González insta a “atacar” la corrupción y divisa un futuro de esperanza en la crisis

Francisco González, presidente del BBVA, ha traído a Euskadi uno de los primeros discursos esperanzadores sobre el final de la crisis económica en los últimos cinco años. Lo hizo en el Fórum Deusto antes de acudir al encuentro con el lehendakari, Iñigo Urkullu. En su intervención reconoció la eficacia de las reformas aplicadas en España para permitir que se empiece a ver "un poco de luz al final del túnel", pero advirtió del efecto demoledor de la corrupción. En su previsión, la salida a la actual recesión pasa por acometer un "efecto regenerador".

Ante los principales responsables de la economía vasca, compartiendo mesa con el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, el rector de la Universidad de Deusto, Jaime Oraá, y el delegado del Gobierno en Euskadi, Carlos Urquijo, entre otros, González ha evitado la lectura catastrofista para adentrarse en una decidida apuesta "por hacer las cosas bien" que, a su juicio, pasa por tomar como referencia el "modelo alemán". "Tras la caída del muro, la situación de Alemania era aún peor de la que ahora tiene España, pero han sabido acometer reformas de distinto tipo con gobiernos de izquierda y de derecha y ahora es la gran referencia", ha recordado.

En su análisis, González ha sido especialmente crítico con la corrupción. Lo ha hecho, además, sin distinguir ningún ámbito en el que se produce, molesto porque "ha hecho un daño enorme al país". Por eso, ha instado a "atacar" este problema que entiende prioritario, también en el sector financiero. De manera intencionada, el presidente del BBVA no ha dudado en recordar problemas de otras entidades con la justicia y con sus clientes para precisar que su banco —"el banco", ha dicho— ha evitado "cometer errores" y eso le ha permitido "no tener ningún frente abierto".

Muy crítico con la permisividad hasta ahora de la gobernanza, González ha proclamado que existe "una oportunidad única" de "restaurar" en España los buenos principios. Es ahí donde ha situado la necesidad de procurar "un efecto regenerador", donde ha incluido "las buenas prácticas", así como "los principios y la ética" y "una buena regulación". El presidente del BBVA no ha escatimado críticas a la gestión de las cajas de ahorro, con la excepción pública de las entidades vascas, atribuyendo la responsabilidad del "daño espectacular provocado" a la política permisiva aplicada por el regulador y la autoridad política.

Ha anunciado que participará en el programa de financiación de las pymes

Dentro del negocio financiero, González ha augurado una progresiva reducción del número de entidades. "Podrían quedar seis u ocho en un plazo de dos años, pero van a ser muy fuertes y con buenas prácticas para trabajar mucho mucho dentro del sector". En ese contexto, ha dibujado un panorama muy favorable para el crecimiento del BBVA. "Puede sonar a prepotente, pero nunca como hasta ahora hemos estado en mejores condiciones para nuestro crecimiento", ha asegurado. Eso sí, González ha insistido en la imperiosa necesidad de conjugar en la praxis bancaria las buenas prácticas, las personas y las nuevas tecnologías y contribuir a la mejora internacional del banco que preside desde enero de 2000.

Satisfecho por el rumbo de las reformas aplicadas en España, descartada la opción del rescate "que nunca quiso Alemania" y preocupado por el probable estallido de la crisis en Francia, Gonzalez ha explicado el compromiso del BBVA con la creación de hasta 10.000 empleos entre los jóvenes. A su vez, tras descartar por "poco aconsejable" el mercado alternativo de deuda para movilizar el crédito, ha apostado por contribuir a la financiación de las pymes. Con rotundidad, ha sostenido que la prioridad debe ser restablecer el crédito para las pymes y aunque "hay otros caminos en los que estamos trabajando y también el Gobierno", ha admitido, "vamos a echar el resto" en hacer llegar los créditos a este sector empresarial.