Así era la paleta cromática de la Cova Parpalló
Muestran técnicas y colorantes que se usaban hace 20.000 años desde Málaga al Sur de Francia
Los artistas de la Cova Parpalló, uno de los yacimientos prehistóricos más importantes de la península, obtenían el color negro para sus grabados y pinturas del carbón vegetal y de las tierras con óxido de manganeso. Un equipo de científicos del Institut de Ciència dels Materials (ICMUV) y del Departament de Prehistòria i Arqueologia de la Universitat de València, encabezados por el físico Clodoaldo Roldán y el arqueólogo Valentín Villaverde, se ha servido de técnicas no invasivas para identificar los pigmentos utilizados en la Parpalló, ubicada en Gandia (Valencia).
Esta emblemática cueva, relacionada con sociedades del Paleolítico superior que vivieron entre 25.000 y 10.000 años antes que la nuestra, ha proporcionado una singular colección de más 5.000 plaquetas de piedra grabadas y pintadas que muestran la evolución de las técnicas y de los temas propios de la expresión cultural de las poblaciones cazadoras y recolectoras de aquel periodo en la franja mediterránea peninsular.
Para identificar la paleta de colores básica, cargada de negros, rojos y amarillos, los científicos valencianos han usado técnicas no destructivas portátiles, como la espectrometría EDXRF y la espectrocolorimetría. De esa manera han evitado el deterioro de los pigmentos y contribuido a su conservación.
El profesor Clodoaldo Roldán pone de relieve la existencia de "una alta proporción de motivos figurativos hechos con carbón vegetal, el uso de negros de manganeso", a la vez que la ausencia de pigmentos basados en negro de hueso calcinado", que sería una tercera posibilidad para obtener colorantes negros. La larga secuencia temporal de la colección Parpalló, manifiesta, es "única para establecer las características del arte paleolítico del suroeste de Europa".
Los resultados obtenidos en esta investigación, sobre las plaquetas de Parpalló, confirman que en este yacimiento se utilizaron las mismas técnicas y colorantes que se han señalado hasta ahora en los análisis de otras figuras pintadas en pared de la misma época. La materia prima empleada en esas placas pequeñas se ha documentado en otros conjuntos parietales, como los de Pech Merle, en Cabrerets, cerca de Montauban (Francia), o los de la Cueva de la Pileta, en Benaojan, Málaga.
La tercera fase de este proyecto de investigación desentrañará la composición de los pigmentos rojos y amarillos que estos mismos artistas del Paleolítico utilizaban como materia prima.
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