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Un segundo informe oficial advierte otro déficit oculto de 80 millones en 2009

El Sergas desplazó irregularmente gastos de un ejercicio para otro

Feijóo (izquierda) ayer con Alfonso Rueda (a su derecha) en un acto en Pontevedra.
Feijóo (izquierda) ayer con Alfonso Rueda (a su derecha) en un acto en Pontevedra.SALVADOR SAS (EFE)

Cuando la pasada semana se desveló que el Gobierno gallego desplazó facturas por 411 millones de euros del año 2010 a 2011 de forma irregular, el máximo responsable del Consello de Contas, Luciano Fariña, argumentó que “no es la primera vez” que la Xunta actúa así. Efectivamente, el órgano fiscalizador ya había detectado ese problema el ejercicio anterior, 2009, cuando se desplazó a 2010 una cantidad inferior, unos 80 millones de euros. En su informe sobre ese año, Contas ya advertía a la Xunta del peligro que ese desplazamiento de gastos tiene para calcular correctamente el déficit: “Resulta preocupante el crecimiento relevante de las imputaciones de gasto de ejercicios anteriores, que […] puede acabar distorsionando el resultado presupuestario, incidir en el cumplimiento del objetivo de estabilidad presupuestaria y afectar negativamente a los presupuestos futuros”.

 Ante esas críticas sobre su comportamiento en 2009, la Xunta reaccionó hace unos meses de forma muy distinta a la de la última semana. Al desvelarse el desplazamiento de los 411 millones de 2010 a 2011 el Gobierno gallego optó primero por negar la existencia del informe —elaborado por José Antonio Orza, exconselleiro de Manuel Fraga— y luego por rebajar su rango a la categoría de borrador, al que presentará alegaciones antes de que sea aprobado formalmente. Sin embargo, según la documentación de Contas, el informe que ya detectaba el desplazamiento de 80 millones de 2009 a 2010 y su posible efecto sobre el déficit fue aprobado definitivamente sin que la Xunta incluyese entre sus alegaciones ninguna dirigida a rebatir esa crítica concreta, la cuantía, ni la recomendación final para que se mejorase el control contable.

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En el informe de 2008, el Consello de Contas ya había hecho un repaso histórico sobre la tendencia de la Xunta a desplazar a anualidades posteriores la contabilización de facturas. “Esta práctica fue adquiriendo una importancia creciente en la gestión presupuestaria hasta 2004 [último año íntegro de Fraga], ejercicio en el que las obligaciones no contabilizadas superaron los 400 millones de euros. En el año 2005 decreció considerablemente la no contabilización de obligaciones, tendencia que se consolida en el ejercicio 2006. En el año 2007 y 2008 el desplazamiento temporal de obligaciones tiene un carácter residual”. Los desplazamientos de gasto de Fraga, que el bipartito redujo, se producían en época de bonanza. Entonces, cada nuevo presupuesto autonómico era superior al del año anterior, al contrario de lo que sucede ahora, cuando además existe una ley que limita el techo máximo de gasto anual.

En las conclusiones de ese informe de 2008, Contas elogia el proceder contable del bipartito y detalla que desplazó al ejercicio de 2009 apenas 10,96 millones en la administración general y 4,07 millones en el Sergas. Un año después, el primero del Gobierno de Feijóo, el gasto desplazado fue similar en la administración general, pero se disparó en el Sergas hasta los 72,89 millones. Eso llevó a Contas a advertir de que “esta dinámica creciente en el desplazamiento de gasto puede también incidir en el cumplimiento del objetivo de estabilidad presupuestaria”. Y apuntó efectos secundarios como que “desincentiva a los gestores para la presentación de presupuestos realistas, marginando este documento como instrumento de planificación y gestión”. Por ello recomendó expresamente “incrementar las medidas de control interno que aseguren una cuantificación fiable del gasto desplazado”.

Pese a las críticas históricas al proceder de Fraga, retomado por Feijóo en 2009, un año más tarde, en 2010, el desplazamiento contable se multiplicó por cinco. Según el informe elaborado por Orza y ahora desvelado, se retrasó la contabilización de 223 millones de gasto en la administración general y otros 188,2 millones en el Sergas. La suma de gasto irregularmente desplazado asciende a 411 millones, cifra similar a la del último año de la era Fraga, según Contas. Entonces, al frente de los presupuestos autonómicos estaba el conselleiro José Antonio Orza, el mismo que ahora, desde el Consello de Contas, desvela ese proceder irregular del Gobierno de Feijóo.

Los municipios siguen sin cumplir

Los municipios gallegos siguen dejando para el último día, u obviándola, la obligación legal de someter anualmente sus balances de ingresos y gastos a la fiscalización del Consello de Contas. Ayer finalizó el plazo para que los ayuntamientos remitiesen sus cuentas del año pasado y, a la espera de saber cuántos lo hicieron en los dos últimos días hábiles, los datos oficiales de Contas señalan que el pasado jueves quedaban todavía 121 municipios sin cumplir su obligación, un tercio del total de los 315 de toda Galicia. De las grandes ciudades, solo Vigo, Pontevedra y Lugo habían hecho los deberes a finales de septiembre o principios de este mes.

La fecha del 15 de octubre como límite para enviar las cuentas municipales viene determinada por la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, incumplida año tras año por numerosos municipios de todo signo político. El pasado año la Xunta, por exigencia unánime del Parlamento de Galicia, intentó incentivarlos a cumplir la ley prohibiéndoles recibir subvenciones de la Administración autonómicas mientras no remitiesen sus cuentas para ser fiscalizadas. Pero esa sanción apenas tuvo efectos prácticos ya que no fija plazos y se levanta en cuanto el municipio envía sus cuentas, aunque sea con retraso o estén incompletas.

Además, la prohibición de recibir ayudas no afecta a las subvenciones cofinanciadas con fondos europeos o estatales. Fuentes de la Xunta y del Consello de Contas admiten que todos estos coladeros de la norma han hecho que los ayuntamientos envíen sus balances de cualquier forma con tal de seguir recibiendo subvenciones y no tengan una especial presión por incumplir los plazos.

Pero también el Consello de Contas tiene en su haber importantes retrasos. El informe sobre las cuentas autonómicas de 2010, en el que se critica el desplazamiento de gasto de la Xunta, se tenía que haber hecho público en el primer semestre de este año. Cuando en verano se le preguntó al conselleiro mayor de Contas, Luciano Fariña, por ese retraso, lo admitió y argumentó que solo estaba pendiente de unos “flecos” para presentarlo en septiembre, plazo que también ha incumplido.

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