La Universidad Jaume I busca salidas al colapso en Medicina
El impago del Consell obliga a retrasar la nueva facultad
La Universidad Jaume I de Castellón se enfrenta a un escenario nada previsto cuando inició, en el curso 2011/12, sus reivindicados estudios de Ciencias de la Salud. El impago de la deuda histórica de la Generalitat y la consiguiente incertidumbre financiera ha obligado a aplazar sine die la construcción de la nueva facultad. Hace un año, la Jaume I inauguró unas instalaciones para acoger provisionalmente a los estudiantes de Medicina y Enfermería hasta que en 2014 abriese sus puertas el nuevo edificio. Es el tope. A partir del cuarto curso no habrá espacio suficiente para tantos alumnos y desde el rectorado ya han confirmado que la facultad no estará lista y se preparan para el plan B: buscar aulas fuera del campus.
“Ahora mismo no podemos asegurar cuándo vamos a poder licitar las obras”, asegura Miguel Ángel Moliner, vicerrector de Planificación Estratégica de la universidad. Según explica, los tres millones presupuestados por la Generalitat para el próximo año no son ninguna garantía. La universidad contaba con 12,1 millones de euros de la subvención ordinaria del Consell para 2013, pero esta partida no llegará y desde el rectorado temen nuevos impagos. “Es casi seguro que estos compromisos no serán cumplidos por la Generalitat”, decía la pasada semana el rector, Vicent Climent. Tampoco las transferencias se están haciendo al día y esta “incertidumbre financiera” ha llevado a prescindir del proyecto después de que en el pasado ejercicio la universidad renunciara a casi todos sus proyectos con el único objetivo de garantizar el de la facultad de Medicina.
“Lo primero es asegurar la gestión de la tesorería, guardamos los tres millones y contamos con el compromiso de la Generalitat de que en 2014 habrá otra dotación, veremos cómo se desarrolla el próximo año, pero ahora mismo no podemos asegurar cuándo vamos a poder licitar la obra”, dice Moliner.
Los estudios de Ciencias de la Salud ya nacieron con problemas de financiación. El rector tuvo que posponer un año su inicio porque no contaba con las garantías económicas del Consell. En 2011 se abrió el periodo de inscripciones para 80 plazas en Medicina y 60 en Enfermería y la Jaume I recibió más de 4.000 peticiones. Son los grados que más demanda tienen. Este año han ingresado otros 140 estudiantes y otros 280 nuevos lo harán hasta 2014. El reto es hacerles hueco.
“Ante la imposibilidad de llegar a 2014 con la facultad ya hemos hablado con los hospitales de Castellón, tenemos que organizar los espacios, este será el plan B”, asegura Moliner. Los alumnos se tendrían que desplazar así hasta hospitales como el General y el Provincial en Castellón y La Plana de Vila-real. En el próximo curso ya habrá que hacer cambios. “Vamos a tener que hacer obras para habilitar algún espacio o trasladar algún servicio, además de abordar una gestión de horarios para optimizar al máximo los espacios, en el edificio actual ya no podemos ubicar a más gente, está lleno”, apunta.
Pese a todo, desde el rectorado llaman a la tranquilidad. La pasada semana el rector envió un escrito a la comunidad universitaria en el que decía que “los estudios no corren ningún tipo de peligro”. Climent reconoce los problemas en el financiamiento del edificio, que cuesta 18 millones, pero no en la incorporación de docentes ni del personal previsto. “El proyecto académico no corre peligro”, respalda Moliner.
En la misma línea se pronuncia el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Castellón, José Antonio Herranz. “La facultad es importante pero tenemos infraestructuras suficientes en los hospitales y profesionales de calidad para que los estudios crezcan, quizá no es el mejor momento para iniciar la obra”, dice. Herranz destaca que Medicina está dando sus primeros pasos pero ya ha sentado las bases para crear todo un sistema de investigación en el futuro.
Y esto lo que también persigue la Jaume I con Ciencias de la Salud. “Para la universidad es muy importante porque el 21% de las publicaciones científicas en España se hacen en el ámbito de la medicina y no tener estos estudios supone que no estamos haciendo una parte de investigación que es imprescindible”, sostiene Miguel Ángel Moliner. El vicerrector insiste en que “estratégicamente son unos estudios muy importantes a largo plazo”. Eso sí, el proyecto de la facultad dormirá al menos otro año en los cajones de la universidad.
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