El alivio por los peajes que no fueron
Varios municipios del PP se posicionaron junto a la oposición en contra de la iniciativa de Aguirre
La idea de Esperanza Aguirre de implantar peajes en las autovías regionales, con el argumento de que la recaudación era necesaria para su conservación, no despertó el fervor acostumbrado en las filas del PP. Casi ninguno de los acólitos de la lideresa recibió la propuesta con entusiasmo, por más que con el nuevo sistema la Comunidad de Madrid esperase recaudar 900.000 euros en 2012 y 30 millones en 2013, según sus estimaciones. Los alcaldes de un buen puñado de los municipios de la Comunidad interpretaron la ocurrencia como un golpe letal para sus intereses electorales. “Como se saque adelante, será lo mismo que regalarle las llaves del Ayuntamiento a la oposición... No hará falta esperar a las elecciones autonómicas y municipales de 2015”, barruntaba hace unos días un regidor popular.
Por eso, cuando el portavoz del Ejecutivo autonómico, Salvador Victoria, apuntó el jueves que la iniciativa “se aparcaba por sus dificultades técnicas”, muchos pesos medios y pesados del Partido Popular madrileño respiraron aliviados. Algunos no cabían en sí de gozo, como el alcalde de Boadilla del Monte, Antonio González Terol, con una sonrisa de oreja a oreja en el pleno de la Asamblea de Madrid esa misma tarde. “No es de extrañar: él y su equipo de gobierno se posicionaron a favor de una moción que presentamos en un pleno el pasado junio porque entendían que la implantación de un peaje en la M-501 era injusta para los ciudadanos de Boadilla”, apunta Pablo Nieto, portavoz del PSM en la localidad, de 46.000 habitantes. Todos los grupos coincidieron y votaron por unanimidad.
“El Pleno del Ayuntamiento manifiesta su oposición a la implantación de peajes en las carreteras que atraviesen Boadilla y para las que no existe vías alternativas como es el caso de la M-501 a su paso por nuestro municipio”, recoge el acta de la sesión de la corporación municipal del pasado 29 de junio. “De implantarse dicha medida en la carretera M-501, muchos vecinos podrían dejar de utilizar esta vía como medio de transporte hacía Madrid, restringiéndose sus posibilidades de comunicación, y pasarían a utilizar las vías alternativas [M-513 hacia Pozuelo de Alarcón, o bien la M-50 hasta Majadahonda para enlazar con la M-503] aumentando los atascos en las mismas y el tiempo empleado en sus desplazamientos”, fue el argumento puesto en común.
El caso de Boadilla es llamativo, pero no es el único. El origen del rechazo común a los peajes lo encontramos en Quijorna (3.000 habitantes). Allí, la portavoz socialista, Azucena Concejo inició la senda contra la puesta en marcha de un peaje en la carretera de los pantanos. Presentó una moción y el PP la secundó. “Es que un peaje en la M-501 era una barbaridad, es la carretera de referencia en la zona y no existen alternativas. Por ejemplo, para ir al hospital de Alcorcón no hay otra opción... La incidencia en las economías familiares habría sido desorbitante”, expone Concejo, “orgullosa” de que Quijorna fuera el primer municipio en pronunciarse. “Todo esto se debe a la campaña de sensibilización de los socialistas madrileños”, reflexiona el diputado regional José Manuel Franco. “El PP ha entendido que era un atropello y ha entrado en razón. Obligaría a los ciudadanos de muchas localidades a dar rodeos de docenas de kilómetros”, añade. “De hacerse efectivos los peajes, habrá gente que no podrá desplazarse en su propio coche. Se está relegando a toda una zona al ostracismo y a la incomunicación por razones económicas, que es lo más injusto”, esgrimía en verano el secretario general del PSM, Tomás Gómez. La oposición calculaba que un millón y medio de madrileños se verían afectados por la implantación de unos peajes que han terminado “aparcados” porque, además, supondría un coste de montaje de 35 millones, a los que habría que sumar otros siete de mantenimiento anual de las nuevas infraestructuras.
Ahora falta por conocer cuál será el plan b del Gobierno madrileño, que destina 65 millones a la conservación de las carreteras de Madrid. ¿Un céntimo sanitario? ¿Una tasa de 50 euros a cada vehículo de la región? “Estamos barajando distintas opciones para contribuir al mantenimiento y conservación de los 2.700 kilómetros de la red regional, pero los peajes tienen una difícil implantación, por su complejidad operativa, en una estructura viaria como la que tenemos, con pocas carreteras desdobladas y pocas alternativas al tráfico”, observó el viernes el presidente madrileño, Ignacio González. El sucesor de Aguirre se desmarcaba así de la idea de su mentora y antecesora en el cargo.
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