El déficit desbocado obliga a Fabra a otro plan de ajuste visado por Madrid
El consejero de Hacienda no descarta la posibilidad de subir los impuestos
Un porcentaje acabó este jueves con otra de las ficciones del Consell. La Comunidad Valenciana cerró 2012 con un déficit provisional del 3,45%.
El dato, facilitado por el Ministerio de Hacienda, hizo caer como un castillo de naipes las promesas del Gobierno valenciano en las que proclamaba su solvencia para cumplir con el objetivo de déficit del 1,5% marcado por el ministro Cristóbal Montoro. El dato, mucho más terrorífico de lo esperado y que se revisará ligeramente al alza cuando se incluya la contabilidad del sector público, coloca la Comunidad Valenciana a la cabeza de las cinco autonomías que han incumplido la exigencia del Gobierno de Mariano Rajoy. Y además hace prácticamente imposible que la Generalitat pueda cumplir con el objetivo de déficit fijado para este año en el 0,7% del PIB.
Con el déficit desbocado, el Consell que preside Alberto Fabra está obligado a presentar el próximo mes de abril un nuevo plan de estabilidad, supervisado por el Ministerio de Hacienda.Según la Generalitat, pese al incumplimiento del objetivo de déficit, no existe riesgo de que el Gobierno intervenga la Comunidad Valenciana.
El nuevo documento, que confeccionará el consejero de Hacienda, Juan Carlos Moragues, tendrá que estar limpio de las medidas incumplidas —como el ingreso de 380 millones de euros por la privatización de toda la gestión no asistencial de la sanidad valenciana— recogidas en el vigente plan.
El Consell cree que la situación es insostenible sin una mejor financiación
El problema, sin embargo, son las nuevas medidas de ajuste que tendrá que recoger el Consell en el nuevo plan de estabilidad.
El consejero de Hacienda evitó desvelar en qué líneas está trabajando su departamento en coordinación con el ministerio de Cristóbal Montoro, pero no descartó la posibilidad de subir los impuestos a los valencianos.
“No tenemos nada encima de la mesa”, explicó Moragues, aunque acto seguido admitió que trabaja en “un plan de lucha contra el fraude fiscal, la mejora en la gestión de los fondos europeos y nuevas medidas correctoras de gastos e ingresos”. El único cargo que ha removido Moragues a iniciativa propia desde su llegada a la Consejería de Hacienda ha sido la dirección general de Tributos, donde ha colocado a un inspector de Hacienda como él.
Moragues atribuyó el elevado déficit registrado en 2012 a la deficiente financiación autonómica. Un hecho que nadie pone ya en cuestión en la Comunidad Valenciana, pero evitó desvelar cuánto redujo el gasto el Consell en 2012 respecto al presupuesto del año anterior. Una cifra que permitiría evaluar el éxito o fracaso de las medidas de ajuste planteadas por el Ejecutivo de Alberto Fabra.
Lo que no oculta el Consell, en privado, es su malestar por la poca sensibilidad del Gobierno de Mariano Rajoy hacia la Comunidad Valenciana, que tiene una renta per cápita un 12% inferior a la media estatal, una balanza fiscal negativa y una financiación autonómica que no cubrirá este año ni el gasto en sanidad y educación. Una tormenta perfecta que se traduce en unas tensiones de tesorería brutales para llegar a fin de mes.
El disgusto de los populares valencianos se ha visto acrecentado esta misma semana con tres muestras de agravio adicionales. Primero, porque el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha aumentado en 200 millones de euros las entregas de dinero a cuenta a Andalucía y a la Comunidad Valenciana se las han rebajado en 174 millones. Segundo, porque el segundo plan de pago a proveedores del Gobierno incluye a las comunidades forales —con una financiación per cápita muy superior a la media— y no recoge ninguna sugerencia de la Generalitat para poder incluir deudas correspondientes a 2012. Y tercero, por la negativa del PP en el Congreso de los Diputados a aprobar una resolución que reclamaba una revisión de la financiación autonómica para la Comunidad Valenciana.
Moragues instó a preguntar a los diputados valencianos en Madrid porque se opusieron a que el Gobierno revise el sistema de financiación autonómica y se negó a alimentar propuestas como la del presidente de las Cortes, Juan Cotino, de exigir la condonación al Ministerio de Hacienda de 11.000 millones de deuda de la Generalitat.
En medio de esta “situación financiera muy delicada”, el consejero de Hacienda anunció una nueva reunión del grupo de expertos en financiación autonómica nombrado por las Cortes y recalcó, sin especificarlas, que el Consell mantiene sus reivindicaciones. “No de manera tan visible como en otras comunidades autónomas, pero hay reivindicaciones”, aseguró.
Tras haber pasado de un déficit del 5% en 2011, al 3,45% provisional en 2012 y pocas posibilidades de cumplir el 0,7% de 2013, la oposición reclamó explicaciones urgentes. Los socialistas pusieron el acento en reclamar que no se apliquen más recortes, Esquerra Unida en un cambio radical de políticas y Compromís pidió un adelanto electoral ya.
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