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Duran llama a Mas a “mantener los pies en el suelo” con la consulta

El portazo de la Unión Europea a la independencia reabre las grietas en CiU

Foto: reuters_live | Vídeo: EL PAÍS-LIVE | PAZ VAL (EFE)
Miquel Noguer

Despejadas las pocas dudas que quedaban sobre la falta de complicidad de la Unión Europea con el proceso soberanista de Cataluña, las tensiones han vuelto a aflorar en el seno de Convergència i Unió. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, aprovechó ayer la festividad de Sant Jordi en Cataluña para hacer una llamada a la unidad en torno al proceso soberanista y la consulta de autodeterminación. Pero este nuevo toque a rebate recibió una respuesta envenenada por parte de su socio de federación, el democristiano Josep Antoni Duran Lleida, de Unió. Este recordó que el proceso catalán no tiene “padrinos” en Europa y llamó a “tener los pies en el suelo”.

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“Son tiempos para vivirlos con una gran unidad. Los grandes procesos que se plantea nuestro país [Cataluña\ son los que hay que emprender porque los reclama una gran mayoría de la sociedad catalana, y son justos porque se plantean para beneficiar a una gran mayoría de catalanes, los de hoy pero también los de mañana”, dijo Mas en un discurso institucional, un formato inédito hasta ahora en el día de Sant Jordi.

El presidente catalán comparó el proceso soberanista con la rosa que se regala en esa comunidad en esta fecha: “Planteamos ejercer nuestro derecho a decidir, porque queremos que nos dejen tener cuidado de nuestra rosa, sin más tutelas que las que nosotros elijamos”.

Mas quiso renovar su compromiso con la consulta soberanista ante los ciudadanos de Cataluña después de semanas de polémicas internas, tanto en su Gobierno como en el seno de Convergència i Unió sobre los riesgos de seguir apostando por esta vía en un momento de máximas dificultades económicas de la Generalitat. Algunos sectores de CiU creen que, sin aparcar definitivamente la consulta, el Gobierno catalán debería dedicarse ahora a negociar un nuevo sistema de financiación con el Gobierno central, de forma que acercara Cataluña al trato fiscal que tienen el País Vasco y Navarra. Es decir, recuperar la apuesta por el pacto fiscal que Mas intentó la pasada legislatura sin éxito.

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Mas constató el pasado lunes en Bruselas que, pese a los esfuerzos de su Gobierno en divulgar las bondades del proceso soberanista, Europa lo sigue viendo como una amenaza añadida a la ya complicada situación de España y del sur de Europa. Las últimas semanas también Josep Antoni Duran i Lleida ha mantenido reuniones con varios dirigentes europeos, y el mensaje que han obtenido los dirigentes de CiU ha sido siempre contrario a las aspiraciones de los nacionalistas catalanes.

De aquí que Duran contribuyera ayer a sembrar nuevas dudas con una nueva llamada a repensar la estrategia tras cuestionar ya la fecha de 2014 para celebrar la consulta popular. El dirigente democristiano insistió en que Cataluña no tiene “padrinos” en Europa que le apoyen en un eventual proceso hacia la independencia, así que llamó a “tener los pies en el suelo”. Además, calificó de “sueño” el objetivo de CiU.

“No hay que engañar a nadie. La independencia no se ve con mucho agrado en Europa, más bien preocupa”, afirmó Duran, que no ve “un padrino claro” en el marco internacional que avale el proyecto soberanista como, por ejemplo, le ocurrió a Kosovo con Estados Unidos.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recordó ayer que España no reconoce a Kosovo como Estado independiente porque está en contra de las independencias unilaterales, y lanzó otra advertencia para la Generalitat. “No quiero que se prive a los ciudadanos de Cataluña ni de su pertenencia a la Unión Europea, ni de sus relaciones internacionales, ni de un futuro con mucho mayor bienestar y progreso”, dijo insistiendo en el argumento de que independencia es sinónimo de abandonar la Unión Europea.

La imputación de Oriol Pujol frena su carrera para liderar Convergència

El debate soberanista amenaza con mezclarse con otro no menos envenenado en el seno de CiU: la sucesión de Artur Mas. En campaña electoral, y en un intento de dar trascendencia a los comicios, Mas aseguró que no volvería a presentarse a la reelección si Cataluña conseguía sus “objetivos”, o sea, la consulta soberanista.

Mas no había vuelto a hablar del asunto, pero en un momento de máxima debilidad del líder por la situación política y económica de la Generalitat, el partido intenta cerrar el debate antes de que se abra. Por eso, ayer optó por filtrar su intención de que el presidente catalán vuelva a ser cabeza de cartel en unos comicios que, en teoría, no deberían ser antes de 2016.

Según publicó ayer La Vanguardia, toda la cúpula soberanista quiere que Mas siga. Fuentes nacionalistas admiten que el relevo natural del presidente catalán, Oriol Pujol, ha quedado “tocado” por el escándalo de las ITV y nadie sabe cuánto tardará exactamente en conocerse si su imputación por tráfico de influencias acaba teniendo consecuencias legales. Ahora CiU y Artur Mas tendrán que argumentar la decisión que acabe tomando el presidente, que ayer guardó silencio sobre el asunto. El problema es que admitiendo que volverá a presentarse Mas estaría admitiendo abiertamente que no prevé que el plan soberanista triunfe esta legislatura, algo que haría tambalear incluso su Gobierno, que subsiste con el apoyo de Esquerra Republicana. El número dos de Convergència en funciones, Josep Rull, aseguró ayer que la continuidad de Mas se explicaría porque, incluso habiendo consulta de autodeterminación en esta legislatura, la constitución de un nuevo Estado podría requerir más tiempo.

 

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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