Buch, el verso suelto del Consell
El consejero de Economía asume que no habrá mejora sustancial en la inversión del Gobierno el año que viene
La ola de malestar que recorrió los centros de poder del empresariado valenciano al conocerse la drástica rebaja en la inversión del Gobierno en la comunidad autónoma para el año que viene llevó al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, a alzar la voz. El presidente anunció una protesta por la injusta distribución del dinero, y que el Grupo Popular presentaría enmiendas en el Congreso al proyecto de Presupuestos Generales del Estado para equilibrar el reparto. Eso fue el lunes.
Ayer, Fabra asistió a la Conferencia de Presidentes, en la que la flexibilización de los objetivos de déficit para las autonomías y la cuestión de Cataluña centraron el debate. Si el presidente valenciano trató la corrección en el reparto de las inversiones con Mariano Rajoy, no trascendió. Pero en Valencia sí habló su consejero de Economía, Máximo Buch. Al contrario que su colega en el Consell, María José Català, consejera de Educación, Formación y Empleo, que recurrió a los habituales requiebros políticos para eludir responder a las consecuencias del descenso inversor, Buch, que proviene del mundo de la empresa, aportó realismo. Fue el verso suelto en argumentario popular. A estas alturas, vino a decir, una modificación sustancial de los Presupuestos del Estado parece imposible. Solo pueden esperarse cambios menores, o una “compensación” por una vía distinta a la de las cuentas generales, o presionar para que los presupuestos sean más favorables en el año 2014.
La inversión del Estado en las comunidades significa actividad económica, puestos de trabajo e infraestructuras (que suponen, generalmente, una mejora de la competitividad). Todo ello importante en una autonomía que tiene más paro, menos renta per cápita y menos financiación del Estado que la media. Los empresarios tienen hechos los números. La Comunidad Valenciana aporta al conjunto de España en torno al 10% de la población y del PIB. La porción de la inversión del Estado que ha recibido en la última década ha sido del 8,7%. Pero en 2012, en los primeros presupuestos de Rajoy, cayó al 7,9%. Los empresarios consideraban que, para equilibrar la trayectoria, los presupuestos del año que viene debían conceder a la comunidad autónoma más inversión de la que le corresponde por su peso. Esto es, en torno al 12% o al 11% del total. En lugar de eso se han encontrado con que el Ejecutivo destina al territorio menos que nunca: un 6,1%.
El cabreo empresarial empezó a manifestarse el lunes, siguió ayer y hay señales de que continuará los próximos días. El sector directamente más afectado por la caída de inversiones, el de la construcción, habló ayer. El presidente de su patronal, Fevec, Juan Eloy Durá, recordó que sin inversión “es difícil mantener a flote nuestras compañías y sobre todo es muy complicado crear riqueza y empleo”. Calificó el reparto de “desajuste brutal” e instó al Ejecutivo a “rectificarlo” en el trámite parlamentario.
Buch también dijo que esa corrección se intentará, pero aceptó que tener éxito es “complicado”. Y añadió: “Tenemos que pedir que la Comunidad Valenciana reciba un trato mejor. Y eso tendrá que reflejarse, sino en estos presupuestos, en otras compensaciones o en los presupuestos del año siguiente”. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, pareció igualmente aceptar la situación. Después de expresar su disgusto, y de contar que había llamado a la ministra de Fomento para quejarse, Barberá apuntó que quizá pueda hallarse “algún lugar por el que poder buscar alguna inversión más para la ciudad”. Es decir, alguna mejora puntual, porque las grandes cifras no van a cambiar.
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