El pago de un euro por receta se estrena en Madrid entre críticas y resignación
Defensor del Paciente inicia un proceso de reclamación y Facua llama a la insumisión Sanidad destaca la normalidad en el arranque de la medida, que ya lleva meses en Cataluña
El pago de un euro por cada receta expedida por el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS), anunciado el pasado octubre y vigente desde ayer, día 1 y festivo, es una "vergüenza" y un "repago" en opinión de muchos usuarios, aunque otros consideran, resignados, que no queda otra. Entre los farmacéuticos, la opinión generalizada es que les supone "un lío" y que mejor sería, como dicen también los pacientes, un sistema que regulase desde la consulta la cantidad exacta de medicamento que debe retirarse de la farmacia. Un lío máxime cuando la tasa, implantada hace seis meses en Cataluña, se estrena sin el sistema informático que permitirá detectar si se ha llegado al máximo de 72 euros de pago anual, que no llegará hasta febrero.
El consejero de Sanidad, Javier Fernánez-Lasquetty, ha destacado que ha empezado a funcionar "con normalidad" y ha achacado la nueva tasa a la "crisis muy profunda" y a un sistema de financiación autonómica "muy injusto", que "ha obligado a Madrid a hacer un ajuste muy importante". "Madrid, y España en general, tiene un gasto farmacéutico un 15% superior a la media europea", ha justificado Lasquetty.
Dos recursos al Constitucional
El Gobierno de Mariano Rajoy, que acaba de recurrir al Constitucional la tasa catalana, prevé llevar este mes al Consejo de Ministros el recurso contra la tasa madrileña, según han informado a Europa Press fuentes gubernamentales. Además, el líder del PSM, Tomás Gómez, ha anunciado hoy que los senadores socialistas recurrirán la tasa el próximo martes. Gómez ha opinado que el presidente madrileño, Ignacio González, debería pagar "de su bolsillo" los gastos que conlleva la medida, por ejemplo en procesos informáticos o en campañas de propaganda e información.
Gómez ha aprovechado su visita a la localidad madrileña de Collado Villalba para volver a arremeter contra la tasa. "Las campanadas han supuesto un salto para los madrileños: más recortes y menos para cada ciudadano", ha lamentado Gómez. Además, la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública (ADSP) ha presentado una reclamación a la Defensora del Pueblo y la Fiscalía General del Estado para solicitar la paralización de la aplicación de la tasa.
El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos, Alberto García Romero, ha dicho que en las farmacias hay "mucha gente preguntando", aunque "todavía la incidencia es poca". A su juicio, "es pronto" para valorar cómo está funcionando, ya que "es hoy cuando se han abierto las consultas y las recetas prescritas de hoy son las que se tienen que abonar". Según García Romero, entre los ciudadanos hay "enfado por tener que pagar la tasa" y, en las farmacias, "el enfado es por la carga burocrática y por tener que explicar el cobro al ciudadano y canalizar los enfados".
García ha considerado que no hubo aprovisionamiento de medicinas antes de fin de año, en parte a las huelgas y a consultas cerradas, lo que ha motivado menos prescripciones, aunque también podría deberse a que los pacientes no se hayan enterado o no "le han dado importancia". Sobre el retraso en la puesta en marcha del sistema informático, García Romero ha considerado que "eso es un problema de la administración", que a las farmacias no les debería preocupar mucho.
A pie de calle, una paciente, que se ha identificado solo como Margoth, ha dicho que la medida, que afecta a todos los medicamentos con un precio igual o superior a 1,67 euros y que, salvo algunas excepciones, afecta a todos los ciudadanos incluido los funcionarios, le parece "injusta" y que no está de acuerdo con este "repago" por las medicinas después de haber cotizado durante 42 años. María Aragonés, una farmacéutica del barrio de Chamberí de la capital, cree que el euro por receta contribuirá a que disminuya la venta de medicinas excedentarias, algo que de "alguna manera" ha funcionado con el copago, aunque dice que "ha habido picaresca".
Otro farmacéutico, Emilio Allué, opina lo contrario, que en general los ciudadanos "se llevan lo que el médico les manda". Con respecto a la entrada en vigor de la medida, Allué ha asegurado que la gente "paga porque no hay más remedio y sin estar conformes". Pablo del Pozo, regente de una farmacia en Chamberí, cree que no disminuirá significativamente el almacenamiento de medicinas, pues "la gente tiene que medicarse, tendrán que pagar porque lo necesitan". Del Pozo, quien considera que el euro por receta "está de más", cree que la solución pasaría por un mejor control en los centros de salud, "que el médico recetara solo los envases que cada paciente necesita".
Según los farmacéuticos, la mayoría de las personas que ha adquirido hoy medicinas lo ha hecho sin objeción, aunque algunas ha rellenado los impresos de reclamación contra la medida. Se trata de un formulario que da la farmacia y que el cliente debe rellenar por triplicado por cada una de las recetas. Por su parte, la federación de consumidores Facua-Consumidores en Acción considera esta tasa "inaceptable", por lo que ha instado a los madrileños a que, en el momento de la dispensación del medicamento, en lugar de realizar el abono, entreguen una carta al farmacéutico con sus datos personales en la que planteen el rechazo a la tasa y su negativa a pagarla.
A partir de ese momento, ha añadido, sería la administración la que debería ponerse en contacto con el ciudadano para "reclamar si quiere". Sánchez ha explicado que esta "insumisión fiscal" no va en contra de las farmacias, que "no tienen que ser recaudadoras de impuestos", sino contra la tasa. "Entendemos que esta medida es un repago más, un atentado contra el sistema público de salud tal y como lo venimos conociendo", ha referido Sánchez, que ha insistido en que el consumidor "no debe pagar" una tasa "recaudatoria" que "penaliza la enfermedad".
Félix López, también farmacéutico, ha lamentado que la administración no aproveche la informática para "dar a la gente las medicinas justas sin necesidad de hacerle pagar un euro por receta" y ha recordado que puede suponer "para ciertas personas un esfuerzo muy grande". Miryam Cabrera, paciente del centro de salud de Espronceda, que se opone a la nueva medida, cree que lo razonable sería que "las medicinas fuesen dispensadas según la dosificación decidida por los médicos". Aunque muchas personas coinciden en que pagar un euro por cada receta es un "impuesto" adicional, otras piensan que "con tal de salir de la crisis" están dispuestas a pagar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.