Las grabaciones oficiales no demuestran la desobediencia
El controlador que habló con el capitán del 'Prestige' insiste que el marino se negó a preparar el enganche del petrolero al remolcador
Las sorpresas y contradicciones son constantes en el juicio del Prestige. Incluso con pruebas que a priori no admiten discusiones como son las conversaciones grabadas entre la Torre de Control y Salvamento de Fisterra y el petrolero tras lanzar éste la llamada de socorro pasadas las 15 horas del 13 de noviembre de 2002. Y es que no consta en las transcripciones de esas cintas oficiales que el capitán, Apóstolos Mangouras, se negara a obedecer a las autoridades marítimas españolas cuando le transmitieron la orden de engancharse al remolcador Ría de Vigo y “su obligación a colaborar”. No queda rastro de que el marino griego, principal acusado por varios delitos, entre ellos el de desobediencia, replicase entonces con la frase de “yo sólo recibo órdenes de mi armador”.
Sin embargo, el controlador que estaba en línea con Mangouras, Luis Rodríguez Fungairiño, ratificó que esa fue la contestación de Mangouras. “Me lo dijo rotundo y clarísimamente, lo sé porque me quedó grabado en la cabeza”, insistió. Aunque no se explica, admitió el técnico, por qué no aparece en las cintas oficiales. Ni tampoco, en su primera conversación con el capitán, la petición formal de que preparase el remolque del barco “mientras” intentaba hablar con su armador y llegase el Ría de Vigo. En las transcripciones, resultan ser los pilotos de los helicópteros de Salvamento, y no la Torre de Control, los encargados de formular esa petición. Y consta que tampoco pudieron hacerlo al “no tener comunicación en ese momento” con el barco.
“Tiene recuerdos muy amoldables”, le espetó al controlador el abogado de Mangouras. En las grabaciones sólo aparece que el capitán dijo: “El remolcador recibe órdenes del armador”. Según su letrado, que sugirió la posibilidad de que Sasemar manipulase las cintas, el capitán se refería a la contratación de un servicio privado de salvamento que el Ría de Vigo ya se había ofrecido a cubrir pese a estar también bajo las órdenes de Sasemar.
No obstante, en concordancia con el Estado que acusa a Mangouras de haber retrasado tres horas el remolque y empeorar los daños, Fungairiño insistió: “No hubo colaboración, en las tres conversaciones que tuve con él, me respondía con silencios y lagunas que yo entendía como evasivas”, acusó. Todo lo contrario de lo que testificó hace un mes su jefe en la Torre de Control, José Pose.
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