Venet: “El estilo es un obstáculo para la expresión artística”
El escultor francés recibe el premio Julio González de la mano de Català
Ha esculpido y forjado esculturas, ha pintado y dibujado, ha compuesto poemas y piezas sonoras, ha diseñado muebles y filmado películas. Y la matriz que comparten todas las disciplinas que ha recorrido el francés Bernar Venet es el concepto. “En los años cincuenta la cuestión era que cada artista tenía que encontrar su estilo. Una vez lo había hecho, los artistas se dedicaban a producir, producir, producir y a ganar dinero. Yo estaba totalmente en contra. El estilo es un obstáculo para la expresión del artista”, afirmó el creador a este diario minutos después de recibir este miércoles en el IVAM el Premio Julio González de la mano de la consejera de Cultura, Maria José Català.
Escultor de renombre internacional, con obra en 70 museos, como el Moma, el Guggenheim de Nueva York o el Pompidou de París, Verner ilustró su discurso echando mano de su trayectoria: “Siendo muy joven, publiqué un libro con las páginas en negro, al tiempo que hice una escultura con un montón de carbón, grabé el ruido de una carretilla durante una hora y escribí un poema que era negro, negro, negro. Todo tenía la misma temática, pero en distintas disciplinas. Es decir, no había ni estilo ni composición sino una idea, una matriz conceptual”.
Verner, de 72 años, consideró que “la radicalidad es la cualidad más importante en los artistas”. “Es indispensable. Puede haber alguien que pinte y será un pintor; alguien que haga escultura y será un escultor, pero no es suficiente, para que haya un artista debe cuestionar el propio arte”, agregó.
Una gran escultura de acero corten de Verner se ha instalado en la explanada del IVAM, donde el creador francés ya presentó una exposición en 2010 y ahora ha vuelto para sumar su nombre al de otros premiados como Cy Twombly, Anish Kapoor, Pierre Soulages, Robert Rauschenberg o Miquel Navarro.
Dijo sentirse muy honrado de recibir la escultura Mujer con Anfora II, de Julio González, fundida en bronce con pátina de plata a partir de un modelo recortado y trabajado a mano, propiedad del IVAM. Verner dijo admirar mucho al escultor catalán, sobre todo por la “radicalidad” que presidía su carácter y su obra. Hablaba rodeada de la espléndida colección del IVAM del escultor catalán que estrenó ayer una nueva presentación.
Artista precoz, Verner se marchó de Francia a los 24 años y se instaló en Nueva York. “Vivía en Niza y el medio artístico era muy pequeño; yo quería ir al sitio donde realmente ocurrían las cosas, subir al ring donde estaban lo boxeadores”, manifestó.
Hoy ya no hay una capital del arte, hay una multiplicidad de centros y de periferias: “Ha estallado todo en fragmentos. Yo vivo en el Mediodía de Francia, tengo el taller en Hungría, un ayudante en París, otro en Londres y otro en EE UU. Es un mundo muy difícil. Es complejo ser artista y poder destacar. Porque hay artistas en todas partes y ya no están reunidos en una capital o en un centro concreto”.
“Me da igual que esté en una cárcel o en cualquier otro sitio, porque mi trabajo surge de un concepto, de una lectura, por ejemplo, que me inspira una idea y la contraria. Esos opuestos son estimulantes. Mi trabajo nace completamente independiente del entorno. Lo que ocurre en política no le afecta”, explicó.
Durante la entrega del premio, la directora del IVAM, Consuelo Císcar, destacó la trayectoria del artista francés, centrada en la “creación minimalista y conceptual”, y con el poder de las matemáticas como “desarrollo creativo”. “Ha querido entender mas allá de lo concebido examinando la naturaleza y la realidad”, añadió.
La consejera de Cultura, María José Català, recordó que el Premio Internacional Julio González se creó por decreto del Gobierno valenciano en el año 2000 para distinguir a las personas que por su amplia trayectoria destacan en la creación artística en el nivel internacional.
Sombras del escultor
La entrega del premio Julio González se celebró en la sala dedicada a la obra del escultor catalán. Se aprovechó el acto para dar a conocer la nueva presentación de los fondos, concebida y dirigida por Tomás Llorens. El primer director del IVAM propone “una renovación profunda en la manera de ver al artista”, que definió como el mayor renovador de la escultura del siglo XX.
Inspirada en testimonios gráficos de las exposiciones realizadas en vida del escultor catalán, trata de recuperar el clima artístico de los años treinta con su tendencia a hundirse en los filones de la fantasía y el inconsciente y referencias “cinematográficas” a las películas y la fotografía en blanco y negro, señaló Llorens. La intención es destacar el concepto de dibujo en el aire del artista al proyectar las sombras de sus esculturas en los muros.
El punto de partida de la sala se encuentra en un texto de 1934 del crítico Anatole Jakovsky en el que se asocia la luz y las sombras de la escultura de González con la poesía de los grandes místicos españoles del siglo XVI.
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