La grasa del chiringuito
El déficit, esa nueva deidad a la que rinden culto los 'neocons' y que está hundiendo en la miseria a países enteros
Cinco comunidades autónomas han superado el objetivo del déficit. Esa nueva deidad a la que rinden culto los neocons y que está hundiendo en la miseria a países enteros.
Andalucía es una de las que han suspendido el examen al que las ha sometido el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
Aunque, curiosamente, el primero en incumplir el objetivo ha sido el propio Montoro: en 2012 , el déficit del Estado se situó en el 6,7% (el 9,97% si se incluyen los 34.000 millones de la banca). Con algunas trampas, como retrasar a este año la devolución de 5.000 millones de los contribuyentes (IRPF, IVA, sociedades), que habría aumentado el déficit medio punto más.
Pero Montoro y Rajoy han sacado pecho y se sienten orgullosos de haber sobrepasado solo en siete décimas el objetivo. Curioso: se sienten orgullosos, aunque esa reducción deje en la cuneta a seis millones de españoles. Montoro eligió un mal día para anunciar el déficit de las comunidades: el 28-F, el Día de Andalucía, cuando miles de andaluces estaban en las calles bramando contra las nefastas consecuencias de los recortes suicidas: paro masivo, deterioro de los servicios públicos, mayor desigualdad social (somos ya el país más desigual de Europa: Eurostat).
Y lo peor es que desde Madrid exigen más recortes. No tienen en cuenta que el esfuerzo de las autonomías ha sido muy superior al del Estado. En Andalucía, el déficit se redujo un 42,3%; en el Estado, solo el 26,5%. Lo pone de relieve estos días la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, que corta sin hacer sangre (o haciendo la mínima).
Ese esfuerzo de las autonomías fue el año pasado de 18.121 millones de euros, casi la mitad de la inyección que se le metió en vena a la banca que nos llevó a la ruina: 34.042 millones.
Las cuentas podrían haber sido positivas si el revanchismo no se hubiera instalado en La Moncloa. El Gobierno central incumplió el Estatuto de Andalucía y dejó de invertir 1.500 millones; prohibió una inteligente subasta de fármacos, que habría ahorrado 200 millones; se quedó con toda la subida del IVA (unos 691 millones en 2013), cuando debió compartir el 50% con las comunidades; prohibió el impuesto a los depósitos bancarios…
No es hora de más recortes. Aunque eso es lo que querrían los dirigentes andaluces del PP. Sacar rédito electoral, aún a costa del sufrimiento del pueblo al que dicen defender. Siguen aquella terrible proclama de Montoro cuando estaba en la oposición: “Que caiga España, que ya la levantaremos nosotros”.
José Luis Sanz, el nuevo lobo de la derecha andaluza, parece regodearse estos días cuando afirma que “diga lo que diga Griñán” el déficit del 2,02% traerá más recortes, más ajustes y más impuestos.
La obsesión del PP andaluz está centrada en lo que su presidente, Juan Ignacio Zoido, llama “el chiringuito” de la Junta: el sector público. Odian tanto lo público, que utilizan metáforas repugnantes. “Hay que cortar la grasa” del chiringuito, vocea Carlos Rojas, portavoz en el Parlamento. Quieren hacer lo que su admirada Cospedal hace en Castilla-La Mancha: despedir a miles de maestros y médicos.
Haría bien el Gobierno central en escuchar a las voces del sur: flexibilizar el objetivo del déficit para 2013 (imposible llevarlo al 0,7%) y revisar el modelo de financiación. Los andaluces podrían vivir algo mejor. Aunque los dirigentes del Partido Popular regional se quedaran sin el argumento del deterioro para combatir al “bipartito” de izquierdas, como llaman despectivamente al Gobierno legítimo de la comunidad.
Pierden de vista lo fundamental: el déficit no es un fin en sí mismo, sino un instrumento. Lo dicen Aguayo, varios premios Nobel y lo ha demostrado Obama. El paro baja en EE UU porque el Gobierno ha inyectado dinero público en la economía. No porque haya cortado grasa.
@JRomanOrozco
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