La huelga de los ganaderos desabastece el mercado de leche gallega
Las empresas dejaron de distribuir en torno a seis millones de litros
“Cuanto más producimos, más dinero perdemos”. Los ganaderos gallegos están atrapados en un círculo vicioso que los aboca a una imparable pérdida económica. O, lo que es lo mismo: a su desaparición. “Llevamos 40 meses cobrando menos que el resto de los productores de España”. Pero en los últimos 12 meses, con la subida del precio del pienso y del gasóleo, perciben 0,28 euros por litro y pagan 0,36 euros por kilo de pienso. Ayer dejaron de suministrar seis millones de litros de leche. Hoy esperaban hacer lo mismo, aunque los representantes sindicales ya les alertaron de que la empresa Leite Río intentará “presionar a los ganaderos para que les entreguen la producción”. “Tendremos que ser más persuasivos”, avisa el secretario xeral de Unións Agrarias, Roberto García muy molesto por la “escasa solidaridad” de los camioneros de Leite Río “que saben de la desesperación de esta gente y que parecen no darse cuenta de que ellos serán los siguientes”, en caer.
“Vamos en picado”,resumía ayer García la situación de los productores mientras lideraba, junto con sus compañeros del Sindicato Galego Labrego y de Xóvenes Agricultores, la primera jornada de huelga. Solo circuló por Galicia una cisterna, con producto de la marca asturiana Reny Picot, cuyo contenido fue volcado en la rotonda de Teixeiro ante la ausencia de efectivos policiales.
Prácticamente a la misma hora, productores y representantes de Fruga se manifestaban nte el Parlamento gallego en donde Feijóo pronunciaba su discurso de investidura haciendo hincapié en la necesidad de ahondar en el rigor presupuestario durante los próximos cuatro años. La noche anterior, el presidente en funciones de la Xunta había declinado acudir a una mesa de negociación con representantes de las industrias lácteas, de las grandes cadenas de distribución y la conselleira de Medio Rural, Rosa Quintana. Acabó sin acuerdo. Con la leche derramada.
“Esto es una enorme pérdida. Incalculable”. El presidente de la Federación Galega de Empresas Lácteas, Pedro Ríos, no es capaz de ofrecer una cifra, pero reconoce el zarpazo que ha supuesto para su sector esta primera jornada de protesta de los productores. La flota de 1.200 camiones que realiza diariamente la recogida de leche estuvo paralizada, “en buena parte por las coacciones sindicales”, sostiene Ríos. Los cartones de leche de Galicia no llegaron a los estantes de los mercados foráneos a los que abastecen. “Fueron sustituidos por productos de otros países y si esto se prolonga durante más días, quizás ya prescindan de nuestros lácteos para siempre y se habrá acabado todo”, lamenta el portavoz de los industriales. A ello se añade la pérdida de la jornada laboral de sus transportistas.
Pero si el daño fue en esta primera jornada “incalculable” para los industriales, los productores tienen clara la dimensión de lo que les ha afectado a ellos: han perdido 1,7 millones de euros. Lo que cuestan los seis millones de litros de leche que arrojaron por sus 11.000 instalaciones “sin riesgo contaminante ni medioambiental, porque fueron en todos los casos directamente a los pozos de purines” de las granjas.
Unións Agrarias, Xóvenes Agricultores y Sindicato Labrego Galego tienen claro que están en el momento clave para presionar “y conseguir cobrar lo mismo que el resto de los productores de España o acabar con todo”. Acabar con todo significa el desahucio: aseguran que no pueden pagar las hipotecas de sus granjas. Los ganaderos no están dispuestos a hacer más cesiones. No pueden. Consideran ilegal su “obligación” de vender la leche a los precios que les marcan las empresas sin cubrir los costes de producción.
Ríos, el representante de los industriales, reconoce que tal como están las cosas “la situación es insostenible para los productores que tienen más gastos que beneficios y muy complicada para las 15 industrias gallegas que atravesamos también serias dificultades”.
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