Mas responde a los empresarios que reclamen “diálogo” en Madrid
El presidente de la Generalitat pide a los patronos que “hagan piña” con el proyecto soberanista
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, pidió ayer a los empresarios catalanes que “hagan piña” con la Generalitat en el proyecto soberanista. Mas reclamó a los empresarios que vayan a Madrid a pedir diálogo al Gobierno central y que trasladen el “consenso” que, en su opinión, hay en Cataluña tras la declaración aprobada por el Parlamento. “El discurso del diálogo y el consenso hay que hacerlo también en Madrid”, declaró Mas en el XVII Encuentro de Economía de S’Agaró, en respuesta a una intervención del presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls, en la que este hizo un llamamiento al diálogo entre ambos Gobiernos. “No nos permitamos la división”, dijo Mas.
El presidente de la Generalitat afirmó que no es “una buena señal”, si lo que se quiere es diálogo, que el Gobierno central consulte al Consejo de Estado “a la primera de cambio”, en referencia al anuncio que hizo ayer la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, de que se pedirá un dictamen para decidir si se recurre la declaración soberanista del Parlamento ante el Tribunal Constitucional. Por ello, reclamó a los empresarios que hagan de “altavoz” de las demandas de la sociedad catalana. En las últimas semanas, todas las organizaciones —de Fomento del Trabajo hasta Pimec— han pedido a Mas que hable con el Ejecutivo central. El Círculo de Economía llegó a calificar de “inaceptable” la falta de diálogo entre gobiernos.
Mas también reclamó al Gobierno central que no “centrifugue” las necesidades de reducción de déficit a las Administraciones autonómicas. “No es fácil seguir reduciendo el déficit sin poner en riesgo la cohesión social”, declaró. El presidente de la Generalitat pidió al ministro de Economía, Luis de Guindos, que participará hoy en la reunión, “sensibilidad”. Y fue más allá: quiso lanzar el mensaje de que ahogar a las autonomías acabará perjudicando al Gobierno. “Centrifugar los déficits a las autonomías es muy fácil, pero las lleva a un callejón sin salida que acabará pagando el Gobierno español en desprestigio y desequilibrios”, lanzó.
Mas también se refirió al problema de la corrupción política. Para el presidente de la Generalitat, se trata de una cuestión que “nunca ha dejado de ser escandalosa”, pero que los ciudadanos juzgan ahora con más dureza debido a la crisis. Mas reconoció que existe “alarma” social y que se está produciendo una “ruptura de confianza entre las instituciones y la gente”. Pero pidió que no se aspire a un “cambio radical del sistema”, sino a una reforma basada en “la honestidad y la ética”.
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