el “fracaso” político de Urkullu por no haber sido capaz de conseguir los acercamientos necesarios.
El lehendakari vistió ayer su decisión con los “nuevos datos” que ha recabado en los últimos días, durante su visita a Bruselas sobre la relajación del déficit por parte de la Unión Europea, lo que abre la puerta a elevar el límite de déficit, en la actualidad situado en el 0,7%, para poder acercarlo a porcentajes similares a los del pasado año, del 1,5%.
Un cambio en este sentido permitiría a Euskadi emitir más deuda —66 millones por cada punto más de déficit— y, por tanto, aumentar su techo de gasto, que en el proyecto presupuestario se reduce a 9.316 millones de euros. Se trata de una reivindicación que grupos de la oposición como EH Bildu y PSE han mantenido durante todo el proceso de negociación presupuestaria y que el portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka, también ha entendido como necesaria.
Convocado un consejo extraordinarion de gobierno en vísperas del pleno anunciado
Urkullu dejó caer al término de su reunión en Bruselas con Herman Van Rompuy que “quizás merezca la pena diseñar un proyecto de presupuestos en base a estos datos” de relajación del objetivo de déficit, dejando la puerta abierta a crear un nuevo anteproyecto legal para 2013 que incorpore estas novedades. Quiso así sacudirse las críticas que ha recibido en las últimas semanas, durante la negociación para tratar de acercar posturas entre partidos en la que Urkullu se ha implicado personalmente. La oposición criticó al lehendakari de tener una actitud pasiva, de no querer negociar y de estar “resignado”.
El calendario, sin embargo, invita a pensar lo contrario a la presentación de un nuevo proyecto presupuestario para este año. Las cifras del déficit para España se conocerán a finales de mayo, fecha tras la cual el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, deberá reunirse con las comunidades autónomas y negociar de forma bilateral con Euskadi cuántos puntos de más podrían corresponderle. Una vez establecida la cifra, habría que empezar la elaboración de presupuestos, un laborioso y legalmente pautado proceso que obliga a realizar un sinfín de trámites, incluyendo desde el informe de la Oficina de Control Económico (OCE) hasta el análisis de igualdad de Emakunde o el de normalización lingüística. En el mejor de los casos, el trámite interno en el Ejecutivo finalizaría bien entrado junio. Un mes en cuya primera semana el Departamento de Hacienda tendría que aprobar las directrices para elaborar el presupuesto de 2014, cuentas que también deberá negociar el Gobierno.
Entonces comenzaría la tramitación parlamentaria, con diez días hábiles para que los grupos estudien el proyecto y para que los consejeros comparezcan, otros 15 de presentación de enmiendas, lo que postergaría hasta agosto la hipotética aprobación —todo ello dando por hecho que el Parlamento decida habilitar los meses de julio y agosto, en los que no hay actividad—. Los propios portavoces de Hacienda tachan de improbable el escenario de un nuevo presupuesto. Con la prórroga, si fuese necesario, el artículo 157 del reglamento del Parlamento permite presentar un proyecto de ley que implique “aumento de gastos públicos o disminución de los ingresos”.
Con todo, la hemeroteca recuerda que la de hoy será la primera retirada de un proyecto de presupuestos. Hasta la fecha, en las dos últimas legislaturas, Euskadi ha contado con presupuestos en año. Y solo una vez, en 2003, las cuentas para el siguiente ejercicio fueron devueltas, por los votos en contra del tripartito de PP, PSE y Sozialista Abertzaleak. A la prórroga de 2004 se suman las de 2001 y 1999. De las tres —esta sería la cuarta—, dos siguieron adelante sin que el Gobierno, en ambos casos de Juan José Ibarretxe, presentara un proyecto al Parlamento, y uno de ellos fue devuelto al Gobierno. Lo habitual en la historia del Parlamento ha sido, sin embargo, la aprobación de presupuestos, en 29 ocasiones desde 1981 —pese a que a posteriori los jueces anularan varias de estas leyes—.
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