Los centros de salud se unen a los encierros contra el plan sanitario

El acuerdo con La Princesa puede apagar un fuego, pero el incendio se extiende por la sanidad madrileña desde que se dio a conocer el plan “de sostenibilidad” del Gobierno regional . Después de que más de 20 hospitales —entre ellos los seis cuya gestión se privatiza por completo y grandes como La Paz o el Ramón y Cajal— iniciaran encierros contra las medidas privatizadoras, ahora se les suman los centros de salud.

El plan regional prevé externalizar la gestión de unos 27 centros de salud, que se entregarían “vacíos” a las empresas (sociedades de profesionales, preferentemente, según Sanidad, o compañías del sector sanitario), explicaba ayer la médica de familia María José Ramírez, del Nuestra Señora de Fátima (Carabanchel). Ella y otros siete compañeros se disponían a dormir en el centro por tercera noche consecutiva. El centro de General Ricardos también empezó anoche su encierro.

Los ambulatorios lo tienen más difícil que los hospitales para mantener los encierros, puesto que hay mucho menos personal para turnos. “Hemos decidido trabajar con normalidad durante el día y, cuando el centro cierra, nos encerramos”, contaba otra médica de Fátima, Bárbara Moreno.

Duermen en colchonetas o en las camillas; con sacos o mantas. Y sin calefacción, porque está programada para apagarse a la hora del cierre. “Nos preocupan nuestros empleos, pero el mayor temor es por los pacientes. En la privada trabajan por incentivos. Te dicen que puedes pedir, por ejemplo, 10 análisis a la semana. ¿Y el 11? ¿Y podrán decir que no les interesan los pacientes pluripatológicos porque no son rentables?”, se pregunta.

Hay muchas dudas porque la Consejería de Sanidad no da detalles. Se desconoce aún hasta qué 27 centros saldrán a concurso. La Comunidad espera tener los pliegos de condiciones en enero, pero las primeras adjudicaciones llegarían en verano, según fuentes conocedoras de las reuniones que se están manteniendo con profesionales.

Gandhi (Pueblo Nuevo) y otros centros en Fuenlabrada preparan también sus encierros. La marea blanca sigue subiendo.