De palacio familiar a centro social
La Casa Macaya de Puig i Cadafalch acogerá las actividades sociales de La Caixa, tras las rehabilitación que ha durado dos años
En la entrada de carruajes de la Casa Macaya el escultor Eusebi Arnau creó un capitel con un hombre montado en bicicleta. El personaje no es otro que Josep Puig i Cadafalch, el arquitecto modernista que construyó este impresionante edificio inaugurado en 1901 situado en paseo de Sant Joan. La imagen muestra lo atareado que estaba en ese momento el arquitecto —que tenía fama de trabajador infatigable— y hace referencia a los continuos desplazamientos que realizaba de una a otra, mientras construía a la vez la Casa Macaya y la Casa Amatller del paseo de Gràcia. Estos dos edificios comparten muchas similitudes, sobre todo en su fachada, pero se diferencian en su interior: mientras que la casa Amatller fue una reforma de un edificio anterior, la Casa Macaya es un edificio de nueva planta que dio libertad absoluta a Puig i Cadafalch para construir una vivienda que cuenta con un espectacular un patio interior en el que destaca una escalinata cubierta, las auténticas imágenes de este edificio.
La Casa Macaya conserva, además, gran parte de la planta noble del primer piso, en el que se destacan el salón comedor, una capilla —sin los ornamentos litúrgicos— un baño y el dormitorio de los Macaya. Puig i Cadafalch se rodeó, como era tradicional en la construcción de estos edificios, de grandes colaboradores, expertos en artes aplicadas: aparte de las esculturas de Arnau, Joan Paradís hizo los esgrafiados; Pujol i Bausis la cerámica, Esteve Andorrà y Manuel Ballarín la forja y Marcel·lí Gelabert las pinturas decorativas. Sus trabajos vuelven a lucir como cuando los crearon hace un siglo, tras someterse a un minucioso proceso de rehabilitación de dos años que ha transformado esta vivienda en un moderno edificio del siglo XXI y que ha impulsado la Obra Social de La Caixa, que compró el edificio en 1947 cuando la entidad era la Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros.
Tras la reforma, este edificio comienza una nueva etapa como centro dedicado a las actividades sociales. La mayoría de los 2.000 metros cuadrados estarán destinados a la formación, y por eso gran parte del sótano y del semisótano, entre ellos la antigua carbonera y la gran despensa, cubiertas por una bóveda de ladrillos, pasarán a ser salas de conferencias, exposiciones y talleres.
El presidente de La Caixa, Isidre Fainé, y el alcalde de la ciudad, Xavier Trias, lo inauguraron ayer. Durante el acto, Fainé aseguró que en el futuro esta joya modernista tendrá tanto esplendor como lo tuvo en su pasado y se convertirá en un “estandarte del compromiso con la sostenibilidad económica, social y medioambiental”. Y en verdad el edificio recuerda, con su fachada y las paredes de estuco blanco a las joyas que se crearon alrededor del año 1400 con la técnica del sur ronde-bosse, que combina esmaltes, oro y piedras preciosas y que se convirtieron en codiciadas piezas en las cortes europeas de entonces.
Según Fainé, el EspaiCaixa “ha de contribuir al progreso de las personas”. Para Trias está claro que el nuevo edificio acabará siendo lo que él denominó el “caixafòrum social; una apuesta clara de las instituciones por el bienestar social en estos momentos de crisis”. Para el alcalde el nuevo centro es “un gran regalo para Barcelona”. El edificio, catalogado con Bien Cultural de Interés Nacional en 1976, fue, recordó Fainé, el embrión primero de Caixafòrum y después de CosmoCaixa.
Desde hace unos días las salas de Internet para la tercera edad, la de lectura y el salón de actos han comenzado a recibir sus primeros usuarios. Hoy mismo, reclusos de prisiones catalanes ocuparán el nuevo centro. Son algunos de los 441 presos que han participado en uno de los programas de reinserción social que promueve la entidad financiera con la finalidad de facilitar un lugar de trabajo. Con los tiempos que corren pueden presumir de haber conseguido que 170 de ellos (el 38,5%) tienen trabajo.
Más de un siglo de historia
- 1898-1901. El industrial Román Macaya y Gibert encarga el edificio al arquiteecto modernista Puig i Cadafalch en el paseo Sant Joan.
- 1914. La compra el industrial de Reus Juan Vilella.
- 1947. La Caixa de Pensions adquiere el edificio.
- 1949. Se inaugura el Instituto Educativo de sordomudos y de ciegos dirigido por las Hermanas Franciscanas.
- 1975. El edificio es declarado Bien Cultural de Interés Nacional. Se instala el Centro Cultural de la Fundación La Caixa, comenzando a celebrar exposiciones y congresos culturales.
- 1999. Se instala el Museo de la Ciencia mientras su sede permanece cerrada para transformarse en la actual CosmoCaixa.
- 2012. Tras dos años de obras de rehabilitación y más de cinco cerrada, se inaugura convertida en la sede de EspaiCaixa para acoger las actividades sociales de La Caixa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.