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La evaporación del ladrillo

Las viviendas visadas por los colegios de arquitectos andaluces caen de 50.000 a 1.000 por trimestre en ocho años. La construcción está paralizada y los sindicatos urgen un plan público de rehabilitación de inmuebles

Construcción de un bloque de viviendas en Dos Hermanas, Sevilla.
Construcción de un bloque de viviendas en Dos Hermanas, Sevilla. GARCÍA CORDERO

La construcción de viviendas en Andalucía ha pasado del esplendor a la nada en menos de una década. De los años del denominado boom inmobiliario (2005-2006), en los que se visaban en la comunidad cerca de 50.000 viviendas como media cada trimestre, se ha pasado a la completa paralización del sector con apenas un millar de proyectos de pisos aprobados en tres meses.

Las estadísticas del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España recogen la sangría que ha experimentado el sector en la región en los últimos ocho años. En el primer trimestre de 2005 se contabilizaron 48.196 viviendas visadas. Era la época en que la construcción suponía el 19% del Producto Interior Bruto (PIB) regional. En el mismo período del pasado año 2012, última cifra disponible, se registraron 1.110 pisos. En apenas un año (de 2007 a 2008) se redujo a un tercio la cifra de proyectos aprobados.

Sevilla y Málaga han acaparado el grueso de las nuevas construcciones. La Costa del Sol ha duplicado, algunos meses, a la capital hispalense en el número de viviendas levantadas y vendidas debido al segmento de turismo residencial. Extranjeros que escogieron la provincia malagueña para fijar su segunda casa en la que pasar largos periodos de vacaciones o jubilarse. Por ejemplo, en el año 2006, prácticamente una de cada tres casas que se vendieron entre las localidades de Estepona y Rincón de la Victoria fue adquirida por un ciudadano que no residía en España.

“Son unos datos pésimos, unas cifras incapaces de empeorar; una situación patética que supone que el sector de la construcción ha dejado de existir”, considera Antonio Vargas, decano del Colegio de Arquitectos de Málaga. La provincia malagueña jamás ha registrado cifras tan bajas de vivienda visada desde que se realizan estadísticas, hace más de 25 años. “La política fiscal que inició el año pasado el Gobierno central no ofrece resultados, y tampoco sabemos si los dará más adelante”, considera Vargas.

Los promotores y constructores estiman que, en el mejor de los casos, serán necesarios tres años para reactivar el sector. El vicepresidente de la Federación Andaluza de Empresarios de la Construcción (Fadeco), José Prado, es contundente: “Nos queda mucho que esperar para volver a visar una vivienda; ahora mismo no le digo a mi arquitecto ni que haga el proyecto”, asegura. Prado lleva más de tres décadas dedicado a la construcción y afirma que nunca ha visto una situación tan mala como la de ahora. “¿Cómo voy a meterme en costos cuando el mercado está muerto?”, se pregunta.

Los dos próximos años, y en función de cómo evolucione la creación de empleo, serán claves para reactivar esta actividad. “Con una tasa de paro del 35% en Andalucía nadie piensa en comprarse una vivienda”, afirma Prado, que compara esta paralización con la que sufre también el sector de la automoción. “Hay una psicosis en cuestión de compra, a pesar de que es el momento idóneo para invertir en ladrillo para aquellos que tienen dinero”, advierte el representante de la patronal Fadeco.

Prado recuerda que con el inicio de la caída de las ventas de vivienda nueva, en 2008, “el sector se refugió en la obra pública, pero ha ocurrido lo mismo que en la promoción, que las inversiones de las administraciones se han desplomado en más de un 70%”.

Los promotores admiten, a regañadientes, que la burbuja inmobiliaria se infló demasiado. Años de bonanza en los que se construía muy por encima de la demanda del mercado. Prado defiende que a la fuerte demanda de extranjeros dispuestos a comprar viviendas “al contado, sin pedir préstamos”, se unió la crisis global y financiera. “Los bancos cerraron el grifo del crédito de la noche a la mañana”, recuerda.

Los sindicatos coinciden con los arquitectos en que no hay signos que evidencien una recuperación del sector a corto o medio plazo. “Denunciamos cómo se inflaba la burbuja hasta que pegó el reventón; ahora ya no es posible aguantar más tiempo la situación dramática que se viven muchas familias por la falta de trabajo”, afirma el secretario general de la Federación de Metal, Construcción y Afines de UGT en Andalucía, Manuel Jiménez.

358.000 empleos destruidos

La crisis en la construcción ha obligado al cierre de muchas empresas vinculadas al sector. Rafael Raya tiene 62 años y dejó su Valencia natal para montar en Cádiz un negocio dedicado al transporte de madera. “El material llegaba a los puertos y se trasladaba para fabricar puertas”, recuerda este empresario ya retirado.

Desde 1994 esa fue toda su dedicación con una plantilla de casi 30 empleados. “A partir del año 2007 los pedidos empezaron a bajar; la construcción paró casi en seco y como no se hacían tantos pisos pues tampoco se vendían puertas” añade Raya. No tuvo más remedio que despedir a los trabajadores y cerrar.

El sector registró en Andalucía la mayor cuota de empleo de toda su historia en el segundo semestre del año 2007 con 502.700 trabajadores, según la Encuesta de Población Activa (EPA). Hasta la actualidad se han perdido 358.000 puestos de empleo en la construcción.

En la actualidad, esta actividad apenas representa el 6% de la población andaluza en edad de trabajar, tres veces menos que en los años de bon

anza. Los expedientes de regulación de empleo se han disparado un 57%.

Un estudio elaborado por UGT estima que en Andalucía pueden existir cerca de 300.000 casas que requieren una rehabilitación integral. “Cada vivienda a reformar crearía tres puestos de empleo; con un plan público se generaría en diez años más de 600.000 empleos”, calcula el responsable andaluz de Construcción en el sindicato, Manuel Jiménez.

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