Tres décadas sin cerrazón
La Línea celebra los 30 años de la reapertura de la Verja con Gibraltar Los llanitos destacan que su identidad como pueblo nació con el cierre
La Verja entre La Línea de la Concepción (Cádiz) y la colonia británica de Gibraltar se mantiene aún, a pesar de que a medianoche de ayer se cumplieron 30 años de su reapertura; primero a los peatones y finalmente a todo tipo de tráficos. Francisco Romo Martín, un linense de 52 años, y Carmen Worb, fueron los primeros en cruzar la puerta que acababa con 13 años de aislamiento impuesto por el dictador Francisco Franco y que consiguió el efecto contrario al deseado: pretendía rendir a la colonia y lo que generó fue la identidad de pueblo gibraltareño y un castigo para Andalucía. Las dos poblaciones, pese a las difíciles relaciones, celebraron ayer el aniversario de la apertura.
La alcaldesa de La Línea de la Concepción, la socialista, Genma Araujo, calificó la apertura de "acontecimiento histórico". "La celebración es una oportunidad de recordar que la medida tomada años antes por Franco supuso para nuestra ciudad un mazazo como pocas ciudades han sufrido", asevera la alcaldesa, quien destaca que, "casi la mitad de la población tuvo que emigrar en busca de trabajo tras el calamitoso cierre, por lo que sufrimos una debacle como pueblo que todavía no ha sido reparada ni por asomo".
Esta situación acabó en 1982, con una de las decisiones del primer Gobierno de Felipe González de mayor repercusión. "La apertura de la Verja supuso que dos pueblos se comunicaran y que el bochornoso espectáculo internacional de tener a familias separadas terminase", apostilla Araujo.
Para Juan José Uceda, portavoz de la Asociación Sociocultural de Trabajadores Españoles en Gibraltar, la reapertura de la verja supuso, "la vuelta de la ilusión a La Línea, porque el cierre fue la destrucción del pueblo".
"La gente, habiendo tanto paro, vio en Gibraltar una escapada hacia la vuelta al trabajo. Hubo quien estando en el extranjero, volvió a La Línea al abrirse la verja", recuerda.
Muchas de esas personas son las que hoy cruzan a diario la Verja para trabajar en el Peñón. Otros tantos permanecen en La Línea, tras su jubilación en El Peñón, como Manuel García Bado, presidente de la Asociación de Extrabajadores Españoles en Gibraltar, que recuerda que la apertura de la Verja puso fin a una difícil relación familiar: "Teníamos que hablar a voces de uno a otro lado".
El aislamiento al Peñón comenzó el 8 de junio de 1969, cuando el dictador ordenó el cierre del paso entre los dos pueblos en protesta por la aprobación de la Constitución de Gibraltar, que mantenía el vínculo con la Corona británica.
Para Michael Netto, responsable de Transport General and Worker Union, el sindicato mayoritario en el Peñón, “fue el inicio de la identificación de Gibraltar como pueblo”. Eso provocó, según el sindicalista, que “hoy en día Gibraltar mantenga una situación económica saneada, que políticamente se haya avanzado a nivel Constitucional y que, socialmente como pueblo, tenga una mayor identidad que la que tenía”. “La apertura se vislumbró de forma positiva, porque también era la muerte del franquismo, el final de la opresión a un pueblo que quedó aislado en dos millas cuadradas”, comenta Netto.
Desde entonces, siguen sin producirse haber avances sólidos en el contencioso sobre la soberanía del Peñón, aunque sí se han producido distintas situaciones que han favorecido una especie de “efecto acordeón” en las relaciones entre los habitantes de ambos lados de la Verja, con momentos de luces y de sombras. En la actualidad, la tensión entre España, Reino Unido y Gibraltar se ha incrementado a raíz del conflicto generado por las aguas que rodean Gibraltar. Sin embargo, durante el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero, se llegaron a importantes acuerdos de vecindad en marcados en el llamado Foro de Diálogo Tripartito, un diálogo que el Gobierno de Rajoy ha enterrado tras su llegada a la Moncloa.
Las familias que quedaron separadas tras el cierre de la Verja hoy conviven con normalidad y 4.000 españoles de las distintas localidades del Campo de Gibraltar cruzan a diario este paso para trabajar en la colonia.
La zona también se ha adaptado con una entrada alternativa para camiones para aliviar el tráfico en el acceso a Gibraltar.
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