_
_
_
_
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El relato nacionalista de la crisis

La Generalitat exonera a Mas de toda responsabilidad. La culpa es de otros. De Madrid

Lluís Orriols

Desde la llegada de la Gran Recesión, la práctica totalidad de los Gobiernos europeos que han tenido cita en las urnas han visto cómo sus ciudadanos les daban la espalda. En la eurozona, los partidos gobernantes han sufrido, de media, un castigo electoral de unos nueve puntos porcentuales. Se trata de un desgaste de tal magnitud que ha provocado la caída de dos de cada tres Gobiernos salientes. Sin embargo, todas las encuestas, lejos de pronosticar un severo castigo para CiU, señalan incluso la posibilidad de que pueda ampliar su mayoría parlamentaria. ¿Cómo es posible que los ciudadanos no castiguen al Gobierno de Artur Mas por la pésima situación de Cataluña?

Desde la multitudinaria manifestación del pasado 11-S, una de las explicaciones más recurrentes ha sido que Mas está evitando el enfado de los ciudadanos por la situación económica gracias a la emergencia del nacionalismo en la agenda política. El debate en torno a la independencia de Cataluña ha alcanzado en los últimos meses una notoriedad pública desconocida hasta ahora. Tras este fervor nacionalista muchos han querido ver una estrategia del Gobiernode CiU para distraer la atención de los verdaderos problemas. Según esta visión, Mas estaría ondeando la senyera para ocultar la crisis económica y los recortes en servicios públicos. Con ello, se conseguiría que los catalanes, al decidir su voto, se olvidaran de su cartera y se dejaran guiar por sus emociones patrióticas.

Esta visión no es más que una adaptación de la popular tesis de la “cortina de humo”, la cual sugiere que los Gobiernos recurren a maniobras de distracción para evitar que los ciudadanos vean lo realmente importante. Sin embargo, esta tesis asume un hecho poco razonable: con esta campaña independentista, la Generalitat estaría consiguiendo que los catalanes cambiaran sus prioridades y preocupaciones, relegando la crisis económica a un segundo plano. En realidad, las encuestas indican que las cuestiones de índole económica siguen casi monopolizando la agenda de preocupaciones de los catalanes. Según la reciente preelectoral del CIS, el 70% de los ciudadanos consideran que el paro y la economía son los principales problemas de Cataluña. En cambio, el autogobierno apenas lo es para el 6%. Si la estrategia de CiU era que los ciudadanos dejaran de pensar en la economía, mucho me temo que fracasó en su intento.

El Gobierno está fomentando con gran maestría un relato sobre la situación económica y las dificultades presupuestarias que vive Cataluña, en el cual se intenta exonerar a Mas de responsabilidad. La culpa sería de otros. En concreto, de Madrid.

Conocedores de que los ciudadanos castigan a los Gobiernos cuando les consideran responsables, los Gobiernos buscan estrategias de evasión de responsabilidades cuando las circunstancias son adversas, como “la herencia recibida”, “los mercados no ofrecen alternativa” o, en el caso de Cataluña, “Madrid nos roba”.

El problema de los Estados federales o compuestos, como el nuestro, es que los ciudadanos no suelen tener una idea clara de la distribución de competencias entre las diferentes Administraciones. Los Gobiernos autónomos pueden usar tal confusión para esconder sus fracasos recurriendo a la estrategia de atribuir la responsabilidad al Gobierno central. En el caso de Cataluña, esta estrategia está siendo particularmente exitosa gracias a la existencia de un ingrediente con una poderosa carga emocional: el nacionalismo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

CiU pretende evitar el castigo electoral fomentando una visión de la crisis en la que nacionalismo y economía son dos caras de la misma moneda. Hoy, en Cataluña, hablar de crisis y recortes es hablar de nacionalismo. La forma en que se han ligado estas dos cuestiones ha puesto en jaque los intentos del PSC de apartar la cuestión nacional de la campaña. Cada vez que un líder socialista se esfuerza en centrar el debate en los recortes ese acaba inevitablemente derivando en una discusión sobre las agraviadas relaciones entre Cataluña y España. Es por este motivo que el PSC se encuentra atrapado en un debate del que no puede escapar ni llevar a su terreno.

Probablemente, los catalanes votarán el próximo 25-N pensando en su cartera. Pero el relato nacionalista de la crisis permitirá a CiU mantenerse al margen del descontento ciudadano. El responsable de la grave situación económica no se encontraría en algún edificio de la plaça de Sant Jaume. Habría que buscarlo más lejos. A la otra orilla del Ebro.

Lluís Orriols es doctor por la Universidad de Oxford y profesor de Ciencia Política de la Universidad de Girona.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_