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Sube la exportación, baja el crédito

El desplome de la financiación ha sido mayor que en el resto de España y la pérdida de las entidades valencianas pasa factura

Sede central en Alicante de la CAM, entidad adquirida por el Banco de Sabadell.
Sede central en Alicante de la CAM, entidad adquirida por el Banco de Sabadell.PEPE OLIVARES

El crédito sigue sin fluir en las empresas valencianas y las organizaciones patronales empiezan a mostrar signos de inquietud. Ni el impulso de las exportaciones, ni el buen comportamiento del sector turístico, ni la reducción del número de inscritos en las oficinas del paro se ha traducido en un aumento de los créditos, a pesar de la ingente cantidad de fondos públicos inyectados en las entidades financieras.

Entre el tercer trimestre de 2011 y el tercer trimestre de 2012 —el último dato publicado por el Banco de España— el volumen de crédito en la Comunidad Valenciana se desplomó de los cerca de 185.000 millones de euros a los 168.000 millones.

El presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Salvador Navarro, asegura: “Las grandes perjudicadas por la caída del crédito son las familias y las pequeñas y medianas empresas”. “El deterioro de la economía y la reestructuración de las propias entidades financieras son los principales factores que explican esta reducción del crédito”, argumenta Navarro”.

El dirigente empresarial considera que el desplome de la financiación ha sido mayor (3,5 puntos) en la Comunidad Valenciana que en el conjunto del Estado respecto a los máximos históricos alcanzados en 2009, cuando la mejora de las exportaciones y otros indicadores positivos deberían traducirse en una mejora del crédito.

De acuerdo con los últimos datos disponibles, de enero a octubre de 2012, la Comunidad Valenciana recuperó el balance positivo de la balanza exterior (16.945 millones de euros en exportaciones y 15.979 millones en importaciones) que había perdido en 2004.

No es el único dato positivo, en 2012 el número de visitantes se mantuvo prácticamente igual en la Comunidad Valenciana, pero el gasto medio de los turistas creció un 9%, según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Industria.

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El paro, pese a crecer en conjunto en 2012, se redujo en algo más de 9.000 personas en el último trimestre del año.

Así las cosas, no son pocos los empresarios que achacan el comportamiento del crédito a la pérdida de las entidades financieras valencianas.

La CAM, tras ser intervenida por el Banco de España en julio de 2011, hoy es propiedad del Banco Sabadell; el Banco de Valencia fue intervenido en noviembre de ese mismo año y hoy está controlado por La Caixa; y de Bancaja hoy solo queda una fundación que dependen de Bankia, una entidad rescatada por el Estado.

Para Joaquín Maudos, investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), la pérdida del sistema financiero valenciano ha tenido unas consecuencias innegables. “Perdemos porque se alejan los centros de decisión, pero es peor tener un sector insolvente que no puede dar créditos, que es lo que pasaba antes”, explica. Además, Maudos añade otro factor a considerar en el análisis sobre la materia: “Me preocupa que la concentración de entidades se traduzca en una situación de oligopolio y una pérdida de competencia que afecte a familias y empresas”.

Para Aurelio Martínez, ex director del Instituto de Crédito Oficial (ICO), “la situación en la Comunidad Valenciana está peor que en España porque la dependencia del ladrillo ha sido mayor y las empresas valencianas están descapitalizadas”.

“Creo que los empresarios valencianos no han hecho autocrítica de lo sucedido en la última década”, señala el exalto cargo socialista de la Generalitat y del Gobierno.

La visión de Martínez contrasta con la del exdirector del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), el popular Enrique Pérez Boada, quien admite que la sensación de falta de crédito de los empresarios valencianos se terminará a corto plazo.

“Hasta que no se acabe de reestructurar el sector financiero, el credito no fluirá con normalidad”, argumenta Pérez Boada. El exresponsable del Instituto Valenciano de Finanzas asegura que el alejamiento de los centros de decisión con la pérdida del sistema financiero valenciano ha supuesto un cambio de interlocutores, pero “ello no quiere decir que haya peores condiciones”.

Pérez Boada señala como ejemplo que durante su etapa al frente del IVF la mayoría de los bancos con los que trataba la Generalitat estaban a cientos o miles de kilómetros. “La banca vive de captar recursos y prestarlos y en el medio plazo todo volverá a reordenarse”, sentencia, aunque, por ahora, el crédito sigue sin fluir.

Agua, hoteles y clubes de fútbol

Distintos responsables políticos han apelado públicamente en las últimas semanas a la sensibilidad de los nuevos gestores de Bankia, Banco de Valencia (La Caixa) y SabadellCAM.

El vicepresidente del Consell, José Ciscar, solicitó el pasado viernes sensibilidad a Bankia para que no ejecute el aval concedido por la Generalitat al Valencia CF y le permita ganar tiempo con la renegociación del préstamo.

Diez días antes, el alcalde socialista de Benidorm, el socialista Agustín Navarro, y la primera teniente de alcalde, Gema Amor, solicitaron una reunión con los responsables de zona del Banco Sabadell para pedirles flexibilidad con el sector turístico local. Ambos reclamaron a los nuevos gestores financieros que mantengan el mismo compromiso que tuvo la CAM con la ciudad y el tejido empresarial de la comarca.

Amor pidió a SabadellCAM “que tenga una sensibilidad especial en estos momentos, mejorando los calendarios de pagos, renegociando deudas o cualquier fórmula que permita a las empresas locales seguir desarrollando su actividad”.

La comparecencia tuvo un efecto inmediato por parte de SabadellCAM que reiteró su compromiso con el desarrollo de las empresas valencianas.

A mediados de diciembre pasado fueron el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, quienes recibieron por separado al consejero delegado de Caixabank, Juan María Nin. Ambos dirigentes trasladaron a Nin su inquietud porque se conserven las raíces de la empresa Aguas de Valencia, participada mayoritariamente por el Banco de Valencia y que compite en el mercado con Aguas de Barcelona, y su preocupación porque se siga atendiendo al tejido financiero valenciano.

En esta reunión, el responsable de Caixabank se comprometió a “mantener el singular carácter valenciano de Aguas de Valencia y a ser sensibles y cuidadosos con la intrínseca relación de la empresa con la sociedad valenciana”.

Los gestores de las tres entidades financieras, Bankia, Caixabank y SabadellCAM han reiterado su voluntad de apoyar el crecimiento y la expansión de las empresas locales. Aunque a nadie se le escapa que, pese a su dilatada presencia en territorio valenciano, existen todavía algunos recelos que sólo podrán ser arrinconados con el día a día.

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