¡Camarero, una de fichas con Viagra!
La Policía Municipal entra en un bar de Tetuán a hacer una comprobación administrativa rutinaria y halla un casino clandestino con decenas de jugadores
Lo del Viagra no está claro para qué lo querían, pero lo que es cierto es que la Policía Municipal se encontró 69 pastillas de este fármaco, además de un bote de Vital Sex Men, un potenciador sexual, cuando entró en un bar de Tetuán a hacer una comprobación administrativa rutinaria. Viagra, fichas de casino, papeletas de apuestas, libro de deudores y hasta decenas de jugadores... Porque en esta historia, nada es lo que parece.
El pasado 20 de marzo, la policía se acercó al bar a comprobar si tenía toda la documentación necesaria para atender al público. Pero nada más entrar, un individuo que estaba en el establecimiento al ver a los agentes salió corriendo hacia el interior del local y comenzó a dar grandes gritos: “¡Policía, policía!”. Los municipales le siguieron y para su sorpresa descubrieron a un gran número de personas jugando a todo tipo de juegos de azar: ruleta, dados, póquer… y hasta dominó.
Los policías se marcharon y pidieron refuerzos. Llegaron más funcionarios de la Unidad Central de Investigación y de la Unidad Central de Seguridad. Los agentes comenzaron a revisarlo todo con detenimiento y así descubrieron centenares de tiques de apuestas con el membrete del establecimiento y un televisor donde se iban mostrando los últimos resultados deportivos. Además, encontraron 469 fichas de póquer troqueladas a mano con el número 23 y la caja para fabricarlas.
Los agentes hallaron 17 libretas con
Los agentes supervisaron además una sospechosa mesa de billar y dentro descubrieron gafas de sol y numerosos relojes, así como el Viagra y el potenciador sexual. Igualmente, se incautaron de 17 libretas con nombres y cantidades.
El dueño del local pidió entonces a los agentes que no le perdiesen los cuadernos, porque en esas cuartillas estaba todo el dinero que le debían los jugadores.
Cuando la policía le exigió explicaciones al propietario del establecimiento de todo lo que habían encontrado, este solo acertó a mostrarles la licencia del bar. Pero ya era tarde. “Lo que no entendemos”, dicen las fuentes policiales consultadas, “es para qué querían el Viagra”.
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